Educación

Qué dice la ciencia sobre el repaso espaciado: cómo usar el método más eficaz para memorizar a largo plazo

Se basa en repetir contenidos en intervalos crecientes de tiempo
Se basa en repetir contenidos en intervalos crecientes de tiempo. Freepik
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MadridNuestro sistema educativo exige una memorización rápida y eficaz, pero, olvidar forma parte de la naturaleza humana, por lo que perder conocimientos con el paso de los días puede suponer un problema real. ¿De qué sirve estudiar de manera intensa si, una semana después, apenas se va a recordar lo que se ha aprendido? Esto es lo que viven a diario millones de estudiantes, y tiene una respuesta científica: nuestro cerebro no está diseñado para retener a largo plazo aquello que solo se repasa una vez.

En los últimos años, investigadores en psicología cognitiva y neurociencia han rescatado una técnica sencilla pero poderosa: el repaso espaciado. Lejos de ser una novedad, se trata de una estrategia descrita hace más de un siglo y desde entonces ha acumulado evidencia sólida que demuestra su eficacia para combatir la curva del olvido. Su fundamento es sencillo: para que un recuerdo se consolide, necesita ser revisado varias veces en el tiempo, con pausas crecientes entre cada repaso.

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¿Qué es el repaso espaciado?

El repaso espaciado es una estrategia de aprendizaje que está basada en repetir la información que se quiere memorizar en intervalos de tiempo crecientes. En vez de estudiar un tema de manera intensiva en una sola sesión, esta técnica propone revisar los contenidos varias veces con pausas entre cada sesión. Con estas pausas se consigue que el cerebro “olvide un poco” la información y, cuando se recuerda después, fortalece las conexiones neuronales que están asociadas al recuerdo.

Este sistema parte de la curva del olvido, la cual muestra cómo se pierde gran parte de la información poco tiempo después de haberla aprendido. La única forma de contrarrestar esa pérdida natural de memoria es repasar antes de que el olvido sea total.

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El repaso espaciado no solo es útil para aprobar exámenes, sino que también mejora la comprensión, reduce la ansiedad al estudiar y permite retener conocimientos con mayor profundidad.

¿Cuál es la ciencia detrás de este método?

Han sido numerosos estudios los que han demostrado que el repaso espaciado mejora la memoria de una forma más efectiva que el repaso masivo. Diversas investigaciones en revistas como Cognitive Psychology y Applied Cognitive Psychology han mostrado que esta técnica puede duplicar o incluso triplicar la retención de contenidos académicos. Uno de los experimentos más citados fue realizado por un grupo de psicólogos en 2006, quienes analizaron más de 250 estudios y concluyeron que el espaciado temporal mejora significativamente el aprendizaje, tanto en niños como adultos.

El mecanismo neurológico detrás de esta eficacia está relacionado con la consolidación de la memoria. Cuando se repasa algo que se ha olvidado parcialmente, el esfuerzo por recordarlo - denominado recall effort- activa procesos cerebrales que refuerzan las redes neuronales. Además, cuando se espacia el aprendizaje, se activa la memoria episódica y se promueve la transferencia de información al hipocampo, una estructura cerebral fundamental para el almacenamiento a largo plazo.

En entornos escolares, se ha demostrado que el repaso espaciado favorece un aprendizaje más duradero, especialmente cuando se trata de materias como matemáticas, ciencias y lenguas extranjeras.

Cómo ponerlo en práctica paso a paso

Para aplicar el repaso espaciado no se necesitan grandes recursos, pero sí planificación y constancia. La clave está en diseñar una rutina que pueda combinar aprendizaje inicial con repasos en momentos estratégicos. Un esquema básico puede funcionar así:

  • Día 1: estudio inicial del contenido.
  • Día 2: primer repaso, breve, centrado en recordar activamente sin mirar los apuntes.
  • Día 4 o 5: segundo repaso, ya con algo de olvido presente.
  • Día 10: tercer repaso, utilizando preguntas o ejercicios prácticos.
  • Día 20-30: último repaso, para comprobar que la información se ha consolidado.

Esta técnica se puede adaptar a calendarios más largos o más cortos según el tipo de examen o curso. Se pueden utilizar herramientas como flashcards, esquemas o pruebas de autoevaluación, las cuales ayudan a que el repaso no sea pasivo, sino activo, que es lo que realmente fortalece la memoria.

Ventajas del repaso espaciado frente el repaso tradicional

El repaso espaciado tiene varias ventajas frente al repaso tradicional o masivo:

  • Mejora la retención a largo plazo: cuando se permite que pase tiempo entre sesiones, el conocimiento se afianza de manera más sólida.
  • Reduce el tiempo total de estudio: aunque pueda parecer todo lo contrario, dedicar menos tiempo en sesiones espaciadas es más eficiente que hacer largas sesiones continuas justo antes del examen.
  • Favorece la comprensión profunda: obliga a recuperar la información de la memoria sin apoyarse inmediatamente en apuntes, lo que mejora la capacidad de aplicar lo aprendido.
  • Disminuye el estrés pre-examen: al tener los contenidos más integrados, se reduce la necesidad de estudiar a última hora.

Por estas razones, el repaso espaciado es muy útil en contextos académicos exigentes o cuando el objetivo no es solo aprobar, sino también comprender y retener la información para el futuro. Eso sí, hay que tener cuidado de no espaciar demasiado las sesiones de estudio, ya que se puede olvidar por completo el contenido, y el esfuerzo por recuperar la información es muy frustrante y contraproducente.