Entrevistas

Paula González, formadora y experta en oposiciones: "Estudiar como siempre se ha estudiado es un error enorme"

La entrevistada, autora del libro 'Memoria extrema'. CEDIDA
Compartir

¿Alguna vez te has planteado estudiar para una oposición? Si eres opositor o opositora, o lo estás intentando, seguro que habrás experimentado los nervios y la ansiedad durante todo el largo proceso: la preparación, la llegada del examen y la posterior espera para ver si tu nota es la suficiente para obtener la plaza que tanto ansías. Hay personas, sin embargo, que pueden convertir este proceso en una auténtica tortura por todos los síntomas que se les generan.

El caso de Paula González es un ejemplo. La ex opositora a juez y formadora experta en preparación de oposiciones es la creadora del método 'Memoria Extrema', que cuenta con una comunidad online y muchos seguidores en Instagram. La historia detrás de este éxito profesional que ahora vive, es, por el contrario, más difícil de lo que se cree. Paula, diagnosticada con TDAH, siempre fue brillante en los estudios.

PUEDE INTERESARTE

Junto a su hermana Sara forman una pareja excelente en cuanto a técnicas de memorización y estudio, lo que les permitió llegar hasta una de las oposiciones más duras y exigentes que se conocen en España, la de Judicaturas. Curiosamente, no fue por su capacidad para estudiar, sino por una ansiedad que la devoraría por completo y por prescripción médica absoluta, que no podría presentarse al último examen de las oposiciones. Eso dio un giro a su carrera. Lo cuenta ahora en el libro 'Una memoria extrema' (editorial Montena, 2025), una guía en la comparte, además de herramientas y su método de estudio, su experiencia vital. Esta es la entrevista que ha concedido a la web de Informativos Telecinco para contarnos su historia.

Pregunta: ¿Qué te ocurre antes de presentarte a la oposición de Judicaturas? ¿Por qué, finalmente, pese a todo el recorrido decides no presentarte?

Respuesta: En la facultad siempre fui de sobresaliente y matrículas, a pesar de tener TDAH, y durante la oposición y antes del examen viví una etapa de entrega absoluta. Estudiaba más de diez horas al día, durante un año y medio, con una disciplina casi militar. Pero detrás de esa aparente fortaleza había una enorme fragilidad emocional. Debido a mi TDAH, que en la facultad no me supuso ningún tipo de problema, en la oposición implicaría para mí un tremendo insomnio, TOC y todas las posibles manifestaciones de una terrible ansiedad. En relativamente poco tiempo, saqué un 8,73 y el equivalente a un siete, pero al final no pude presentarme por prescripción médica absoluta. Llegó un punto en el que, literalmente, no podía más. Tenía todos los temas memorizados, pero ya no dormía, no comía, y la medicación que tomaba para la ansiedad dejó de surtir efecto.

PUEDE INTERESARTE

P: ¿Cómo gestionaste la ansiedad extrema durante ese proceso?

R: Tengo que decir que, en ese sentido, yo no me cuidé nada. Apenas salía ni tenía vida social. Tomaba medicación, pero si no se acompaña de una vida saludable, no sirve para nada. No puedes dejar tu vida personal a un lado, ya no solo pensando en ti, sino en la oposición, que es una maratón, y si no sales, a largo plazo quiebras. Aconsejo tener buenos horarios de sueño, relacionarse, hacer pequeñas escapaditas para salir de la rutina, descansar sí o sí una vez a la semana; puedes hacer yoga, mindfulness, estar en contacto con la naturaleza o actividades que sepas que te vienen bien.

Y, por supuesto, tienes que saber relativizar: no puedes ser ultraprefeccionista porque no todos los días vas a rendir igual, y no te puedes machacar por todos los errores que cometas.

"Creo que en este tipo de oposiciones la mayor parte están rotos, incluso hasta los más tranquilos, pero para una persona con TDAH se me hace aún más difícil a nivel psicológico"

P: ¿Qué síntomas tenías? ¿Es algo habitual?

R: Tuve muchísimos síntomas de la ansiedad y de forma muy exagerada: revisaba la casa mil veces al día (TOC), era incapaz de dormir más de una hora seguida incluso con medicación, me daba unos atracones tremendos de comida (de hecho, engordé 15 kilos en un año y medio), pensamientos intrusivos, ataques de ansiedad… Yo creo que hasta llegar al nivel de ansiedad que tuve no es tan, tan habitual, pero es verdad que un psiquiatra me dijo que los opositores a Judicatura llegaban a su consulta y se ponían a vomitar de los nervios y la ansiedad que llevaban consigo mismos. Yo, personalmente, conozco historias de todo tipo, incluso que han acabado con algunos trastornos difíciles de curar, y otros han pasado con cierta ansiedad, pero nada de otro mundo.

Creo que en este tipo de oposiciones la mayor parte están rotos, incluso hasta los más tranquilos, pero para una persona con TDAH se me hace aún más difícil a nivel psicológico.

P: No aprobaste esa oposición, pero sí otras. ¿Cómo es tu vida actualmente?

R: Yo no me presenté a ninguna más, ya que a nivel psicológico y de medicación acabé completamente desgastada. La que sí aprobó en menos de un año fue mi hermana Sara. Creo que mi vida no puede ser mejor actualmente. Estudié Judicatura porque no sabía lo que hacer, y al final yo siempre supe memorizar y creí que podría destacar, pero no tenía vocación como tal.

Mi trabajo actual sí que es completamente vocacional, más propio de una persona con TDAH: enseño a memorizar a opositores, universitarios y adolescentes con los métodos que tanto a mí como a mi hermana nos hicieron destacar desde pequeñas, y que aprendimos de forma autodidacta. Ya hemos tenido más de 3.000 alumnos en cinco años.

P: ¿Por qué crees que las oposiciones generan tanto desgaste emocional? ¿Cómo lo enfocas tú con tu método 'Memoria Extrema'?

R: Porque el sistema es algo antinatural: memorizar literalmente tantísimos temas (que, además, la mayor parte de los opositores sienten que olvidan continuamente y se frustran, claro), las rutinas infinitas, opositar y trabajar, la incertidumbre… Enseña a memorizar y a planificar todos los temas a la vez, de forma muy literal, que es algo que me diferencia mucho, porque el método es muy, muy literal. Enseñamos a memorizar con imágenes de forma mucho más llevadera y divertida, les enseñamos a planificarse para que sepan que pueden llegar con todo, ser productivos en el día a día, concentrarse mejor y, por supuesto, también damos un peso importante al descanso, la ansiedad, la procrastinación y otros temas de índole más personal.

P: ¿Qué principales errores crees que se cometen al estudiar una oposición?

R: Estudiar como siempre se ha estudiado: leyendo, resumiendo, haciendo esquemas, subrayando y repasando, sin respetar las reglas de la ciencia (si no, aunque memorices muy bien, vas a sentir que olvidas todo). También otro error enorme es no cuidarse a nivel psicológico, muchísimo más de lo que te cuidas en la carrera, en el instituto o a nivel diario.

P: ¿Y al elegirla?

R: Y al elegir la oposición, a veces no se tienen en cuenta varios factores que son súper importantes: número de páginas (más que de temas), número de exámenes, número de horas de que tú dispones, cada cuánto sale la convocatoria, número de plazas… pero también si a lo que te vas a dedicar te gusta, porque puede que te guste el temario, pero luego no te guste el trabajo.

P: ¿Por qué se suele suspender?

R: Se suspende porque no se sabe a la vez de forma detallada todos los temas a la vez el día del examen. Y eso ocurre por las formas de estudio que comenté antes, pero también por la forma de repaso, ya que si tú repasas los temas cada tres meses, cada seis o incluso cada año, no te vas a acordar de nada. Esta forma de repasar es la que llevan el 85 % de las academias y preparadores, y no respeta la ciencia del olvido. También porque no se sabe gestionar bien el último mes antes del examen, ya que es fundamental para llevar todos los temas frescos a la vez.

Por problemas personales, de ansiedad o diversos de índole más familiar, mucha gente desiste de la oposición también; ya no solo es la falta de conocimientos.

P: Entonces, ¿cómo se tiene que estudiar una oposición? Parece que hay que desaprender a estudiar, ¿no?

R: Se tiene que estudiar de forma literal, y para eso se tiene que estar con imágenes, que es el lenguaje de la memoria. Las imágenes son tan diferentes entre sí que no vas a confundir unos datos con otros. Además, se tiene que ir recitando por párrafos y de forma activa, sin mirar. Y, por supuesto, los repasos tienen que ser conforme a la curva del olvido, que es la ciencia.

P: El método que has creado junto a tu hermana Sara, ¿sirve para cualquiera? ¿Qué lo diferencia y lo hace especial?

R: Nuestro método sirve para todo tipo de oposiciones, y de hecho tenemos alumnas en el top 10 de Educación, de leyes, de Sanidad y de todo tipo. Enseñamos a universitarios a sacar sobresalientes y matrículas y a niños y adolescentes, y sirve para todos, aunque adecuado a la edad.

Lo que nos diferencia y nos hace especiales es que tenemos métodos propios y literales: no enseñamos mapas mentales, que, por ejemplo, no son detallados, u otras técnicas más genéricas, que es lo que enseña el 100 % de los que dan técnicas de estudio. Enseñamos los bonsáis, que son pequeños esquemitas muy simbolizados y unificados; la planificación extrema, que adapta la curva del olvido a grandes temarios para que no se acumulen todos los repasos y eso impida avanzar; las Matrioskas para ir repitiendo por párrafos y no olvidar lo anterior, etc.

"Mi hermana y yo fuimos completamente autodidactas desde los 11 o 12 años"

P: ¿Cómo se estudia para memorizar? La mayoría de estudiantes hemos aprendido a memorizar subrayando y destacando frases y palabras con colores...

R: Lo primero lo tienes que hacer es leer y entender; ese sería el paso cero imprescindible. Luego tienes que ir por párrafos, simbolizando palabras, que si al principio no tienes práctica puedes poner abreviaturas con colores para que no te cueste y no te paralices. Esto puede ser en forma de historia exagerada o en forma de bonsáis, que son esquemitas por párrafos.

Luego tienes que recitar sin mirar una página entera, para acumular poco a poco ese conocimiento y que no te cueste. Luego, varias páginas a la vez, y repasarlas conforme a la curva del olvido. No sirve subrayar con colores, porque al final todos los colores son iguales y el arcoíris no tiene más de siete colores, por lo que todas las páginas van a ser iguales. Si resumes, vas a tardar mucho y te vas a quedar con una idea general; si lees, vas a pasar páginas muy pronto, pero se te va a olvidar todo.

Todas estas técnicas sirven para algo general, pero no para destacar, desde luego. Y eso, combinado con un mal sistema de repasos, está destinado al olvido total, aunque eches ocho horas al día.

P: ¿Qué es aquello que tú aprendiste para memorizar que te cambió la vida y que te ayudó a ir aprobando oposiciones?

Mi hermana y yo fuimos completamente autodidactas desde los 11 o 12 años. Al tener TDAH, me considero una superviviente de los estudios. La facilidad que tuve es que las personas con TDAH y dislexia pensamos en imágenes. Entonces, como en mi casa había ambiente de disciplina con los estudios, poco a poco fui desarrollando el método que cambiaría mi vida.

Empecé a ver que todo se quedaba increíblemente bien, y lo que al principio fueron pequeños párrafos pasaron a páginas completas. Cuando llegué a Selectividad (la actual EBAU), tenía todo el temario con métodos visuales y, además, aprendí a planificarme para memorizar línea a línea todo a la vez y sacar la máxima nota, lo cual me serviría también para la Universidad.

P: Y si hay una crisis en las oposiciones... ¿Cómo recomiendas afrontarla?

R: Lo primero es diferenciar lo técnico de lo personal o de posibles pensamientos intrusivos. Si sientes que olvidas todo lo que estudias, eso tiene fácil solución, ya que científicamente hay métodos para ello, sea cual sea tu estilo cognitivo (más racional, más imaginativo…). Si es una crisis de salud física o emocional relacionada con la oposición, tienes que ver cuál ha sido la causa exacta para intentar solventar el problema. Si ves que la causa de la crisis se puede solucionar, solvéntala y no le des muchas vueltas: muerto el perro, se acabó la rabia.

Lo único que te tiene que hacer plantearte abandonar la oposición, de verdad, es una crisis de salud psíquica o física de bastante envergadura. Si son crisis diarias que se reflejan en forma de pensamientos intrusivos, en los que no paras de decirte que jamás podrás, que eres la peor, que todo el mundo lo hace mejor que tú, etc., entonces tienes que empezar a cuidar tu salud mental y no hacerles caso, ya que muchos días los vas a tener.

P: Hay personas que lo dejan estar porque piensan que no conseguirán la plaza porque hay muy pocas...

R: Si ya tienen bastante bien sabido su temario, les aconsejo que sigan, porque ya solo es de mantenimiento. Si parten de cero o tienen todo el temario muy olvidado, pueden plantearse hacer otra oposición que tenga más plazas, siempre y cuando les guste el trabajo y valoren otras circunstancias, no solo las plazas: número de exámenes, número de páginas totales, corte de los exámenes, etc.

O si directamente quieren esa oposición, sí o sí, independientemente del número de plazas, tienen que saber qué tienen que estar muy por encima de los demás, y no se pueden conformar con cualquier nota.