La niebla es uno de los factores más peligrosos al volante. La falta de visibilidad y la humedad favorecen el riesgo de accidente. Por ello, cuando vayas al volante y te encuentres un banco de niebla, lo primero que debes hacer es reducir la velocidad y después sigue los siguientes consejos que te ayudaran a no tener un susto.
Las luces, muy importantes
Enciende las luces anti niebla, si es que tu vehículo dispone de ellas. Los bancos de neblina dificultan nuestra visibilidad, y estas luces evitan que deslumbremos al resto de conductores y que además, nosotros veamos mejor el estado de la carretera.
No te confundas, si no tienes luces anti niebla, ¡no enciendas las largas! No son lo mismo, y el exceso de luz que emiten, rebota en la humedad del aire y provocan que empeores nuestra visibilidad. Y las anti niebla traseras se deben utilizar en caso extremo, es decir, cuando no veas absolutamente nada.
Respeta la distancia de seguridad
La humedad también provoca que la superficie de la carretera se convierta en una capa deslizante. A consecuencia, nuestro neumático deja de estar en contacto con el suelo y se pierde el poder de tracción. El coche deja de responder a los giros del volante, al freno, al acelerador, y se pierde el control del coche, que se desliza por la carretera según la inercia. Por ello, debes mantener una distancia de seguridad, por si tienes que frenar, tengas espacio respecto al coche de delante, y no lo embistas.
Cuando no ves nada de nada
Ante una situación así, lo recomendable es que pares el coche en un lugar seguro de la carretera. No te olvides de señalizar a la hora de hacer tus movimientos, ya que puedes provocar algún incidente.
Y ante una helada, ¿qué debes hacer?
Lo primero es mantener la tranquilidad. Las primeras horas del día son las peores, pues es cuando más frío hace y cuando aún no ha habido tanta circulación. Debes ser consciente de que el hielo puede estar en cualquier lugar, pero es más probable que se encuentre en los siguientes puntos.
Zonas con sombra
En estos lugares, a los cuales no ha dado el sol, es más probable que el hielo esté más compacto y sea muy peligros. La salida de los túneles, los tramos de carretera ocultos, son algunos de las zonas a las que nos referimos.
No circules por el carril izquierdo
Normalmente la menos transitada por los conductores. Por ello, tiene más posibilidades de estar cubierta por el hielo. Además, a los arcenes les ocurre lo mismo. Comúnmente, se usan estas dos áreas para adelantar, y al ser tan poco recurridas, el frío hace que el hielo se mantengan. Para no circular por estas zonas, debes evitar adelantar.
El interior de las curvas, peligrosísimo
Ocurre exactamente lo mismo y pueden ser más susceptibles a estar cubiertas por hielo. O bien por no ser tan transitadas, o por el efecto del peralte (que lleva agua hacia el interior de la curva, que se puede acumular y helar), o bien por la sombra, nos pueden hacer patinar.
Nuestro consejo es que evites coger el coche en días de heladas y que haga mucho frío. Pero si no te queda más remedio, mucha precaución e intenta no transitar estas zonas y sobre todo, no hagas movimientos bruscos. ¡No des volantazos!