La coronación de Juan Carlos I, contada por él mismo: la traición al juramento franquista que abrió las puertas a la democracia
La ceremonia de proclamación de don Juan Carlos como rey tuvo lugar el 22 de noviembre de 1975 ante las Cortes franquistas
El rey Juan Carlos ha escrito sus memorias, que ya tienen título y extractos: "Me están robando mi historia"
La proclamación de Juan Carlos I como rey de España hace 50 años, marca un hito fundamental en el regreso de nuestro país a la senda democrática. El juramento del nuevo monarca, saltándose la legalidad dinástica representada en su padre, Don Juan, por voluntad del dictador, Francisco Franco, se hizo sobre los fundamentos del régimen franquista que durante 40 años había sometido al país. A pesar de su compromiso, don Juan Carlos pronto comenzó a dar pasos aperturistas que permitieron dejar atrás la dictadura y recuperar la democracia sangrientamente arrebatada con el golpe de Estado de 1936.
El rey emérito sobre Francisco Franco: "Le respeté enormemente"
Con la publicación de 'Reconciliación', el rey emérito de España, Juan Carlos I, ha reabierto un debate en el país sobre el legado de su reinado y sus vínculos con el dictador Francisco Franco, cuya muerte supuso su acceso al trono.
La llegada a las librerías de esta autobiografía coescrita con la autora francesa Laurence Debray coincide con el 50º aniversario de la muerte de Franco, el 20 de noviembre de 1975, y la proclamación dos días después de Juan Carlos como rey, fechas que han vuelto a agitar en España los debates sobre la dictadura.
En el libro, don Juan Carlos reflexiona sobre muchos aspectos de su reinado, pero especialmente reflexiona sobre su papel en la transición democrática y sus relaciones con el dictador Franco.
Entre los pasajes más controvertidos de 'Reconciliación', se encuentran las cálidas palabras que le dedica a Franco, quien gobernó España con mano de hierro tras su victoria en la devastadora Guerra Civil (1936-1939).
"Le respeté enormemente, apreciaba su inteligencia y su sentido político (…). Nunca permití que nadie criticara a [Franco] en mi presencia", escribió.
"No ocultaba la simpatía que sentía por mí. Quizás incluso cierta ternura y benevolencia", recordó sobre su relación con el dictador.
Y añade, "un día Franco me hace ir a su despacho. Yo no sabía nada. Me lo dijo sin rodeos: ‘Te voy a nombrar sucesor como rey. ¿Aceptas?’ Me quedé estupefacto, pensé en mi padre. Pregunto si tengo tiempo para pensármelo, pero él esperaba mi respuesta rápidamente. Estoy entre la espada y la pared. Reina el silencio, sólo escucho mi respiración. Acepto. Como un deber y una obligación. ¿Tenía otra opción?".
Relata también una de las últimas conversaciones con el dictador, ya en su lecho de muerte. Fue a principios de noviembre de 1975, cuando, según don Juan Carlos, "me tomó la mano y me dijo, como en un último suspiro: ‘Alteza, sólo le pido una cosa: mantenga la unidad del país', algo que, según el monarca le llevaron a pensar que "tenía vía libre para emprender reformas, siempre y cuando no se pusiera en peligro la unidad de España". Esta idea de anticipación de la democracia ha sido negada por historiadores al recordar que ese no era el plan previsto por el dictador.
Ruptura con su juramento franquista
Pronto, don Juan Carlos decepcionó los planes de los franquistas al apoyar un sistema parlamentario dentro de una monarquía constitucional, pese a las fuertes resistencias de algunos sectores.
Lo que para los sectores franquista supuso una 'traición', para el resto de los españoles, fue el inicio de la restauración democrática tras 40 años de dictadura. Un proceso que comenzó formalmente el 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte del dictador, cuando Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey por el Parlamento franquista, recibiendo no solo un título, sino todos los poderes que ostentó el desaparecido autócrata.
El acto tuvo lugar en el Salón de Sesiones del Palacio de las Cortes ante las Cortes Españolas. Con la tribuna del hemiciclo adaptada y convertida en un amplio escenario alfombrado, el presidente del Consejo de Regencia leyó la fórmula de juramento que decía: “¿Juráis por Dios y sobre los Santos Evangelios cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino y guardar lealtad a los Principios que informan el Movimiento Nacional?”.
A continuación, don Juan Carlos, Don Juan Carlos respondió acatando estos principios del régimen franquista, vigentes en ese momento, poniendo su mano ante los Evangelios que sostenía el presidente del Consejo de Regencia.
Tras el acatamiento, el nuevo rey dio su primer mensaje a la nación, tras lo cual abandonó el salón acompañado por la familia real y las autoridades presentes.
La proclamación se hizo ante las Cortes franquistas en aplicación de la Ley de Sucesión y de los trámites vigentes en 1975.
"Rey de todos los españoles"
En su discurso de proclamación don Juan Carlos I expresó su voluntad de ser "el Rey de todos los españoles" y señaló su deseo de restablecer las libertades públicas y el respeto a la ley dentro del marco legal vigente en ese momento. El mensaje combinó la solemnidad institucional con referencias a la continuidad del Estado y al compromiso con España.
Sin embargo, para sorpresa de muchos, don Juan Carlos no se aferró a todo el poder recibido y, con la ayuda de políticos que venían del franquismo como Adolfo Suárez, Torcuato Fernández-Miranda y otros, impulsó en los meses siguientes una reforma política votada en referéndum el miércoles 15 de diciembre de 1976 que recibió el apoyo del 97,36 % de los votantes que en un 77,8 % depositaron su papeleta en la urna. Este apoyo popular permitió celebrar en 1977 las primeras elecciones democráticas en más de cuatro décadas.
Esto llevó a la aprobación en un referendo en 1978 de la actual Constitución, que consagra el carácter meramente simbólico de la monarquía.