Los cinco momentos de Rajoy en la comisión Kitchen: rifirrafes, negativas y retranca

  • El expresidente ha negado entre rifirrafes estar al tanto de Kitchen y de la Caja B

  • Ha tenido que defenderse y ha llegado a pedir a los diputados que respeten "la presunción de inocencia"

  • La ausencia de preguntas del PP, el momento de alivio para él

Ha habido varios rifirrafes, muchas negativas, alguna queja y un poco de la habitual retranca del expresidente del Gobierno. Mariano Rajoy no se ha salido del guion, que por cierto llevaba escrito, en la comisión de investigación de Kitchen, que aborda el presunto espionaje desde el Ministerio del Interior durante su Gobierno, al extesorero del PP Luis Bárcenas.

Mariano Rajoy no ha reconocido saber nada de ese espionaje que se investiga en la Audiencia Nacional, y de paso ha aprovechado para negar su conocimiento de una caja b el PP, cuya existencia se pretendía tapar con ese espionaje al guardián de los documentos, Luis Bárcenas.

El expresidente del Gobierno ya había adelantado el contenido de su declaración, y pese a la vehemencia de algunos de los diputados que le interrogaban, no se ha movido ni un ápice de su plan inicial. Eso sí, se ha quejado de estar siendo "acusado" de muchas cosas y ha terminado las dos horas de sesión reclamando solemnemente a los diputados que no obliguen a la gente a defender su presunción de inocencia. Estos han sido los cinco momentos más llamativos de la sesión:

'Enganchada' con el PSOE: "No conozco a Villarejo"

Ni cinco minutos ha habido que esperar al primer momento estelar de la tarde. Rajoy intentaba dejar claro que él no tiene nada que ver con Kitchen y -lógicamente- el primer interrogatorio pasaba por ahí después de que el excomisario Villarejo contara que se comunicó directamente con él sobre el asunto.

¿Ha hablado usted alguna vez con Villarejo? -le ha preguntado el diputado socialista Felipe Sicilia. "No he hablado con él nunca, no me consta que me haya mandado un mensaje y jamás le he respondido a uno", ha empezado a decir Rajoy mientras leía. Después ha intentado mostrar las contradicciones sobre él del comisario que coordinó la Kitchen, pero el diputado Sicilia le ha frenado dándose por respondido.

A partir de ahí se han enzarzado e incluso se ha llegado a oír a Rajoy decir: "¿Me va a decir usted a mí lo que...". Sicilia intentaba apurar al máximo los 15 minutos de su turno, que incluían preguntas y respuestas, y el expresidente trataba de hacer lo que había ido a hacer, desvincularse de la trama Kitchen.

Para hacerlo, también ha recriminado al diputado que dé legitimidad a Luis Bárcenas y a Villarejo, aunque sobre todo al primero, porque el segundo "también ha dicho cosas de su partido".

Ese ha sido otro momento de discusión entre ambos, que ha llevado a la presidenta de la comisión a intervenir para imponer la paz ante los continuos 'enganchones'.

Negativa de la Caja b

Para que hubiera Kitchen, tenía que haber caja b del PP, y todo el mundo en la sala era consciente de ello. Así que el diputado del PSOE también ha ido por ahí, y también para eso llevaba Rajoy un guion.

"No hay ningún tribunal que haya afirmado la existencia de una Caja b" ha aseverado el compareciente en una afirmación que después se le ha vuelto en contra. Rajoy ha añadido que el PP ha sido condenado como partícipe a título lucrativo, lo que implica que no conocía los delitos de su extesorero al pagar en b una parte de la reforma de la sede.

Pero amén de que se eso se lo han contradicho todos los diputados de la comisión, lo cierto es que ha mezclado sentencias y ha olvidado que la contabilidad paralela sí está recogida en tres sentencias. Una, la de la pieza principal donde se consideró acreditada; dos, la del Supremo, que no lo corrigió; tres, la de la reforma de la sede de Génova, donde quedó acreditado una parte se pagó con dinero b que salía de ella.

Además, el PP fue condenado como partícipe a título lucrativo en la sentencia de la pieza principal de Gürtel, pero como responsable civil subsidiario en la reforma de la sede de Génova, que como mínimo es un reproche a la falta de vigilancia sobre lo que pasaba en su interior.

Además, le han tenido que recordar que el PP no ha sido juzgado de otra manera porque en la época de los hechos, las personas jurídicas no eran imputables, y eso lo dejó muy claro el juez Ruz en el auto en que dio por terminada la instrucción.

La tensión con Rufián: acusaciones de mentir, de hacer el ridículo y una entrega de sentencia

Si Rajoy se había llevado la lección aprendida, el diputado de ERC, Gabriel Rufián, se ha llevado la sentencia de la Gürtel y se ha levantado para entregársela al expresidente, que a su vez le ha respondido que le dará una copia de su libro "Política para adultos".

La entrega era para que pudiera leer la parte en la que la sentencia dice que sí hubo una contabilidad paralela en el PP durante 20 años. A partir de ahí, duelo de personalidades. Rajoy tiraba de retranca, Rufián de agresividad, el catalán le decía que no estaba en un programa de televisión y que respetara a la comisión; el gallego le respondía que sabía que estaba "buscando un titular" y que él no se lo iba a dar.

Los dos nerviosos y los dos con serias acusaciones. Gabriel Rufián que ha comenzado con un "¿Por qué miente?" se ha encontrado con un: "El que miente es usted".

Y así los 15 minutos largos en los que el diputado de ERC le ha puesto contra las cuerdas con distintos informes policiales que recogen referencias de Villarejo a Rajoy con distintos sobrenombres. El expresidente ha sufrido en ese turno, hasta el punto que ha terminado espetándole a Rufián que en esta sesión "ha hecho el ridículo".

Rajoy en estado puro, podrían haberme llamado "el chino"

La sesión también ha dado de sí para volver a ver al Rajoy más Rajoy. Ha ocurrido en varias ocasiones, aunque donde más se ha notado ha sido durante el turno de la diputada de Podemos Sofía Castañón, cuyo tono -que no contenido- era menos duro que el de sus predecesores en el turno de palabra.

Ella le ha recordado que algunos informes policiales hablan de cómo Villarejo se refería a él como "El barbas" o "El asturiano". El expresidente dice que después de 40 años en política, le han llamado de todo: "Como comprenderá, que me llamen el barbas o el asturiano no me supone ningún problema, como si me hubieran llamado el chimo".

Los dos, eso sí, han coincidido en lo extraño de que le llamaran "El asturiano" y ella le ha dicho que era como si la llamaran "La gallega". A lo que Rajoy le ha preguntado si era asturiana y ha comentado que vivió en Oviedo.

Ella ha puesto fin a la distensión asegurando que "no viene al caso" que sea asturiana, pero a él le ha dado un minuto de aire entre los encontronazos con los diputados que lo ponían contra las cuerdas.

El otro momento de alivio le ha llegado de la mano de su propio partido. La portavoz Cuca Gamarra no le ha hecho una sola pregunta y ha utilizado su tiempo para denunciar una causa general contra el PP.

A la defensiva por la presunción de inocencia: "Me han acusado de muchas cosas"

En la última parte de la sesión, sí se ha visto a un Rajoy que se sentía acosado y ha pedido insistentemente que se respetara la presunción de inocencia, recordando una y otra vez que a él no se le ha investigado por la operación Kitchen y que nadie ha sido aún juzgado y condenado por ello.

Además ha reprochado a los diputados que se saltaran esa presunción de inocencia y que utilizaran artículos de prensa para hacer sus afirmaciones. "Me han acusado de muchas cosas", se ha lamentado en el turno del portavoz de Cs Edmundo Bal, que le decía que no, que estaba allí para que se dirimieran responsabilidades políticas y que nadie le ha acusado de ningún delito.

Pero Rajoy ha seguido quejándose hasta el punto de que ha terminado la comparecencia con una petición solemne a la sala para que "no hagan que la gente tenga que defender su presunción de inocencia. El final era señal de que el expresidente estaba tocado por la tarde que ha tenido.