{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
9 oct. 2019. Entrevista de Pedro Sánchez con Ana Rosa. "Yo hoy podría ser presidente, ¿pero de qué Gobierno? De un Gobierno que dependiese de independentistas catalanes, de un gobierno que tuviese dos gobiernos. Yo creo que ese no es el Gobierno que necesita España". Sánchez ponía en solfa un Gobierno con los que hablaban de presos políticos y temía dos Gobiernos en uno.
La confesión de Sánchez en el Programa de Ana Rosa, y que ha sido unas de las armas más utilizadas contra el ya presidente en el debate de investidura se ha convertido en todo un arma política en toda la investidura Hoy mijsmo Inés Arrimadas lo recordaba señalando que "los que votaron al PSOE en las pasadas elecciones votaron a este PSOE y a este Pedro Sánchez. Y los diputados que hicieron campaña defendieron esto mismo en sus territorios. Mañana deberían actuar en conciencia y no pensar en el cargo y/o en el sueldo".
. Cierto que los tiempos cambian, que las elecciones, como señala el PSOE formaron unas mayorías, pero también que fue el propio PSOE el que destacó en las redes estas dos frases como parte de su campaña electoral. Ahora la oposición califica de fraude al presidente porque prometió lo que no cumplió. Es historia del pasado aunque hoy también hemos sabido que la idea de anunciar un Gobierno de forma inmediata ahora se retrasa hasta la semana que viene. ¿Para eso era necesario forzar una investidura en plenos Reyes? Ahora que se sabe que no era para la inmediatez de formar un Gobierno, la pregunta es ¿por qué tanta prisa? La realidad es que todos estos cambios entre las campañas y la realidad están dejando a los politicos como están hoy, como problema en el CIS. Rajoy también dijo que no subiría impuestas y fue lo primero que hizo al llegar. Las facturas en los cajones fue su excusa, la de Sánchez que el Congreso es el que es, el que los españoles han votado.
Los cambios de postura de Sánchez que fue elegido por primera vez como secretario general del PSOE tras vender un perfil más liberal y centrado que Madina (lo que ha cambiado en este tiempo la valoración de gran parte de la prensa sobre ambos) y que fue apoyado por Susana Díaz con la frase "no vale, pero nos vale", se adaptó a las circunstancias y cambió de piel. Lo hizo para intentar formar un Gobierno con los independentistas, lo mismo que ha logrado ahora, pero que en su día le costó la secretaría general del partido.
El bochorno fue mayúsculo con urnas tras las cortinas, socialistas votando en contra del partido (sí, nadie habló entonces de tamayazos) para impedir la investidura de Rajoy... Eran tiempos de zozobra donde el partido socialista se hundía en las encuestas. Hasta que Sánchez ganó a Susana Díaz en lo que fue el principio del fin de unos barones a los que hoy no se vio por el Congreso. Luego llegó la moción de censura, la apuesta de Sánchez por la militancia acabando con la disidencia y las elecciones ganadas. Sánchez ha pasado de ondear banderas españolas gigantes a hablar de plurinacionalidad, como pasó de decir no es no a Iglesias para luego abrazarle y pactar con él tras las elecciones. Ahora su relación parece dulce.
Finalmente, Sánchez ha logrado hoy por fin superar la moción de censura tras dos sonados fracasos. De forma agónica y liderando por primera vez un Gobierno de coalición, pero ha vencido. Veremos ahora si puede gobernar. Lo ha hecho volviendo a su idea inicial: pactando con Podemos y PNV y logrando la abstención de ERC y Bildu, entre otros. Lo que en su día le costó el liderazgo del PSOE. Hoy en el Congreso recibía aplausos, los primeros de Iglesias, pero el vídeo del no a Podemos y los independentistas se ha vuelto viral. Fue un arma electoral que luego se quedó inútil. Habrá de dar el mérito a Sánchez de haber convertido al PSOE de nuevo en el partido capaz de llegar a la Moncloa, que en el camino haya perdido gran parte de su credibilidad es otra realidad. Porque las redes, en el nuevo mundo, son la mejor hemeroteca. La entrevista con Ana Rosa es un ejemplo.