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A Eva González, que la comparen con Erin Brockovich, la activista medioambiental que torció el brazo a la todopoderosa Pacific Gas americana y que popularizó Julia Roberts en el cine, le da risa. "¡Ojalá!", dice.
Recién llegada de Eindhoven (Holanda), donde vive desde que tenía 2 años, lleva regular que lo que ahora la reclamen en foros y paneles de expertos y la presenten como la mujer que hizo caer al gobierno holandés en bloque en enero de este año. Cayó el primer ministro Rutte entonces y seis meses después empieza a resquebrajarse el Ministerio de Hacienda holandés, todo por la misma razón, haber retirado la ayuda para guardería a más de 40.000 familias casualmente inmigrantes.
González llegó a Madrid el miércoles, para participar en el WomenNow, un foro organizado por el grupo Vocento, justo en vísperas de que se conocieran los resultados de una investigación parlamentaria que deja al descubierto que la corrupción estaba más extendida de lo que se pensaba. Una veintena de altos funcionarios encubrieron actuaciones irregulares para retirar las ayudas. Funcionarios que mintieron en los tribunales y en el Parlamento cuando se les preguntó por este asunto.
"Estos funcionarios sabían ya en 2016 que su actuación era irregular, que ya había sentencias que lo declaraba así, y siguieron. Tiene que ser juzgados y lo más importante, despedidos. Para sanar el sistema hay que limpiar la corrupción", afirma.
La administración holandesa ha presupuestado 3.000 millones de euros en indemnizaciones y compensaciones para las familias pero los afectados no están cobrando. De los 157 clientes a los que ha llevado esta abogada nacida en Cáceres, la mitad esperan que les devuelvan lo suyo.
"El embrollo burocrático para cobrarlo es enorme, pensé que tras las primeras sentencias de 2014 todo sería más fácil pero no ha sido así", admite. Y en esta batalla de David contra Goliat se mantiene. "¿Que qué ganó con todo esto? Hay una parte personal, mi marido tenía una guardería y vio como sus clientes no podían pagar, pero ya no son solo ellos, son muchos más, todas las semanas nos llega casos. ¿Qué hacemos, los ignoramos?", argumenta mientras echa mano del móvil. El buzón de entrada de su correo está lleno de mensajes de Yusf, Eymen, y Alper... No les conoce pero se sabe de sobra su historia. A todos ellos la administración holandesa les canceló la ayuda para guardería de sus hijos, desde 250 euros mensuales a 1.500 por hijo, y le reclamó las cantidades que ya les había pagado dejando a más de 40.000 personas en la ruina.
"La hacienda holandesa ha terminado con toda una generación de mujeres, de familias que tuvieron que renunciar a sus trabajos, y volver al cuidado de sus hijos y hacer frente a deudas millonarias". Curiosamente no argumentó en los tribunales "discriminación por razón de raza". "Este tipo de procesos tienen un recorrido judicial muy muy largo, cuando eres inmigrante en este país -ella llegó a Holanda con dos años- eso lo sabes".
No ha habido ningún contacto con el Gobierno después de hace meses. El último para certificar que una plantilla de 210 abogados revisarán caso por caso. "La dimisión de Rutte fue táctica. Sabía que si no dimitía le presentarían una moción de censura. De hecho volvió a ganar las elecciones".
Licenciada en Derecho por la Universidad de Utrecht, asegura que fue providencial que funcionarios, el equivalente al Defensor del Pueblo y trabajadores de la administración se avinieran a plantearse la misma pregunta que se hizo ella cuando empezó todo. "¿Por qué se quitó se quita un derecho a una persona y no se le da una explicación?"
Faltan piezas por encajar en la investigación que se ha descubierto como uno de los casos de corrupción más burdos del país. "Faltan muchas cosas por saber, entre ellas quien ordenó hacer listas con los nombres de todos los que fueron desahuciados y lo mas importante ¿para que se usaron esas listas?". Continuará.