El independentismo celebra los tres años del 1-O a medio gas y con la vista en las elecciones

  • JxCat y ERC celebran el tercer aniversario del referéndum días después de la inhabilitación de Torra

  • Puigdemont y Torra animan al electorado a superar el 50% de los votos independentistas y Aragonès pide propuestas concretas

  • Los actos políticos contrastan con las manifestaciones masivas de los dos primeros aniversarios

Las cuatro barras rojas desplegadas desde la azotea del Palau en representación de la bandera catalana son el único gesto que ha tenido la Generalitat en la conmemoración de los tres años del referéndum del 1 de octubre. "Ante ese último episodio de represión, no es el momento", apuntó la portavoz Meritxell Budó en referencia a la inhabilitación de Torra. El Govern no ha organizado ningún acto institucional para recordar un hito de la política catalana que los partidos independentistas anhelan. Eso sí, con sus más y sus menos: aunque la inhabilitación de Quim Torra ha obligado a Junts per Catalunya y a Esquerra Republicana a conjurarse contra la "represión del Estado", siguen alejados en lo que al pragmatismo de sus estrategias se refiere.

Junts per Catalunya, Esquerra Republicana y la CUP, junto a la entidad Òmnium Cultural, se han encargado de recordar la actuación de la Policía Nacional y la Guardia Civil que, a orden del Ministerio de Interior del Gobierno de Mariano Rajoy, desalojó colegios electorales y requisó urnas y papeletas en 2017. Un ejemplo de ello es el Instituto Pau Claris, donde se produjeron algunas de las cargas policiales que sufrieron los votantes y que ha sido la ubicación del principal acto de la jornada.

El expresident Quim Torra, su sustituto en funciones Pere Aragonès, la portavoz del Govern Meritxell Budó, el president del Parlament Roger Torrent y el resto de nombres del núcleo independentista se han fotografiado de forma conjunta ante las puertas del colegio electoral. De hecho, los partidos están conjurados en hacer de las próximas elecciones, previstas para la primera quincena de febrero, un nuevo plebiscito que ratifique el resultado del 1-O.

Por el 50%

En un acto previo, tanto el president inhabilitado como su predecesor, el también cesado Carles Puigdemont, han animado al electorado a votar por fuerzas independentistas para que estas superen el 50% de los votos. "Nos costo mucho llegar al 'Primero de octubre', ahora tenemos una oportunidad magnifica, en las próximas elecciones podemos hacer que el mandato del 1-O siga vigente y solo es posible si ganamos y lo hacemos de forma incontestable: superando por primera vez el 50% de los votos", en palabras de Torra.

Por su parte, el president interino en funciones Pere Aragonès ha evitado referirse a los comicios en los términos usados por su predecesor. El republicano, preguntado en RAC1, ha defendido que, "más allá de los adjetivos, lo importante son las propuestas para avanzar". Por este motivo, tras asumir las tareas limitadas de Torra, llamó a Puigdemont para mostrar su predisposición a colaborar, según ha informado el líder de ERC.

Precisamente, la urna en la que votó Puigdemont ha cobrado especial protagonismo tres años después, ya que ha presidido el acto de JxCat en un colegio de Cornellà del Terri, municipio gerundense al que acudió para evitar el dispositivo policial. De forma telemática, el expresident que organizó el 1-O ha reconocido incertezas en la independencia, al que se ha referido como "el único camino".

También ha criticado que se cuestione el resultado del referéndum y no el del Brexit o el de la Constitución, que contaron con el apoyo del 37% y del 31% del censo mientras que la causa independentista consiguió el 38%, según ha reprochado. "Si no es suficiente en Cataluña, tampoco debería ser suficiente en otros procesos similares", ha aseverado.

Descafeinado

El tercer aniversario del 'Primero de octubre', tal y como se ha referido Torra a la fecha, ha sido, por el momento, descafeinado. A falta de que se celebren las múltiples convocatorias de los Comités de Defensa por la República (CDR) en las principales ciudades de la comunidad a la noche, los reducidos actos de partido y de entidades debido a las limitaciones por el coronavirus han contrastado con las manifestaciones del 2018 y del 2019 que, bajo los lemas "1 de octubre, ni olvido ni perdón" y "Lo volveremos a hacer", reunieron a 180.000 y 18.000 personas respectivamente (el segundo aniversario pinchó) en el centro de Barcelona durante todo el día.

De hecho, este último tuvo lugar dos semanas antes de conocerse la sentencia del 'procés', por lo que Assemblea Nacional Catalana caldeó el ambiente de cara a la inminente condena por la organización del referéndum la masa independentista. Lo que sucedió después es conocido por todos: las protestas, los disturbios y las cargas policiales de Urquinaona cada noche durante más de una semana. Las últimas concentraciones convocadas por los CDR, celebradas como respuesta a la inhabilitación de Quim Torra el lunes, se saldaron con la formación de algunas barricadas y con el lanzamiento de cabezas de cerdo, material pirotécnico y piedras a la línea policial, que blindaba puntos estratégicos como la delegación del Gobierno o el Parlament catalán.