El anuncio de Otegi y la foto de Iglesias: aumenta la presión para sacar a Ciudadanos del pacto de Presupuestos

  • El apoyo de Bildu a las cuentas del año que viene complica la participación de Ciudadanos en un hipotético acuerdo

  • Los de Arrimadas mantienen, pese a todo, su intención de seguir en la mesa "hasta el final"

En fútbol se le llama achique de espacios. Se trata de empujar al rival hacia su campo. Hacerle el terreno cada vez más pequeño, para que juegue más incómodo y poder así derrotarle. Pues bien, algo así le está pasando a Ciudadanos. Que le están achicando el espacio quienes creen que en la cancha del acuerdo de los Presupuestos Generales del Estado no hay sitio para todos.

ERC, Bildu, acompañados por Unidas Podemos desde el propio Gobierno siguen en su intento de arrinconar a los de Arrimadas, que si aún siguen en juego es por su empeño por resucitar la idea de que son el partido de los acuerdos. Y por el interés, además, de Pedro Sánchez de mantenerlos como aliados potenciales, si no ya para las cuentas de 2021 para más adelante.

Este jueves, mientras el Gobierno tramitaba el debate de las enmiendas a la totalidad a sus cuentas sin mayores agobios (con los votos seguros para tumbarlas) se escenificó de nuevo la estrategia.

"El peor escenario"

De primeras, Bildu anunció “salvo sorpresa de última hora” su apoyo a las cuentas del Estado. Lo anunció no un cualquiera, sino el propio Arnaldo Otegi. “El peor escenario para Ciudadanos”, deslizan fuentes de Podemos para hacer ver que si los de Arrimadas ya tenían las cosas complicadas para sumarse a un posible acuerdo, esto lo hace casi imposible. Como si les hubieran metido un gol.

Es el peor escenario para Ciudadanos

Bildu, según fuentes de la coalición, dio el paso sin avisar al Gobierno. A la parte del PSOE del Gobierno, en concreto, porque Iglesias sí que había sido advertido. Un gesto que responde a que los independentistas están en sintonía con él en lo de escorar la negociación hacia la izquierda, objetivo en el que no acaban de ver del todo implicados a los socialistas.

De hecho, fuentes conocedoras de la negociación relatan que la semana pasada, después de contactos diversos del Ejecutivo con ERC y Bildu, Moncloa puso en escena una mini ronda de encuentros para hacer ver que en la lista de candidatos al pacto sigue estando Ciudadanos. Los de Arrimadas fueron “los primeros” en pasar. Un detalle simbólico. La foto con Bildu “se distribuyó con retraso” (se envió a las 21:17) para evitar los informativos de televisión de la noche, interpretan las mismas fuentes. Otro detalle simbólico.

Para Podemos, el sí anticipado por Otegi consolida su apuesta por insistir en la vía del bloque de investidura para consensuar los Presupuestos. Es, además, un puente para que Bildu pueda ejercer como apoyo “eficaz” del Gobierno del Estado, “aún sin creer en él”.

De ahí que, tras el anuncio de que ponen sus cinco votos al servicio de las futuras cuentas, Iglesias multiplicara sus gestos de aprobación.

Primero llegó el tuit: “Es una buena noticia”. Después del tuit fue la difusión de su foto en el hemiciclo, en un “choque de codos” con Mertxe Aizpurua, portavoz parlamentaria de Bildu. Más tarde, lo remató con unas declaraciones. “Llevamos muchos meses diciendo que era inviable el apoyo a los presupuestos de Ciudadanos, que gobierna con la ultraderecha y la ultra ultra derecha. Y el sentido común se impone. La obligación de este gobierno es apostar por los socios de investidura”, dijo así, de carrerilla. Juntando el hacia dónde y el con quién no debe ir el gobierno en apenas dos frases.

Lo dicho. Achique de espacios. Aunque todavía hay partido o, incluso, cabe pensar que lo nuclear del partido empieza ahora que están las cifras sobre la mesa.

El Gobierno, de hecho, la parte socialista del Gobierno, insiste: “Creemos que habrá posibilidades de negociar con todos”, afirmó este miércoles la vicepresidenta Carmen Calvo, por más que diga Iglesias y aun después de saberse que Otegi y los suyos votarán a favor de las cuentas. Para gran disgusto, por cierto, de algún socialista de renombre. Guillermo Fernández Vara, por ejemplo, que ve como un “fracaso” no lograr hacer irrelevantes a los independentistas.

“Iré a la farmacia a buscar un antiemético”, cuenta Fernández Vara en el tuit. Es un producto contra la naúsea. Ilustrativo de hasta que punto un sector del PSOE - Page y Lambán también están en está onda- se inclina por un pacto alternativo.

Ciudadanos aguanta la presión

Ciudadanos, que lo sabe, aguanta. Lo dejó claro Edmundo Bal, su portavoz parlamentario, avisando de que van a estar en la mesa hasta el final. Interpreta que lo de Otegi es porque “están nerviosos”. Y le recuerda Sánchez que hay otras opciones que le evitan tener que “arrojarse en brazos de Bildu y ERC”. Así que, tan claro como el empeño de unos por sacarles del campo, es el de ellos por no salirse.

A Sánchez, esta tensión no le va mal. Sigue con opciones en ambas bandas. Y, de primeras, le llegan cinco votos para los presupuestos (“salvo sorpresas”) en el día en el que otros clamaban por su devolución. A Iglesias le preguntaron si había sido cosa suya. Respondió: “La política es el arte de lo que no se ve”, enigmático, como sin querer apuntarse la medalla, pero sin renegar de su aportación.