Aitor Beltrán de Guevara es el único fabricante de handpans del norte de España y los vende a medio mundo: "Me han preguntado si son braseros"

Aitor Beltrán de Guevara posa con uno de sus instrumentos a la entrada del establecimiento que regenta en Vitoria.. Redacción Euskadi
Compartir

Vitoria-GasteizEn el número 5 de la calle Correría de Vitoria abrió sus puertas hace, ahora un año, un enigmático local que despierta la curiosidad de cuantos se detienen ante su escaparate para conjeturar sobre qué es esa especie de ovnis metálicos que allí venden: ¿Braseros para asar castañas?, o ¿paelleras 3.0?

Pues no, en realidad se trata del primer taller que hay en España en el que se fabrican, venden y enseñan a tocar los handpans. Al frente del negocio, está el vitoriano Aitor Beltrán de Guevara, un enamorado de este instrumento melódico de metal y de percusión con una escala diatónica establecida, que se toca a golpe de dedo y que “siempre suena bien”.

PUEDE INTERESARTE

Hechos a mano, con un martillo, la ayuda de un martillo neumático, una prensa, un horno y pegamento, cada uno de estos instrumentos consta de dos conchas metálicas unidas entre sí, una zona sonora en el centro, llamada Ding, que está rodeada por un círculo de varias zonas sonoras. Lo que lo hace tan atractivo es que este instrumento nacido en Suiza es de lo más democrático: "Cualquiera puede tocarlo, casi suena solo, sin necesidad de tener grandes conocimientos musicales".

PUEDE INTERESARTE

El más básico lo fabricamos con nueve notas y luego se puede ir ampliando la escala”, explica Aitor. En Mercury Handpan el instrumento con mayor número de notas llega a las 20. El precio varía en función del número de notas y fluctúa entre los 1.000 y los 3.000 euros.

"Enganchado" al handpan

El instrumento es relativamente nuevo, surgió en el año 2000, y Aitor lo descubrió unos 13 años más tarde viendo vídeos en Youtube. “Pero, ¿esto qué es?”, pensó al escuchar el handpan, por primera vez: "Aquel sonido me enganchó”. “No había mercado de segunda mano y entonces no tenía un duro para comprarme uno por 1.500-3.000 euros, además apenas había fabricantes y los tiempos de espera para tener uno eran de más de un año”, recuerda.

PUEDE INTERESARTE

Obstáculos que a muchos les hubieran bastado para dejarlo estar. No, en el caso de Aitor, que se autodefine como “un culo inquieto”. Tardó tres años, hasta que a mediados de 2016, terminó de fabricar su propio instrumento “a martillazos en un garaje de Durana”. Desde entonces, ha perdido la cuenta del número de handpans que han salido de su taller, aunque rondan el medio millar. “El primero lo envié a Canadá”, aunque la mayoría se quedan en Europa: Alemania, Suiza y Holanda. La venta en España también ha experimentado un importante crecimiento los últimos años.

Del metal en bruto hasta que los dos característicos caparazones se ensamblan y se pueden empezar a hacer sonar las primeras notas puede pasar unas dos o tres semanas, “aunque el trabajo duro se reduce a dos o tres días, luego hay que dejar reposar el metal”, advierte.

Pocos en España, el único en el norte

En el Estado, solo una decena de personas fabrican este instrumento “y ninguno más, aparte de mí, lo hace en la zona norte”. Son pocos y bien avenidos, ya que, según explica, “hemos ido aprendiendo los unos de los otros”. De hecho, Aitor se mudó año y medio a Cádiz para trabajar con otro artesano.

Este autodidacta, aficionado “de siempre” a la música aunque “mis conocimientos se reducían a los cinco años de solfeo y un curso de guitarra al que me apuntaron cuando estaba en el cole”, rehúye del término visionario, aunque su flechazo por los handpans le llevara a cambiar de profesión y apostar por lo que “parecía una locura” y ha terminado siendo su vida. “Al principio fue todo tan rápido que elegimos el nombre de nuestro gato Mercury para bautizar el proyecto y así se ha quedado”, dice entre risas.

Aitor pasa muchas horas en el sótano de su taller “donde está la parte fea pero necesaria de este instrumento precioso”. Allí, aislado del resto, “para evitar que los martillazos enfaden a los vecinos”, fabrica los handpans que luego distribuye por medio mundo. Mientras tanto, en la planta baja se aúna la zona de exposición, tienda y academia, donde su compañero Álex Martínez da talleres de iniciación a “gente que jamás ha tocado un instrumento” y clases particulares a quienes quieren ampliar su conocimiento en el arte de hacer música con un handpan.

Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.