Un chófer convierte un autobús urbano de Vitoria en su particular museo rodante: "He logrado que despeguen los ojos del móvil"
El bus 129 de Tuvisa cubre la línea 6, entre Zabalgana y Salburua exponiendo las fotos de este chófer
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Vitoria-GasteizLa mayoría de los pasajeros que, a diario, viajan en transporte público lo hacen con la vista fija en las pantallas de sus teléfonos móviles, pocos observan el paisaje urbano a través de las ventanillas del autobús y menos aún, son los que charlan con el compañero de asiento, absortos con la música de sus cascos. Eso no ocurre en Vitoria, bueno, al menos no, en uno de los muchos autobuses que a diario recorren la ciudad.
En concreto, en el autobús 129, los viajeros en lugar de agachar sus cabezas, como autómatas, las levantan para observar con curiosidad el techo del vehículo. ¿Un milagro? No, miran las fotografías captadas por el chófer y que decoran el urbano, al más puro estilo de un museo rodante. "He logrado que algunos despeguen la vista del móvil", dice divertido su autor.
Para Juan Antonio Cortés de Luis (Vitoria, 1977), uno de los autobuses urbanos que conduce a diario por las calles de la capital alavesa es su oficina, y al igual que cualquiera decoraría su despacho con fotos de la familia o un cuadro que le gusta, él ha convertido el autobús 129 en una sala de exposiciones. Se trata de un vehículo articulado que puede transportar hasta 80 pasajeros y que une dos de los barrios más nuevos y populosos de la capital alavesa, Zabalgana y Salburua.
17 años al volante, 35 años haciendo fotos
Este vitoriano, cuando suelta el volante después de su jornada laboral, coge una de sus cuatro cámaras y da rienda suelta a su pasión por la fotografía. “Con 13 años le pedí a mi aita una cámara vieja de carrete que tenía, me la dio y comencé por mi cuenta a hacer fotos”.
Este es el segundo año, que este artista que se autodefine como “autodidacta y multidisciplinar” expone algunas de sus fotografías en este espacio tan peculiar. Si en 2024, la muestra se centró en una treintena de fotos de los viajes de este chófer por 17 países, desde París (Francia) hasta Morondava (Madagascar), pasando por Sumatra (Indonesia), Osaka (Japón), La Habana (Cuba) o la Bahía de Ha Long (Vietnam); este año, el foco del conductor vitoriano ha recaído en los Carnavales locales, con fotografías donde plasma la luz y el color de estas celebraciones.
Juan Antonio, al igual que el resto de conductores, no siempre se pone al volante del mismo bus, de ahí que “todavía no he tenido oportunidad de conducir el urbano con mis fotografías”, como sí hizo con la anterior exposición. “Se me hizo un poco raro”, confiesa, porque además “mi nombre está escrito fuera del vehículo”. Sus compañeros, eso sí, no han dejado de admirar su trabajo y repetirle que “están muy chulas”.
Inspirado en los hermanos Caro Baroja, que recuperaron los Carnavales vascos en los años 60 después de quedar prohibidos tras la Guerra Civil, el chófer alavés muestra en sus instantáneas, en tamaño A3, de los desfiles de Lantz, Ituren-Zubieta, Ilarduya, Egino y Andoin, con peculiares personajes que despiertan a la primavera de su largo letargo invernal, abriéndose a la luz, al color y a la vida.
El autobús 129 de Tuvisa, la empresa municipal de transporte urbano de Vitoria, con la exposición ‘Carnaval rural vasco, despertando la primavera entre cencerros, color y fuego’ recorrerá las calles de Vitoria-Gasteiz durante los próximos meses, principalmente en la L-6 que une los barrios de Zabalgana y Salburua y cruza por el centro de la ciudad, “es una de las más largas” y ahora también, una de las más entretenidas.
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