Agresiones

Un paciente arranca de un mordisco parte de la oreja a un vigilante de seguridad del Hospital de Oza, en A Coruña

hospital oza en A Coruña
Hospital de Oza donde se produjo la agresión. Google Maps
  • El guardia recibió atención médica y fue dado de alta tras 50 puntos de sutura, aunque perdió el lóbulo derecho y parte del cartílago

  • El paciente mostró una conducta muy agresiva golpeando las paredes, por la que tuvo que intervenir el vigilante en su habitación donde se produjeron los hechos

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A CoruñaUn vigilante de seguridad del Hospital de Oza ha sufrido una brutal agresión durante su jornada laboral, en la que ha perdido parte de la oreja. Un paciente de la unidad de Psiquiatría del centro coruñés se la arrancó de un mordisco cuando el trabajador intentaba mediar en un episodio de ira del enfermo.

Los hechos ocurrieron en torno a las 9:00 horas del pasado sábado. El guardia fue alertado del comportamiento de su posterior agresor, por lo que acudió a la habitación. En un primer momento consiguió sujetar al paciente para que cesase en sus actitudes violentas, pero fue en ese instante cuando el enfermo se revolvió y le propinó un mordisco.

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Según testigos presenciales, el individuo estaba mostrando una conducta muy agresiva, golpeando paredes y generando una situación de riesgo para otros pacientes y profesionales. Al parecer, esta misma persona habría tenido el día anterior otro altercado en el comedor del recinto, después de lanzar sillas hacia pacientes y trabajadores del hospital.

El parte de lesiones del vigilante de seguridad es alarmante, ha perdido el lóbulo de su oreja derecha y parte del cartílago. Fueron necesarios hasta 50 puntos de sutura para cerrar la herida, que estuvo a escasos centímetros de llegar hasta el orificio del conducto auditivo externo.

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Los sindicatos reclaman medidas urgentes

“No es un hecho aislado ni imprevisible” reza el comunicado de los sindicatos UGT y USO, que condenaron la agresión en un escrito en el que piden soluciones ante la “falta de decisiones y de avances efectivos por parte de la administración sanitaria” y denuncian que el agresor no estaba sedado.

También rechazan que desde la Consellería de Sanidad intenten derivar el problema exclusivamente a la empresa adjudicataria del servicio, que es una organización externa. Desde el hospital trasladan que “están atendiendo la situación, se pedirá información a los responsables clínicos y se valorará el contexto”.

Arranca parte de un oreja de un vigilante de seguridad en un hospital gallego

En este caso, según detallan los sindicatos, los vigilantes del centro no tienen medidas preventivas, lo que les obliga intervenir cuerpo a cuerpo con el riesgo que conlleva. En otros hospitales sí que las tienen, aunque no se utilicen, pero sirven como elemento disuasorio en entornos de alta conflictividad, con intervención directa con pacientes agresivos.

La Xunta de Galicia se sentó con las organizaciones para establecer unos protocolos de actuación para proteger a los trabajadores de las agresiones pero critican tanto UGT como USO, que “dicho proceso quedó en paréntesis, sin calendario ni medidas”. Aseguran que han intentado volver a reactivar las negociaciones con varios escritos registrados en octubre de 2025.

Casos recientes

También en A Coruña, el pasado mes de febrero, esta vez en el CHUAC, un paciente apuñaló con una navaja a un enfermero y también agredió a un vigilante de seguridad en la zona de Urgencias. El paciente acababa de ser trasladado al centro por una ambulancia del 061. En aquel momento, ninguna de las dos personas temió por su vida pero el enfermero tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.

El número de agresiones en los hospitales ha crecido hasta un 16% en el último año, en el caso gallego, la Xunta hace unas semanas dio un paso adelante para la protección de los sanitarios. En la última modificación de la ley de Salud, recoge sanciones más duras de entre 300 y 15.000 euros de multa por estas infracciones, tanto a pacientes como acompañantes.

Precisamente, la semana pasada, la Audiencia de Pontevedra ratificó una sentencia en la que se condenaba a una acompañante por agredir a una trabajadora del Hospital de Montecelo en Pontevedra. Empujó hasta en dos ocasiones a una auxiliar de enfermería hasta chocar con la pared, porque “no había pañales.” Se le impuso una multa de un mes, con una cuota diaria de tres euros.