El problema del relevo generacional en el campo gallego: Alba, de 25 años, reconoce que falta gente "que se atreva"

Alba Paz posando en su explotación lucense con sus vacas. CEDIDA
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A Pastoriza, LugoSolo un 3,5% de los ganaderos de toda España tienen menos de 35 años. El problema del relevo generacional en el sector supone un gran peligro para el futuro, ya que la mano de obra disminuye pero la demanda no para de aumentar. En el caso de Galicia, la comunidad supone un gran motor del sector primario nacional, por ejemplo lidera en la producción de leche con el 42% de toda la que se consume, en datos de 2024.

A esa circunstancia se le suma el evidente envejecimiento de la población, es la segunda comunidad más envejecida de todo el país, solo por detrás de Asturias. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en 2024 se registraron 224 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16 en Galicia. Los datos no son para nada esperanzadores, pero siempre hay excepciones que animan al resto a contradecir las estadísticas. Es el caso de Alba Paz, ganadera de 25 años de la localidad lucense de A Pastoriza, que se lanzó a un mar lleno de incertidumbres en 2024.

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La primera duda fue vital, porque la decisión se produjo en un momento familiar complicado tras el fallecimiento de su tío, con el que tenía un vínculo especial a través de los animales. “Tomé la decisión de intentarlo por mi tío, porque siempre me quiso dejar las vacas a mí. Desde siempre, siendo muy pequeña, en los veranos iba con él por ahí“. En esos paseos rodeados de animales en la parroquia de Saldanxe, se forjó lo que posteriormente sería su modo de vida.

“Me dije a mi misma, ¿qué haces? O vendes o te las quedas.” Esa respuesta la tenía que dar Alba, porque sus padres tenían su trabajo estable y “no iban a dejarlo por algo que no sabes si va a funcionar.” Finalmente apostó por el camino de atreverse, porque si le sale mal “tengo toda la vida por delante” para hacer otras cosas, pero “hasta ahora todo va bien”.

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Una entrevista que viene con el pan bajo el brazo 

Minutos antes de responder la llamada de Informativos Telecinco, Alba confiesa que son uno más en la familia. “Esta mañana ha nacido un ternero y volvemos a ser 22 animales en la explotación porque el fin de semana pasado murió una vaca. Ha sido muy especial, aunque siempre tienes miedo de que pueda pasar algo en el parto. Es lo que peor llevo, que un animal pueda enfermar.”

De todas las cosas que ha tenido que aprender, la que más le cuesta es todo lo que tiene que ver con el cuidado animal, porque no es lo mismo estar unos días en el verano que esto se convierta en tu trabajo. “Las horas de los partos, sanear… sobre todo al principio vas con muchos nervios, pero una vez que lo haces por primera vez, si te gusta, te va a gustar siempre.”

Ánimo a más gente joven para que se una

Lo mejor de este trabajo para Alba es, sin duda, el trato con sus vacas, “son muy cariñosas, es pegarles un grito y ya saben quién soy. Tenemos una conexión, si les das cariño, te lo van a devolver.” En un mundo tan vertiginoso y con tantos estímulos, aquí encuentra su remanso de paz al que anima a vivir a otros jóvenes de su edad.

“Les diría que es muy bonito, que a parte de trabajar para ti con un beneficio, si tienes una pasión no es trabajar, es vivir el día a día cuidando de los animales, yo no lo cambiaría por nada. Me veo en el futuro estando siempre aquí, aumentando el número de vacas.” reconoce mirando hacia delante, pero también con la mente puesta en el año que lleva en su nueva vida.

Sobre el relevo generacional, uno de los grandes problemas laborales que se acercan cada vez con más rapidez y no solo en este gremio, Alba considera que “existe un problema porque sí que hay gente joven, pero se meten en granjas en las que ya están sus padres, es decir, se meten en algo que ya está hecho. Pero de meterse sola, de decir puedo con todo yo sola, creo que hoy en día no hay gente que se atreva.” 

Esta joven ganadera recibe el apoyo de sus allegados pero también está inmersa dentro de un programa de la Xunta de Galicia para la inclusión de gente joven en el sector a través de la Consellería de Medio Rural. A Alba le preocupaba también la parte burocrática, como en cualquier otro negocio, la documentación, los pagos de facturas, están a la orden del día. Por eso acudió a la Oficina Rural de Meira, en la que recibe asesoramiento y en la que pasó un curso.

Dentro de la iniciativa del gobierno autonómico, se le asigna a cada persona un tutor que está pendiente de resolver dudas en todo momento de los beneficiarios de este programa. Esta lucense detalla como clave el papel de “Amparo, es mi tutora, me ayudó a tirar para adelante y es la que me animó a seguir, si no fuera por ella no sé si ahora mismo estaríamos aquí”.