El papa Francisco y Benedicto XVI: la histórica convivencia de dos pontífices en el Vaticano
El papa Francisco y Benedicto XVI realizaron una convivencia histórica en el Vaticano cargada de simbolismo y contrastes: tenían diferencias ideológicas
Benedicto XVI representaba una visión más conservadora de la Iglesia, centrada en la tradición, mientras que Francisco impulsó un perfil más pastoral, social y reformista
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En 2013, Jorge Mario Bergoglio fue elegido papa. Desde el balcón de la basílica de San Pedro, sus primeras palabras no fueron para sí mismo, sino para quien lo había precedido: Benedicto XVI. De esta manera, el papa Francisco estableció un vínculo de continuidad y respeto hacia Joseph Ratzinger, quien semanas antes había renunciado al pontificado, una decisión sin precedentes en más de 600 años, informa Marta Lilao.
Desde entonces, y hasta la muerte de Benedicto XVI en 2022, la Iglesia convivió con dos papas: uno en funciones, otro emérito. Benedicto se retiró a vivir en el monasterio Mater Ecclesiae, dentro de los jardines del Vaticano, a escasos metros de la residencia de Francisco en la Casa Santa Marta.
Fue una convivencia histórica, cargada de simbolismo y también de contrastes. Si bien ambos mantenían una relación cordial y de mutuo aprecio, sus diferencias ideológicas y de estilo fueron claras.
Contrastes de fondo y de forma
Por un lado, Benedicto XVI representaba una visión más conservadora de la Iglesia, centrada en la tradición y la teología intelectual. Francisco, en cambio, ha impulsado un perfil más pastoral, social y reformista, abriendo el debate sobre temas como la comunidad LGTBI, los abusos dentro de la Iglesia y la pobreza.
Incluso en lo estético se reflejaban esas diferencias: Francisco sustituyó el anillo papal de oro por uno de plata, simplificó su vestimenta con una sotana blanca sin ornamentos y redujo los protocolos en las ceremonias religiosas, apostando por una cercanía más humana y directa con los fieles.
Del discurso al gesto
En lo público, la diferencia era también notable. Benedicto destacaba por sus profundas reflexiones teológicas, mientras que Francisco ha ganado atención por su estilo directo y sus gestos espontáneos. No han sido pocas las ocasiones en las que ha roto el protocolo para abrazar a un enfermo o saludar personalmente a los fieles, consolidando así una imagen de humildad y cercanía.
El 5 de enero de 2023, la imagen quedó para la historia: el Papa Francisco presidía el funeral de su predecesor en la plaza de San Pedro. Por primera vez, un Papa enterraba a otro Papa, en un acto que cerraba un capítulo singular en la historia de la Iglesia Católica.
Así, Francisco no solo ha sido el pontífice que convivió con su antecesor, sino también quien despidió con respeto y solemnidad a Benedicto XVI, cerrando una década marcada por la convivencia de dos visiones distintas de la fe católica, unidas por el servicio a Dios y a los fieles.
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