Solicitan una orden de alejamiento contra el comisario denunciado por acoso a una ayudante en la Embajada de España en India

La Fiscalía ha pedido una orden de alejamiento de 500 metros para el comisario Emilio de la Calle, denunciado por acosar presuntamente a quien era su ayudante en la Embajada de España en la India y que este lunes se ha acogido a su derecho a no declarar en la causa abierta en la Audiencia Nacional.

Tras la citación de este lunes el juez Francisco de Jorge deberá decidir si impone la medida cautelar pedida tanto por el Ministerio Fiscal como por el abogado de la querellante contra el comisario, quien enfrenta una querella por presuntos delitos de acoso sexual y laboral, lesiones, amenazas, agresión sexual y contra la intimidad de una subinspectora.

Tras el intento sin éxito de suspender su comparecencia, alegando falta de tiempo para su defensa y su "situación psicológica muy precaria", el comisario ha llegado junto a su abogado a la plaza Villa de París y ha entrado y salido de la Audiencia Nacional sin hacer declaraciones a los medios.

Ese policía ha sido cesado de sus funciones como consejero de Interior de la Embajada y está suspendido desde hace semanas.

La subinspectora ha denunciado que el comisario le dio un beso en la comisura de los labios sin su consentimiento y que la amenazó y pegó, incluso en público, en una situación de acoso que se habría producido desde que entró a trabajar en la embajada como personal de apoyo operativo, en julio de 2024, hasta que el mes pasado denunció los hechos por vía interna en la Policía.

La querella de la mujer fue presentada con grabaciones

El juez De Jorge admitió su querella, en la que esta policía denuncia haber sido víctima de un hostigamiento "permanente en el tiempo", de un control "sistemático" sobre su vida, e incluso haber recibido collejas del comisario, entre otras lesiones.

La querella incorpora grabaciones en las que el comisario se habría dirigido a ella en estos términos: "¿Qué hago? ¿Te pego? ¿Te doy una hostia? Sí, a ver si con un ojo morado...". "Te he dado una colleja, porque no me... Sí, te he dado una colleja y te la volveré a dar". "Vete a casa, date una ducha, saca el satisfyer"; "¿Tan gilipollas eres?".

Denuncia que su superior la denigraba, la "insultaba y descalificaba gratuitamente", la acosaba incluso fuera de su horario laboral y miraba sus mensajes de móvil.

También relata un episodio en el que, el 14 de febrero, cuando la subinspectora sufrió un desmayo "fruto del estrés acumulado" y se encontraba indispuesta en su casa, el comisario se acercó y "mientras le acariciaba la mejilla, le dio un beso en la comisura de los labios que ella no consintió" ni "estaba en disposición de consentir".

Relata además como en un acto en la Embajada de Hungría, el comisario la sujetó del brazo "violentamente", "la empujó y la dirigió" a un sitio apartado "para abroncarla" después de que ella estuviese hablando con un chico durante un discurso, lo que motivo un mensaje del cónsul de la Embajada en el que lamentaba no haber intervenido ante comportamiento "inaceptable" en Hungría.

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