El caso Desirée Mariottini, siete años después: condenas, dolor y memoria en el barrio romano de San Lorenzo

El caso de Desirée Mariottini, la menor violada y asesinada por cuatro hombres en el barrio romano de San Lorenzo, cumple siete años
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Este fin de semana se cumplen siete años del asesinato de Desirée Mariottini, una menor de 16 años que fue hallada muerta en un edificio okupa del barrio de San Lorenzo de Roma tras haber sido drogada, violada y abandonada por cuatro hombres que no la prestaron auxilio en sus últimas horas. El caso desató una ola de horror e indignación en toda Italia, al revelar una trama de degradación, silencio y desamparo que terminó con la vida de una adolescente.
Desirée entró en el bloque de San Lorenzo sobre las 16:00 horas del 18 de octubre de 2018. Había ido hasta allí por una crisis de abstinencia y se encontró con cuatro varones que conocía del barrio y con quienes ya había tenido contacto en el ambiente de la droga. Estos le ofrecieron una sustancia, asegurándole que solamente era metadona, pero en realidad la mezcla contenía psicotrópicos que causaron la pérdida de "su capacidad de reacción". Posteriormente, la agredieron sexualmente durante la madrugada.
Los agresores vieron que la menor estaba teniendo complicaciones graves de salud y, a pesar de ello, decidieron no auxiliarla para evitar problemas con la justicia. Solo le dieron agua y azúcar. Luego, la llevaron a un sofá y acabó perdiendo la vida. Una persona desconocida llamó a la policía alertando sobre el mal estado de una joven, pero era demasiado tarde. En la mañana del 19 de octubre, se halló el cadáver de la adolescente en el edificio, que se utilizaba como punto de venta de droga.
Los cuatro asesinos de Desirée Mariottini
La autopsia, incluida en el expediente judicial, determinó que la muerte se debió a un paro cardiorrespiratorio por intoxicación aguda, y que ya estaba inconsciente al momento de la violación. Por el crimen fueron condenados Yusif Salia (cadena perpetua, que se mantuvo a pesar de los recursos), Māmādou Gara (cadena perpetua, que pasó a 22 años al pasar de "homicidio" a "muerte por otro delito"), Alinno Chima (27 años, que pasaron a 26 al declinarse una atenuante) y Brian Minthe (24 años y 6 meses, que pasó a 18 años con el recurso).
Los jueces subrayaron que los acusados impidieron los socorros a Desirée cuando ella ya estaba en estado gravísimo o inconsciente, y que "se opusieron al llamado de una ambulancia" a quienes lo sugerían. Además, se destacó que engañaron y drogaron deliberadamente a la víctima para anular su voluntad.
En el momento del crimen, Yusif Salia tenía una orden de expulsión vigente, mientras que Māmādou Gara y Alinno Chima contaban con permisos de residencia humanitaria ya vencidos, y Brian Minthe también tenía un estatus irregular. Los cuatro operaban en San Lorenzo, una zona controlada por clanes napolitanos de la Camorra, que subarrendaban la venta de drogas al menudeo a inmigrantes africanos. Aunque no eran miembros directos de la mafia, estaban alianzados con los clanes, lo que les permitía distribuir drogas aprovechando su acceso a ciertos circuitos de venta callejera.
La madre de la menor, Barbara Mariottini, se pronunció durante las sentencias y los recursos de los condenados. En todo momento dijo que "quería el máximo de pena" para los agresores y que no había "encontrado justicia". Una vez se emitió el fallo definitivo en octubre de 2024, apuntó, según 'Corriere della Sera': "Sé que algún día ellos podrán salir de la prisión mientras yo cumpliré mi condena del dolor". La familia esperaba un mayor castigo, aunque las sentencias fueron un alivio por el reconocimiento judicial de la culpabilidad de los cuatro acusados.
El recuerdo de Desirée en pleno 2025
Desirée era una adolescente alegre y soñadora. Los que la conocen la recuerdan como una joven con aspiraciones, a pesar de las dificultades que enfrentaba. Siempre mantenía una actitud positiva y estaba llena de vida. De ella destacaban su simpatía y su deseo de superación. Era estudiante de secundaria en Cisterna di Latina, donde vivía, y había mostrado interés por la música y la danza, actividades que la hacían sentirse libre y feliz, antes de que su vida se trucara de manera tan trágica.
Una de sus profesoras de baile, la coreógrafa Maria Grazia Angeletti, recordó a su alumna víctima de feminicidio durante el evento de Terres des Hommes 'Stand Up for Girls', celebrado en Roma el pasado mes de marzo. Hizo mención sobre el caso de Desirée, pero también del caso de Alessia y Martina Capasso, de 13 y siete años, que fueron asesinadas a tiros por su padre en Cisterna di Latina el mismo año, y al de Nicoletta Zomparelli y Renée Amato, madre y hermana de una joven que estaba rompiendo con su pareja y que fueron asesinadas en su domicilio en Cisterna di Latina en 2024 por el agente de la Guardia di Finanza, Christian Sodano.
"Alessia, Martina, Renée y Desirée fueron mis alumnas; las vi crecer, soñar y bailar. Y ahora estoy aquí hablando de ellas en pasado. La violencia no es solo un puñetazo, es una mirada que desnuda, es una palabra que hiere, es una puerta cerrada, es un amor enfermizo que controla, humilla y aísla, es un teléfono que vibra con insultos, un no que no se escucha. Es violación, es feminicidio, es una sociedad que a menudo mira hacia otro lado", destacó Angeletti en su discurso, recoge el portal 'Ildenaro'.
"Estas chicas, mis chicas, solo querían vivir, soñar, bailar, existir. Les prometo que bailaré para ustedes, bailaré para ustedes y gritaré su nombre hasta que el mundo me escuche. Porque cada niña, cada joven, tiene derecho a un futuro, no a una lápida", sentenció la que fuera profesora de Desirée. Italia sigue recordando a aquella joven, que al igual que otras víctimas, perdió la vida a causa de la violencia brutal.
