Tras una reunión de tres días en la ciudad de Kobe (suroeste de Japón), los representantes de Francia, Alemania, Italia, el Reino Unido, EEUU, Canadá, Japón y Rusia han instado a sus líderes a que "acuerden una meta común a largo plazo" durante la cumbre del G8 en Hokkaido (norte de Japón), entre el 7 y 9 de julio.
Con el objetivo de reducir al menos a la mitad las emisiones de CO2 a la atmósfera en 2050, que ya contaba con el apoyo de la Unión Europea (UE) y Japón, el G8 quiere "demostrar el liderazgo" en la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, los ministros de Medio Ambiente no lograron llegar a un acuerdo concreto sobre el establecimiento de una cuota de reducción de las emisiones a medio plazo.
"Necesitamos un objetivo a largo plazo y para los países desarrollados necesitamos además una meta clara a medio plazo de reducción del dióxido de carbono", ha dicho en una rueda de prensa el secretario de Estado de Medio Ambiente alemán, Matthias Machnig.
El escollo del medio plazo
Después de tres días de reuniones, los ministros subrayaron la importancia de que los países desarrollados se comprometan a "objetivos cuantificables" y de que se establezcan "medidas de mitigación" para los países en vías de desarrollo.
EEUU, reacio a comprometerse a cuotas vinculantes de reducción de sus emisiones, estuvo dispuesto durante la reunión a "ir más allá".
Sin embargo, Washington ve difícil comprometerse a objetivos a medio y largo plazo que no incluyan algunos de los principales emisores como China o la India.
En su comunicado, los ministros del G8 aludieron a la efectividad de las políticas de bonos de carbono e incentivos fiscales, y animaron a los países a que las utilicen.
Sobre la propuesta japonesa de reducción de las emisiones por sectores y áreas -hogares, oficinas y transportes incluidos-, los ministros consideraron que "pueden ser una herramienta útil para alcanzar los objetivos a nivel nacional".
Los máximos representantes de Medio Ambiente acordaron continuar negociando hasta establecer un acuerdo que sustituya al protocolo de Kioto, que expira en 2012. LA