Steve Bannon revela que varios científicos de Wuhan huyeron y entregarán pruebas de la culpabilidad de China

  • Bannon asegura que el FBI reúne pruebas de que China encubrió el coronavirus

  • El excolaborador de Trump cree que equivale a "asesinato premeditado" de miles de personas

Steve Bannon, el que fuera mano derecha de Donald Trump y estratega principal de su campaña presidencial, ha revelado que científicos del cuestionado laboratorio de Wuhan, ciudad china donde se originó el brote de COVID-19, comenzaron a desertar a mediados de febrero y colaboran con los servicios de inteligencia occidentales en las investigaciones sobre el origen del virus que ya mató a más de 560.000 personas en el mundo.

Además, ha asegurado que el FBI avanza en una investigación sobre la base de que la pandemia mundial fue causada por una filtración del Instituto de Virología en Wuhan y que el encubrimiento posterior equivaldría al “asesinato premeditado” de miles de personas. “Sé que algunos desertores están trabajando con el FBI para tratar de clarificar lo que sucedió” en el Instituto Wuhan, que según él fue “horriblemente dirigido y terriblemente mal gestionado".

"No están hablando con los medios de comunicación todavía, pero hay gente del laboratorio de Wuhan y otros laboratorios que han llegado a Occidente y están entregando pruebas de la culpabilidad del Partido Comunista Chino", afirmó en una entrevista con el Daily Mail. "Creo que la gente se va a sorprender", añadió.

Las revelaciones de Bannon coinciden con las denuncias de varios gobiernos occidentales sobre el polémico manejo de la crisis por parte de Beijing, y mientras EEUU reúne pruebas cada vez mayores sobre el origen del virus. Incluso el propio Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades del gobierno chino admitió recientemente que el virus había sido introducido en el mercado, en lugar de originarse allí.

Bannon, de 66 años, que trabajó como oficial de la marina, banquero de inversiones y productor de películas antes de convertirse en director ejecutivo de la campaña presidencial de Trump, se describe a sí mismo como un “ultra-hawk” sobre China, y afirma que los países occidentales deben trabajar juntos para derribar el régimen “brutal y autoritario”.

"Tienen pruebas muy convincentes"

El ex funcionario norteamericano, que formó parte del Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos durante su estancia en la Casa Blanca, reveló que los investigadores de EEUU, Europa y Reino Unido, con quienes colaboran los desertores, creen que el coronavirus se propagó como resultado de un accidente en el que se realizaron experimentos para desarrollar vacunas y fármacos terapéuticos para tratar los virus del tipo Sars. "Creo que tienen inteligencia electrónica, y que han hecho un inventario completo de quién ha proporcionado acceso a ese laboratorio. Tienen pruebas muy convincentes", dijo.

Según apuntó, los científicos que huyen del régimen comenzaron a salir de China y Hong Kong a mediados de febrero. “La inteligencia de EEUU, junto con el MI5 y el MI6 están tratando de construir un caso legal muy completo, que puede tomar mucho tiempo”, explicó y lanzó una ironía: “No es como James Bond”. “Estos tipos estaban haciendo experimentos para los que no estaban totalmente autorizados o no sabían lo que estaban haciendo y que de alguna manera, ya sea por un error involuntario o por un técnico de laboratorio, una de estas cosas salió de allí. No es tan difícil que estos virus se fuguen. Por eso estos laboratorios son tan peligrosos”, señaló.

Paralelismo con Chernóbyl

Para el ex asesor de Trump, lo que sucedió en Wuhan tiene paralelismos con Chernóbyl, el accidente nuclear de 1986. De hecho, calificó a la pandemia como el “Chernóbyl biológico de Wuhan”. “Como en Chernóbyl, en Wuhan también hay encubrimiento, el aparato estatal se reporta a sí mismo y se protege a sí mismo”, explicó. Bannon, que tiene estrechos vínculos con Guo Wengui, un multimillonario chino exiliado, sentenció: “Independientemente de si el virus salió del mercado o del laboratorio de Wuhan, las decisiones subsecuentes del partido comunista chino los declaran culpables de asesinato premeditado”.

“Sabemos esto porque Taiwán informó formalmente a la OMS el 31 de diciembre que había una especie de epidemia en la provincia de Hubei [donde está Wuhan]. El CDC en Beijing fue informado el 2 o 3 de enero, y decidieron retener esa información y luego firmar un acuerdo comercial con los EEUU el 15 de enero. Si hubieran sido directos y sinceros en la última semana de diciembre, el 95% de las vidas perdidas y la carnicería económica se habrían contenido”, afirmó.

Desde que se conoció la propagación del brote, la teoría que tiene más consenso es que el virus tendría su origen en un murciélago o un pangolín y que luego pasó al hombre. El lugar probable de contaminación sería un mercado de Wuhan donde se vendían animales salvajes vivos. Sin embargo, EEUU ha declarado en más de una oportunidad que no descarta que el virus haya nacido en el laboratorio chino, como señala Bannon.

Es más, un informe de la alianza de agencias de inteligencia “Five Eyes” -compuesta por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Nueva Zelanda y Australia- asegura que Beijing ocultó información. Según el documento, existen pruebas de que el virus se originó en el Instituto de Virología de Wuhan, cerca del mercado húmedo de donde China dice que proviene. Afirma, además, que el gobierno asiático encubrió la noticia del virus silenciando o “desapareciendo” a los médicos que hablaron, destruyendo las pruebas del virus en los laboratorios y negándose a proporcionar muestras vivas a los científicos internacionales que trabajan en una vacuna.

Uno de los aspectos más críticos del informe es la falta de transparencia de China sobre cómo se propagó la enfermedad. El expediente resalta la existencia de una “negación mortal de la transmisión entre humanos” en las primeras etapas del brote en Wuhan. De hecho, revela que China tenía “pruebas de transmisión entre humanos desde principios de diciembre”, pero siguió negando que pudiera propagarse de esta manera hasta el 20 de enero. La Organización Mundial de la Salud aceptó esas afirmaciones de Beijing sin poner reparos y aún cuando Taiwán y Hong Kong expresaron su preocupación, según el informe.

En la entrevista con el Daily Mail, Bannon también instó al premier británico Boris Johnson a descartar los planes para permitir que la empresa de telecomunicaciones china Huawei desempeñe un papel en la nueva red 5G del Reino Unido. El mandatario tiene previsto pronunciarse sobre el futuro de Huawei en los próximos días, pero se espera que anuncie una retirada escalonada del gigante asiático de su territorio.