En claroscuro sigue pintándose el panorama de la integración latinoamericana

AGENCIA EFE 29/11/2010 16:24

En 2010 Argentina y Uruguay han sido capaces de salvar sus diferencias, al igual que Colombia con Venezuela y con Ecuador, pero Costa Rica y Nicaragua han tomado el relevo y escrito un nuevo capítulo en la fecunda historia de problemas entre vecinos latinoamericanos, algunos latentes desde hace más de un siglo.

Además, Honduras sigue siendo una piedra en el zapato de la integración por la negativa de los países "bolivarianos", reunidos en torno a Venezuela, a aceptar al Gobierno de Porfirio Lobo, elegido en las urnas en 2009, solo meses después del golpe contra Manuel Zelaya, que como jefe de Estado sumó a su país a ese grupo.

Lobo no ha sido invitado a esta cumbre que se celebra los días 3 y 4 de diciembre en Mar del Plata (Argentina), pues su país sigue suspendido en la Organización de Estados Americanos (OEA) debido al golpe del 28 de junio de 2009.

Los dos países rioplatenses sí han dejado atrás un conflicto de siete años abierto por el supuesto efecto contaminante de una planta de celulosa instalada en Uruguay a orillas de un río del que Argentina también es ribereña, un conflicto que afectó a las comunicaciones por tierra entre ambas naciones y llegó hasta la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.

Colombia y Venezuela han abierto desde agosto una nueva etapa en sus relaciones, que han atravesado en el último año momentos de alta tensión por el presunto refugio de guerrilleros del primer país en territorio venezolano y los acuerdos militares suscritos por el ahora ex presidente colombiano Álvaro Uribe con EE.UU.

El traspaso del poder en Colombia, de Uribe a Juan Manuel Santos, fue lo que posibilitó la reconciliación con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

En el caso de Argentina-Uruguay la "paz" solo se logró una vez que cambiaron los titulares de ambos gobiernos: Néstor Kirchner (fallecido en octubre) por su esposa Cristina Fernández y Tabaré Vázquez por su compañero en el Frente Amplio José Mujica.

Santos, que como candidato era presentado como el delfín de Uribe, ha logrado además restablecer las relaciones con Ecuador, como culminación de un proceso de normalización iniciado durante el Gobierno uribista.

El anuncio de la vuelta de los respectivos embajadores a Quito y Bogotá se hizo el 26 de noviembre en Georgetown, la capital de Guyana, durante una cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas.

Las relaciones diplomáticas estaban rotas desde marzo de 2008 a consecuencia de una operación militar colombiana contra un campamento guerrillero en Ecuador que causó 26 muertos.

La tensión se ha trasladado, sin embargo, a Centroamérica, donde Costa Rica, un país sin Ejército, y Nicaragua se han enzarzado en un conflicto de límites por una isla cercana al río San Juan, con denuncias costarricenses de una invasión nicaragüense de su territorio, negadas por el otro país.

El caso ha llegado a la OEA, donde no ha habido resultados, y el Gobierno de Costa Rica lo ha elevado también a la CIJ, donde ya se dirimió un problema bilateral por el río San Juan con un resultado favorable a Nicaragua.

Otro Gobierno que ha recurrido a la CIJ es el peruano, que pretende que el tribunal establezca los límites marítimos entre Perú y Chile, por no estar de acuerdo con la forma en que se hizo la delimitación en los años 50.

Curiosamente esta demanda no ha enturbiado casi las relaciones bilaterales y los presidentes de ambos países acaban de comprometerse en Lima a intensificar su integración en materia económica, entre otros ámbitos.

El conflicto entre Chile y Bolivia a causa de una zona costera del Pacífico, que fue boliviana pero pasó a ser chilena a fines del siglo XIX debido a una guerra, es de los más antiguos pero hoy está encauzado mediante una agenda de negociación bilateral.

Bolivia mantiene su reclamo de una salida soberana al mar y a falta de resultados concretos en su diálogo con Chile ha logrado de Perú, su antiguo aliado en la guerra de 1879-1883, que le renueve por 99 años las facilidades portuarias y de libre tránsito para sus exportaciones por Ilo, un puerto sobre el Pacífico donde además le ha cedido 3.000 metros cuadrados para un anexo de la Escuela Naval.

Con estas luces y sombras la integración latinoamericana es un proceso que sigue adelante pero no logra su plena consolidación.

La Comunidad Andina languidece, el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) ve trabada su marcha por problemas como el enfrentamiento entre Costa Rica y Nicaragua y el Mercosur trata una vez más de salir de estancamiento.

En este panorama, solo la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), creada en 2008 y centrada más en la integración política que comercial o económica, parece tener pujanza.

La Unasur ha logrado reducir la tensión política en Bolivia en 2008, acercar a Venezuela y Colombia, y lograr posturas comunes ante el golpe en Honduras y la reciente sublevación policial en Ecuador.

En su cumbre en Guyana (26 de noviembre) la Unasur abogó por más integración y aprobó una cláusula democrática para arrinconar a quienes tengan intenciones golpistas.