Muere un niño de cuatro años en la guardería mientras dormía la siesta

Sufrió una infección vírica que le afectó a los pulmones
Los profesores se encontraban en su hora de comida
Muere un niño de cuatro años en la guardería mientras dormía la siesta. El pequeño, que padecía un trastorno del espectro autista, sufrió una infección vírica que afectó a sus pulmones.
El accidente ocurrió mientras los profesores se encontraban en su hora de comida y no estaban presentes en la sala, en una centro infantil situado en Cork (Irlanda). La normativa del centro establece que los docentes deben hacer una revisión a los pequeños cada 10 minutos. Al parecer, solo echaron un vistazo. Los profesionales se dieron cuenta de que el pequeño Cillian, que se encontraba durmiendo de lado, no respiraba demasiado tarde, según informa El Caso.
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Como es habitual en casos de niños con necesidades especiales, un profesional le acompaña durante gran parte de la jornada, pero ese día, precisamente, el cuidador marchó dos horas antes dejándolo a cargo de los profesionales del centro. Después de su fallecimiento, la guardería realizó una investigación interna y todo apuntaría a una falta de rigor con la política de sueño seguro que tienen que cumplir los centros.
"Fue abandonado en la sala"
El padre del niño ha asegurado que su hijo "fue abandonado en la sala". Por otra parte, su cuidador ha asegurado que, cuando se marchó del centro, dejó al niño tranquilo en su rincón favorito. "Sus mejillas estaban rosadas", afirmó.
Cuando, después de un rato, alguien se dio cuenta de que el pequeño no respiraba, se activó la alarma y se le intentaron hacer maniobras de reanimación cardiopulmonar. Finalmente fue trasladado al Hospital Universitario de Cork y, según fuentes médicas, allí murió a causa de una parada cardiorrespiratoria provocada por una miocarditis y una neumonía bronquial bilateral mohosa.
La doctora que llevó el caso ha explicado que es probable que el niño no presentara síntomas visibles de lo que le pasaba y, por lo tanto, su muerte sería natural. No obstante, los padres de la criatura creen que el personal de la guardería tendría que haber comprobado cómo estaba su hijo mientras dormía.
Según trasladó el tribunal encargado de juzgar el caso tanto la propietaria de la guardería como dos trabajadores estaban celebrando una comida de Navidad el día que el pequeño Cillian murió, el pasado 14 de diciembre. Un cuarto empleado tenía el encargo de vigilar a los niños, pero no lo hizo.
La dirección del centro ha manifestado que este suceso es inusual, y que en mayo del 2018 pasaron una inspección completa. Además, desde el accidente, un experto ha vuelto a ratificar que el centro cumple con todas las normativas.