{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Si es usted un amante del foie gras, sepa que solo le quedan 2 años más para disfrutarlo en Nueva York. La ciudad acaba de aprobar una legislación que prohibirá la venta de este producto a partir del 2022.
Más de 1.000 restaurantes se verán afectados por esta normativa, y van a tener que suprimir de sus menús este manjar. Ninguno quiere enfrentarse a la multa de hasta 2.000 dólares (unos 1.900 euros) que se impondrá a las tiendas y restaurantes que lo vendan. La propuesta original era aun más estricta y planeaba castigar hasta con un año de prisión a quienes no cumplieran la orden municipal, pero al final se ha optado por no llegar tan lejos e imponer un castigo monetario.
Semanas antes de morir, los patos son alimentados varias veces al día con el fin de engordar su hígado hasta 10 veces más de su tamaño normal. Se les inyecta comida con un tubo a través de la garganta hasta que no pueden más. Es entonces cuando están listos para que su hígado se convierta en foie gras.
Muchos activistas defensores de animales hace años que denuncian que este proceso es una tortura. Gracias a su insistencia, ahora Nueva York dejará de favorecer esta práctica. Se suma así a California, donde la prohibición de vender foie gras, y aunque se suspendió durante 3 años, volvió a instaurarse en el 2017.
Chicago también quiso proteger a los patos. De hecho, fue pionera en la prohibición de la venta de foie gras, pero en el 2008 la orden municipal fue revocada ante la insistencia de un gran grupo de propietarios de restaurantes que veían en la medida una amenaza a otros productos de lujo. Muchos se preguntan si en Nueva York podría pasar lo mismo.
La medida no ha gustado nada a los propietarios de los restaurantes neoyorquinos, la consideran "injusta". "Es una batalla continua porque es un producto incomprendido", explica John Winterman, copropietario del restaurante Batard, en Tribeca. "Esto es idiocracia", apuntaba el chef de Momofuku, David Chang, en su cuenta de Twitter. "Vamos a ver un gran aumento en la venta de foie gras antes de que la prohibición entre vigencia", señalan desde el restaurante francés Dirty French, que sirve este manjar a 20 dólares el plato.
Tampoco están nada contentos los productores de foie gras, en especial las dos grandes empresas que controlan la mayor parte de la producción: Hudson Valley Foie Gras y La Belle Farm, que en total crían alrededor de 350.000 aves al año para producir foie gras Ambas aseguran que esto supone un problema para sus negocios, ya que la ciudad de Nueva York representa el 30% de sus ventas. Y aunque la ley no comenzará a aplicarse hasta el 2022 para dar tiempo a las empresas a reorganizarse, no va a ser fácil recuperarse. "California y Nueva York fueron nuestros mercados mas grandes, esto es devastador", apuntan desde la granja de Hudson Valley.
Los granjeros defienden que las aves no sufren durante el proceso de engorde y se quejan de que esta medida no es buena para nadie. "Esta prohibición de foie gras, apunta Ariane Daguin, CEO y fundadora de la empresa de alimentos D´Artagnan. "Si el tratamiento humano es realmente el problema aquí, primero deberíamos analizar las prácticas de la granja industrial antes de cerrar las pequeñas granjas".
El proyecto de ley ha sido presentado por la demócrata Carlina Rivera, y aprobado por una amplia mayoría de legisladores (42 votos a favor y 6 en contra). "Como defensora de los derechos de los animales durante toda mi vida, estoy emocionada de que el Consejo haya votado a favor de aprobar esta legislación histórica", ha señalado Rivera, ¨es una de las prácticas más violentas contra un animal y se hace simplemente porque se trata de un producto de lujo".
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, no ha querido dar su opinión al respecto, pero ha asegurado que firmará este proyecto convirtiéndolo en ley. La prohibición del foie gras es solo una de las normas aprobadas dentro de un paquete de medidas que pretende acabar con la crueldad contra los animales. Entre ellas, el Consejo de la Ciudad también aprobó otra norma que prohíbe que los carruajes de caballos trabajen los días húmedos.