Autonomía o velocidad de recarga: ¿qué importa más si viajas en un coche eléctrico?

¿Cómo cargar un coche eléctrico por primera vez?
Por lo general, tardan 30 minutos en cargar su batería al 80%
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Una de las principales preocupaciones cuando se está decidiendo si dar el salto a la electromovilidad o no es sobre si se podrá viajar cómodamente en coche eléctrico. Hay varias cuestiones que rondan por la mente de los futuros compradores, pero, principalmente, las preocupaciones son sobre la autonomía y la velocidad de carga. ¿Qué habría que tener más en cuenta en un coche eléctrico?

Con la tecnología actual, la autonomía real de un coche eléctrico es cada vez mayor. Ahora se pueden recorrer grandes distancias y los desplazamientos diarios estarían totalmente cubiertos.

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La autonomía, la duda de todos los conductores

La autonomía de un coche eléctrico hace referencia a la distancia que puede recorrer con una sola carga. Este es uno de los principales factores que se consideran a la hora de comprar un coche eléctrico. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, la autonomía de los modelos modernos oscilan entre 250 y 600 kilómetros, dependiendo del tamaño de la batería y la eficiencia que tenga el vehículo.

Cuanta más autonomía tenga un vehículo eléctrico, hay un menor estrés por la carga, ya que los conductores pueden cubrir distancias mayores antes de tener que preocuparse por buscar una estación de recarga, lo que puede hacer que los viajes largos sean mucho más agradables.

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Por otro lado, al tener una autonomía mayor, hay una flexibilidad de rutas. No hay que ceñirse a aquellas rutas donde se encuentren las estaciones de carga. Se pueden escoger otros caminos menos transitados o que tengan un mejor paisaje, o simplemente, sean más rápidos.

Además, hay que tener en cuenta que en ciertas regiones rurales hay menos puntos de carga rápida, por lo que la autonomía extendida es algo bastante importante en estos casos.

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Sin embargo, un mayor rango suele implicar que las baterías de los vehículos sean más grandes y caras, algo que se traduce en que el precio inicial del coche sea más alto.

Velocidad de recarga, el factor tiempo

La velocidad de recarga determina cuánto tiempo necesita un coche eléctrico para reponer su energía. Las estaciones de carga varían desde cargadores lentos de corriente alterna hasta estaciones ultrarrápidas de corriente continua que pueden cargar una batería al 80% en menos de 30 minutos.

El tener una mayor velocidad de recarga supone un menor tiempo de espera, lo que hace que en los viajes largos, esta capacidad de recargar rápidamente pueda hacer que se reanude el trayecto más pronto.

Una carga rápida también hace que más conductores puedan utilizar la misma estación en menos tiempo, lo que hace que esa infraestructura mejore su eficiencia. Además, hay que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, los conductores no pueden dedicar horas a cargar el coche, por lo que es esencial para ellos que la velocidad de recarga sea lo más rápida posible.

Lo que hay que saber es que las estaciones de carga rápida son menos comunes, y también, más costosas de utilizar. Además, las cargas ultrarrápidas pueden generar un desgaste mayor en la batería a largo plazo.

Es cierto que los fabricantes de vehículos y las empresas de tecnología están invirtiendo mucho para poder mejorar tanto la autonomía de los vehículos como la velocidad de carga. Estas nuevas generaciones de baterías de estado sólido han permitido aumentar la densidad energética y acortar los tiempos de carga en gran medida. Por otro lado, las redes de carga también están expandiéndose con estaciones de 350 kW, que son capaces de dar cientos de kilómetros de autonomía en apenas veinte minutos.

Trucos para aprovechar al máximo la autonomía del coche eléctrico

La clave está en conducir de forma eficiente y respetando siempre los límites de velocidad legales. La velocidad influye mucho en el consumo, lo que va a hacer que la autonomía real dependa del trayecto que se va a hacer, ya que, no es lo mismo conducir en ciudad que en autovía.

Cuando hay una conducción relajada y anticipatoria, además de ser una conducción más segura, va a permitir que se aproveche al máximo la autonomía del coche eléctrico.

Por otro lado, el terreno también influye en el esfuerzo que tiene que hacer el coche, y por tanto, en su autonomía. No es igual conducir por un firme irregular de manera continua como una carretera de montaña con pendientes, que conducir por una autovía donde el asfalto está en buen estado y apenas hay desniveles. El esfuerzo que tiene que hacer el coche no es igual, y por tanto, la batería consumida tampoco.

El peso del coche es otro factor a tener en cuenta, ya que afecta lógicamente, en el consumo de batería. El número de pasajeros y la cantidad de carga puede hacer que el coche necesite de un extra de energía. Al igual que si se utiliza la calefacción o los faros.

Por último, hay que tener en cuenta el clima. Este factor también influye directamente en el rendimiento de cualquier tipo de batería, ya que el funcionamiento óptimo se da entre los 20 y 40 grados.