Experto en recambios de coches: "Hay averías que se incrementan significativamente durante el verano"
La llegada de los meses más calurosos del año tienen especial incidencia en la batería, los frenos, el sistema de refrigeración o los neumáticos, con unas marcas más afectadas que otras.
Ante temperaturas extremas, precaución al volante: ¿cómo afecta la ola de calor tu coche?
La llegada del verano acentúa los problemas mecánicos que podemos sufrir en nuestros vehículos. No solamente porque es un periodo con más viajes por carretera (según las estimaciones de la DGT, se superarán los cien millones de desplazamientos en la Operación Verano 2025), sino que las altas temperaturas también influyen, especialmente en ciertos componentes.
Averías más frecuentes en verano
El último informe de la empresa de recuperación de piezas de automóvil Recomotor, realizado en conjunto con más de 10.000 talleres españoles, demuestra que los vehículos están más expuestos a averías y desgaste cuando llegan los meses de julio y agosto, los meses más calurosos de año por norma general. Aproximadamente, las averías aumentan un 5% durante esta temporada.
Según los datos de averías del año pasado y las previsiones de este, “durante los meses más calurosos del año se incrementan significativamente las reparaciones, sobre todo en sistemas relacionados con la refrigeración, la electrónica y el motor. Este fenómeno se agrava en vehículos con menor mantenimiento o en modelos que ya presentaban problemas recurrentes”, explica Marc Cuñat, responsable de recambios de Recomotor.
Estas áreas más problemáticas coinciden casi a la perfección con las que señala la Dirección General de Tráfico, que considera que los elementos que más tenemos que prestar atención en los meses más cálidos son la batería, los frenos, el sistema de refrigeración o los neumáticos, porque son los que más sufren con las altas temperaturas. A continuación, vamos a exponer las causas por las que se degradan más estos componentes con el calor.
- Batería: el calor provoca que el ácido del interior de la batería se seque con más facilidad. Si está cerca de acabar su vida útil, hay más posibilidades en verano de que se quede sin carga.
- Neumáticos: el asfalto marca cifras récord de temperatura cada verano y son las gomas la única parte del vehículo que entra en contacto. Por tanto, no estar en un estado óptimo o tener una presión incorrecta pueden ser motivos que afecten a una mayor posibilidad de sufrir reventones, pinchazos y desgastes prematuros.
- Líquidos: tal y como sucede con el ácido de la batería, las altas temperaturas favorecen la evaporación de algunos líquidos del vehículo. Esto sucede especialmente con el refrigerante y el anticongelante. También habría que estar pendientes de los niveles de líquido de frenos y aceite lubricante, así como el líquido limpiaparabrisas, que nos será muy útil para limpiar el excedente de insectos o suciedad.
- Sistema de frenos: las altas temperaturas pueden afectar y presentar síntomas como un pedal de freno más duro o que se hunde con más facilidad de lo que es habitual. Si se observa esto, podría significar pérdida de capacidad de frenada, ruidos o vibraciones al frenar.
- Además, el calor puede afectar a todos los sistemas electrónicos, especialmente si les da el sol de manera directa, así como a elementos que se degradan con el calor como las escobillas, el salpicadero, las ópticas, las gomas, las juntas o el salpicadero.
En cuanto a las averías más habituales en verano y qué modelos sufren más, serían las siguientes, según los datos recabados por Recomotor:
- Fallos del sistema de refrigeración: Alfa Romeo, Fiat y Peugeot.
- Fallos en el aire acondicionado: Renault, Mercedes y Seat.
- Averías eléctricas: Renault, MG y Lynk&Co.
- En el lado contrario de la balanza, Toyota, Honda y Kia “siguen mostrando una alta fiabilidad incluso en condiciones extremas, registrando menos incidencias durante el verano”.
Mantenimiento del vehículo con altas temperaturas
Como suele suceder en muchos ámbitos, “es mejor prevenir que curar”, por lo que un buen mantenimiento preventivo se antoja como la solución ideal. Para ello, los expertos en recambios de coches recomiendan “revisar el sistema de refrigeración, comprobar los niveles de líquidos (incluido el refrigerante y el aceite) y si fuera necesario realizar cambio de los líquidos, y asegurarse del buen estado del sistema de climatización antes de los desplazamientos largos son medidas clave para evitar averías”, así como revisas por completo batería y electrónica si el vehículo tiene más de cinco años o signos de fallos.
La Dirección General de Tráfico también expone una serie de recomendaciones que pueden servir para evitar muchas de las averías más frecuentes en verano. Por ejemplo, nunca habría que estacionar el vehículo en la calle en las horas de más calor a pleno sol. Si no queda de otra, se recomienda el uso de parasoles y fundas para cubrir zonas como los asientos y volante, para que el conductor no los encuentre abrasando al reanudar la marcha y, sobre todo, tapar con estas la electrónica del vehículo, como la pantalla de infoentretenimiento.
Si el vehículo se queda estacionado durante un largo periodo, no es lo más recomendable. Intenta arrancar el coche y circular un rato porque podría acrecentar los problemas el hecho de dejarlo inmóvil. Revisa el coche con frecuencia adicional durante esta época y no te olvides de revisar los puntos clave antes de un viaje en carretera. Si tu destino vacacional es de costa, puede haber un desgaste adicional a causa de la humedad y el salitre, lo que puede afectar al sistema eléctrico del vehículo y a piezas como el alternador, el motor de arranque o los latiguillos de los frenos, por lo que trata de evitar estacionar al aire libre o cubre el vehículo con fundas para compensar las condiciones ambientales.