Los 10 errores que la DGT más detecta en los conductores novatos: cuáles son y cómo evitarlos
Los especialistas en Formación de Conductores de la Dirección General de Tráfico analizan cuáles son los principales errores en nuestro primer año de carnet de conducir.
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Según datos de la Dirección General de Tráfico, actualmente hay en España unos 450.000 conductores novatos, aquellos que cuentan con menos de un año de antigüedad al volante y solamente teniendo en cuenta las cifras del carnet B, el que autoriza a conducir coches (y motos de hasta 125 centímetros cúbicos cuando tengas más de tres años de experiencia). Aprobar el examen teórico y práctico y obtener el permiso de conducción no es más que la punta del iceberg y serán las horas de práctica las que nos hagan evitar ciertos errores en los que la DGT pone el foco.
Aprobar no es saber conducir
Se suele decir que "sacarse el carnet no es aprender a conducir" y es algo cierto. Lo primero es obtener la certificación legal para conducir, mientras que aprender a conducir es algo que va más allá y se necesita experiencia práctica y horas al volante para adquirir las habilidades, aplicación de conocimientos teóricos y responsabilidad suficiente para manejar un vehículo de forma segura.
No solamente hay que entender las normas de tráfico, sino entender cómo circulan el resto de vehículos y, sobre ello, desarrollar reflejos y habilidades para tomar decisiones rápidas, y asumir una gran responsabilidad individual y social para la seguridad vial. Sin embargo, hay ciertos conductores noveles que se vienen arriba y pueden cometer ciertos errores ‘de novato’ que pongan en peligro al resto de usuarios de la vía.
Los grandes errores de los conductores novatos, según la DGT
Los especialistas en Formación de Conductores de la Dirección de Tráfico han querido señalar cuáles son los principales errores que suceden de forma habitual en conductores inexpertos (lo que no significa que no los cometan también aquellos con más experiencia). Se resumirían en estos 10 puntos principales.
Manejo del volante: los conductores noveles pueden presentar fallos en ciertas técnicas para el manejo correcto del volante, incluyendo entre estos un agarre incorrecto, mover las manos de una forma inadecuada o errores a la hora de girar este elemento. Todo ello, teniendo en cuenta que el volante es crucial a la hora de controlar la trayectoria del vehículo, puede hacer que ciertas maniobras se atraganten, con el consiguiente riesgo que tiene para el propio conductor novato y para el resto de usuarios que circulan a su alrededor.
Falta de anticipación: a la hora de ejecutar la llamada ‘conducción defensiva’, consistente en conducción preventiva a través de una serie de técnicas de conducción sencillas y útiles para anticiparse al riesgo y prevenir situaciones de peligro, los conductores novatos no tendrán tanta posibilidad de anticiparse a los acontecimientos debido a su inexperiencia.
Al salir de la autoescuela, los conductores noveles suelen pecar de la llamada “conducción a corta distancia’, en la que se enfocan mucho en el frontal del vehículo sin ver qué sucede a cierta distancia delante del vehículo, como unos dos coches más adelante. Esto hace que no se anticipen frenadas, atascos o desplazamientos laterales repentinos. También puede haber mucho riesgo a la hora de llegar a un paso de peatones, donde la falta de observación y anticipación pueden hacer que no podamos frenar y detenernos a tiempo.
Exceso de confianza: el tercer error tiene que ver con pecar de exceso en lugar de defecto. Como decíamos en la introducción, en la autoescuela nos enseñan a aprobar, pero a conducir aprendemos a base de horas de práctica. Aunque hayamos aprobado la obtención del permiso de conducción, hay que ser muy prudentes durante los primeros meses al volante. No te creas mejor de lo que eres por mucha soltura como conductor que notes, porque puedes dar lugar a situaciones peligrosas para ti o los otros usuarios de la vía.
Indecisión: relacionado con lo anterior, también un exceso de prudencia puede ser perjudicial a la hora de conducir. La falta de rodaje suele jugar en contra de tomar decisiones que necesitan ser firmes al volante, como incorporaciones, adelantamientos (aunque estos últimos no se deberían ni considerar en los primeros meses) o cambios de dirección que requieren que se hagan de forma correcta pero decidida.
Velocidad inadecuada: teniendo en cuenta que el exceso de velocidad es una de las causas más habituales de entre las que provocan siniestros, que un conductor inexperto vaya por encima de los límites marcados puede ser todavía más peligroso que si lo hace un conductor experimentado. Hay que recordar que la normativa que limitaba su velocidad a 80 km/h fue suprimida en 2011 y ahora mismo tienen los mismos límites de velocidad que el resto de conductores. El problema, además, es que puede que al comienzo de nuestro historial como conductores no percibamos el riesgo de una velocidad excesiva según las circunstancias del tráfico.
Distancia de seguridad: este es un error realmente frecuente en todo tipo de conductores, pero en el caso de los conductores noveles se agrava debido a su falta de anticipación y una velocidad de reacción todavía no muy plena. Circular sin guardar la debida distancia de seguridad adecuada a la velocidad y a las circunstancias de la vía puede ser fatal porque una frenada brusca que termina desencadenando una colisión muy grave.
Distracciones: la primera causa de siniestralidad según datos de la DGT no desaparece cuando precisamente los conductores novatos debían ser más cautos y precavidos y estar pendientes de todos los estímulos que tienen al volante. También cometen el error de manipular el móvil mientras conducimos, así como otro tipo de distracciones. Según la DGT, “la manipulación de los propios mandos del vehículo, aún no automatizada, o la siempre conversación con otros ocupantes pueden ser motivo de distracción que impidan concentrarse de forma adecuada a un conductor inexperto”.
Incumplimiento de normas básicas: nuevamente, no es un error exclusivo de los conductores noveles, pero se incumple con frecuencia la obligación de circular por el carril derecho en vías interurbanas (suelen ir por el central porque hay más distancia a ambos lados), abandonar las glorietas desde carriles interiores o no detenerse completamente en las señales de STOP.
Desconocimiento del vehículo: antes de comenzar a circular con frecuencia, el conductor que todavía debe llevar la “L” (realmente la señal V-13), debería primero cerciorarse de que conocen “el manejo de sus mandos, sabiendo dónde están o cómo activarlos cuando los necesita. Igualmente debe conocer y saber cómo utilizar correctamente las ayudas electrónicas (ADAS) que equipa su coche”.
Aparcamientos y rampas: son maniobras que, a pesar de que se ensayan en la autoescuela, su auténtica dificultad aparece cuando tenemos que realizarlas sin ayuda del profesor y sin pedales secundarios para que nadie nos asista. El proceso de estacionamiento requiere práctica para adquirir cierta destreza en la coordinación de manos y pies y la salida en rampa también necesita de horas de práctica para conseguir el adecuado tacto para la coordinación de varios pedales.