La velocidad que te muestra tu coche es diferente a la de Google Maps: cuál es la correcta para evitar multas

Hay una cierta diferencia entre la velocidad que marca el velocímetro y la que figura en las apps de navegación. ¿Sirven ambas para evitar que nos multe un radar?
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Cada vehículo lleva instalado un aparato conocido como velocímetro que es el que nos marca la velocidad a la que estamos circulando. Sin embargo, este es realmente una aproximación, por lo que muchos conductores se están valiendo de aplicaciones de navegación que también miden la velocidad, en este caso a través del posicionamiento GPS. ¿Cuál es más fiable y cuál nos evitará multas por exceso de velocidad?
¿Cómo mide la velocidad el velocímetro del coche?
El velocímetro, ya sea analógico o digital (o ambos, en algunos modelos), es el elemento con el que nuestro vehículo nos indica la velocidad a la que supuestamente circulamos. Sin embargo, puede que nunca te hayas preguntado cómo funciona este sistema de medición y de dónde recoge la información que traduce en un número que refleja la velocidad.
Podríamos pensar que el cálculo se hace teniendo en cuenta factores como el número de revoluciones por minuto del motor en una marcha determinada, pero no. El velocímetro mide realmente la rotación de la rueda (a través de un imán en la caja de cambios que actúa como sensor) y el eje de transmisión. Por tanto, desde un punto de vista estricto, no mide la velocidad, sino que establece un cálculo de la misma según esas variables.
Hay ciertos factores que pueden interferir en la exactitud de la medición. Por ejemplo, un cambio en el tamaño de las ruedas y los neumáticos. Como norma general, si pones ruedas y neumáticos en tu vehículo con un diámetro de rodadura mayor, tu velocímetro mostrará una velocidad más lenta de la que estás viajando. Si pones ruedas y neumáticos con un diámetro de rodadura más pequeño, tu velocímetro mostrará una velocidad más rápida de la que realmente estás viajando.
También el desgaste tiene un papel que jugar en la exactitud de la medición de velocidad por parte del velocímetro. Esto se debe al hecho de que la calibración de velocidad se realiza con neumáticos nuevos. A medida que sumamos kilómetros y pasa el tiempo, las gomas experimentan un desgaste que se traduce en una circunferencia menor. Este hecho por sí mismo cambia las mediciones y la precisión del velocímetro, que mostrará una velocidad más alta de la real, ya que las ruedas giran más rápido de lo que lo harían con los neumáticos nuevos.
“A medida que tus neumáticos envejecen, tu velocímetro en realidad sobreestima tu velocidad, por lo que podrías pensar que vas más rápido de lo que realmente es. En cualquier caso, si los neumáticos están lo suficientemente desgastados como para hacer un cambio notable en la lectura del velocímetro, es probable que sea hora de reemplazarlos”, se puede leer en un estudio de la Universidad de Nueva Gales del Sur que se centra precisamente en las diferencias entre el velocímetro de un automóvil y una aplicación GPS.
Además de estos factores técnicos, hay un motivo legal por el que el velocímetro nunca te va a decir la velocidad real. Esto tiene que ver con una normativa europea, el Reglamento 39 que regula ‘la homologación de los vehículos en lo relativo al aparato indicador de velocidad y al cuentakilómetros, incluida su instalación’. Este establece que el velocímetro no puede mostrar una velocidad inferior a su velocidad real, por ejemplo, no puede mostrar que estás viajando a 100 km/h cuando en realidad lo estás haciendo a 101 km/h. Pero permite que el velocímetro muestre una velocidad de hasta un 10% + 4 km/h por encima de su velocidad real. Llevado a la práctica, esto significaría que circularás a 100 km/h cuando el velocímetro diga que vas hasta a 114 kilómetros por hora.
¿Es más precisa la medición de un GPS?
En cuanto a la utilización de un software que funcione con GPS, como Google Maps o Waze (su aplicación hermana de navegación que también pertenece a Google), el funcionamiento para el cálculo de velocidad es distinto. En primer lugar, no están sujetos a la misma regulación que los velocímetros de serie, por lo que su cálculo de velocidad puede ser más exacto. A grandes rasgos, estas aplicaciones aprovechan la tecnología satelital de posicionamiento global para calcular la velocidad determinando el tiempo necesario para recorrer una distancia determinada.
Sin embargo, tampoco pensemos que son 100% infalibles. En primer lugar, suelen presentar un cierto retraso entre el momento en que se registra la velocidad y el momento en que aparece en la aplicación. Sin embargo, “si bien puede haber un retraso muy corto a medida que se reajustan los cálculos del GPS, es tan insignificante que los conductores probablemente no lo notarán”, dice el estudio.
Además, según el mismo, las aplicaciones que utilizan GPS también tienen otro ‘talón de Aquiles’ que resta efectividad a sus mediciones. “Si conduces por una carretera plana y recta, es probable que el GPS sea más preciso que lo que se muestra en su velocímetro”. Sin embargo, si subes o bajas una pendiente, la cosa cambia.
“Es el cambio en la elevación, en relación con los satélites GPS que circulan por encima, lo que da como resultado el error. Las curvas horizontales no lo afectan. En teoría, un dispositivo GPS inteligente podría tener en cuenta la pendiente de la carretera y ajustar la velocidad mostrada para que sea más precisa. Sin embargo, esta es una situación relativamente rara y no hay una justificación sólida para que los dispositivos de navegación realicen este ajuste. Los conductores deben tener en cuenta este factor cuando conduzcan por carreteras empinadas. En ese caso, para estar absolutamente seguro de lo rápido que estás conduciendo, necesitas saber cuánto marca el velocímetro del automóvil”.
De cualquier forma, si no te interesa tanto la exactitud (ninguna opción lo será al 100%) como asegurarte de que no te van a poner una multa, con el velocímetro sería suficiente por el motivo anteriormente comentado. Si marca una cierta velocidad, como mucho vas a ir realmente a esa velocidad, pero lo más seguro es que vayas más lento de lo que marca. Las multas por exceso de velocidad varían en España entre 100 y 600 euros, además de la pérdida de puntos del carnet de conducir y dependen de la velocidad superada y el tipo de vía, pudiendo llegar a ser consideradas delito si se superan los 80 km/h sobre la velocidad permitida en la vía, tal y como se recoge en el artículo 379.1 del Código Penal.
