Viajar a Menorca ya es más caro que irse al Caribe: un experto analiza la peligrosa subida de precios del turismo nacional
Según un estudio, una semana en Menorca puede costar el mismo precio, o incluso más, que en Punta Cana
Hemos hablado con Enrique Espinel, COO de Civitatis y destacado experto en marketing y operaciones en el sector turístico a nivel global
Como cada año, con la llegada del verano, los españoles planifican sus vacaciones comparando diferentes destinos que visitar. Sin embargo, cada año se topan con una paradoja cada vez más inquietante: volar a Punta Cana les sale casi igual -o incluso más barato- que pasar una semana en Menorca. La isla balear, célebre por sus calas turquesas y tranquilidad natural, ha escalado posiciones en la lista de destinos turísticos más caros de España. Tanto, que ya compite en precios con enclaves del Caribe o de Asia Menor.
Según un estudio realizado por el portal de viajes Destinia, unas vacaciones tipo en Menorca -una semana en agosto para dos personas, en hotel de cuatro estrellas todo incluido y buena ubicación- pueden costar hasta 2.726 euros. Esto supera el precio de viajar a Anatolia (Turquía) y se aproxima peligrosamente a los 2.883 euros de Punta Cana o los 3.100 de la Riviera Maya. La única diferencia es que Menorca está a apenas 900 kilómetros de Madrid, y los otros destinos, a más de 8.000.
Para Enrique Espinel, COO de Civitatis y destacado experto en marketing y operaciones en el sector turístico a nivel global, el fenómeno no es casual, sino el resultado de "una tormenta perfecta" que lleva años gestándose. "Muchos destinos nacionales, especialmente los insulares, tienen una capacidad muy limitada. Cuando se junta una demanda muy alta con poca oferta, sobre todo en verano, es inevitable que los precios se disparen", explica el experto en una entrevista con Informativos Telecinco.
A esto se le añade un encarecimiento global de los costes turísticos. "El precio de la energía, el transporte o los alimentos se ha disparado, y todo eso repercute directamente en el producto final". Asimismo, hay una fuerte competencia por parte del turismo internacional, "que sigue viendo España como una opción asequible, lo que también presiona al alza", explica.
Las reservas internacionales aumentan más de un 50%
Si ir a Menorca o Mojácar cuesta lo mismo que cruzar el Atlántico, muchos españoles están empezando a mirar fuera. Y es que, se está viendo una reducción significativa de las reservas por parte del turista nacional, que tradicionalmente ha sido el principal motor de Menorca en temporada alta. Según los datos compartidos por Destinia, las reservas desde España hacia la isla han caído un 17% respecto al verano pasado.
Espinel lo confirma: "Lo estamos viendo muy claramente en nuestras métricas. Desde 2023, las reservas de viajeros españoles hacia destinos internacionales han aumentado más de un 50%. Esta escalada puede provocar que destinos muy populares pierdan al turista nacional, que ha sido históricamente su principal motor".
Hay varios factores que explican esta preferencia: "Vuelos más accesibles, ganas de vivir nuevas experiencias lejanas y, en muchos casos, precios que compiten directamente con los de ciertos destinos nacionales", explica el experto.
París, Roma o Nueva York, los destinos internacionales favoritos de los españoles
Encabezando el ranking de destinos internacionales favoritos para los españoles se encuentran ciudades como París, Roma o Nueva York, los cuales ofrecen una propuesta cultural muy potente. "Incluso en el caso de Nueva York, que podría verse afectada por los aranceles de la administración Trump, sigue siendo un destino top este verano y uno de los más reservados en Civitatis", apunta Espinel.
Además, viajar fuera ya no implica tanta complicación como antes. "Plataformas como la nuestra permiten a los viajeros organizar todo en su idioma y con total confianza, desde visitas guiadas hasta traslados o excursiones. Esto elimina muchas barreras que antes frenaban a algunos perfiles de turista, y hace que destinos internacionales sean cada vez más cómodos y atractivos para el público español", comenta.
El auge del norte de España: una alternativa en crecimiento
Curiosamente, mientras Menorca se encarece, otros destinos nacionales consiguen mantener precios competitivos. Gran Canaria, por ejemplo, ofrece el mismo tipo de paquete vacacional por debajo de los 2.000 euros. "La diferencia está en la estructura y la capacidad de absorción", explica Espinel. "Gran Canaria tiene más de 1,2 millones de plazas turísticas en verano. Menorca tiene 412.000, con un techo legal de 430.000 que incluso podría reducirse. Esas cifras marcan la diferencia. Cuanta más capacidad, más flexibilidad para ajustar precios sin tensionar la oferta", argumenta.
Otro caso llamativo es el auge del norte de España. El experto en turismo asegura que fue una de las grandes sorpresas de 2024: "Las reservas en ciudades como Vigo, Bilbao, Oviedo o Santiago de Compostela crecieron un 30% en comparación con 2023. Sólo en mayo de ese año, el crecimiento fue del 41% respecto al mismo mes del año pasado. Sin duda, el norte se está consolidando como una opción muy atractiva y en crecimiento".
El perfil del viajero que elige esta zona busca algo diferente. "El norte ofrece temperaturas más suaves en verano, paisajes espectaculares y una gastronomía que cada vez gana más reconocimiento. El viajero que elige esta zona de España busca experiencias distintas, más tranquilas y auténticas, alejadas del turismo masivo de costa. Por ello, los precios suelen ser más contenidos que en otros destinos tradicionales de sol y playa", afirma.
El riesgo de expulsar al turista nacional
Y la gran pregunta, ¿el aumento de precios en destinos nacionales continuará? Espinel cree que la respuesta dependerá de las decisiones que tomen tanto el sector privado como las administraciones públicas. "Si no se amplía la oferta, se diversifican los destinos y se gestiona mejor la demanda, es probable que los precios sigan subiendo en temporada alta".
Un incremento de precios que puede llegar a provocar que "el turista nacional se quede fuera", y eso cambia la identidad del lugar. "Si solo vienen turistas con un nivel adquisitivo alto o extranjeros, se pierde esa conexión tan valiosa entre el destino y su gente local. La diversidad en el turismo es fundamental para que sea sostenible y equilibrado", comenta.
Según Espinel, el perfil de viajero más afectado es el viajero nacional medio: "Familias, parejas, incluso grupos de amigos que antes optaban por pasar una semana en la playa dentro de España". Los cuales se ven obligados a tener que adaptar sus vacaciones. "Ajustan sus días libres en temporadas de turismo más bajas o en elegir destinos más económicos", explica.
Para evitar que esta situación vaya a más, Espinel asegura que hay herramientas para revertir la tendencia. Su apuesta es la de provocar una desestacionalización y diversificación de la oferta. "En Civitatis, por ejemplo, contamos con más de 95.000 actividades en todo el mundo. Nuestra apuesta es que el turista no se limite a viajar en julio o agosto, y que no se conforme con la playa. Eso es lo que permite equilibrar la presión sobre los destinos y seguir generando valor sin saturarlos", concluye.