La carta de Jorge Palma, presunto asesino de Marta Calvo: "Prefiero morir y enfrentar a la justicia divina"

  • La Audiencia Provincial de Valencia ha sido testigo de la lectura de la carta que Jorge Ignacio Palma, presunto asesino de Marta Calvo, escribió en prisión

  • En la misiva, Jorge Ignacio Palma asegura que la muerte de Marta Calvo fue "un accidente" y pide "perdón a la madre de la chica"

  • Jorge Ignacio Palma asegura en la carta que no quiere que le vean como "un monstruo asesino de mujeres", y emplea el plural

Jornada clave en el juicio contra Jorge Ignacio Palma, el presunto asesino de Marta Calvo, acusado también de matar a otras dos mujeres, –Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas–, así como de intentarlo con otras ocho mujeres entre el verano de 2018 hasta el 7 de noviembre de 2019, –cuando presuntamente acabó con la vida de Marta.

Dando inicio a la decimoctava sesión en la que es la cuarta semana de juicio, en primer lugar, y justo antes de que el propio Jorge Ignacio prestase declaración, se ha procedido a la lectura, ante todos los presentes, de la carta que el presunto asesino escribió cuando ya se encontraba en prisión.

La carta de Jorge Ignacio, presunto asesino de Marta Calvo, íntegra

La escribió el miércoles 13 de noviembre de 2019, y su texto íntegro es el siguiente:

“Soy Jorge, esto es un accidente y nunca me imaginé que mi vida fuera a terminar de esta forma. La madrugada del 7 del 11 contraté el servicio de una joven escort. Me caía muy bien, y aclaro que esto no tiene nada que ver con el delito de violencia de género. Respeto y amo a las mujeres y todos los seres vivos.

Esa noche fuimos a mi casa y estuvimos unas cuantas horas de fiesta. Después, ella me dijo que llevaba dos días de fiesta y que no se sentía bien, que se tomaría una ducha y que íbamos a parar. Ya se había hecho de día y estuve de acuerdo, así que cuando llegó de la ducha nos acostamos a dormir.

La cuestión es que cuando me desperté al día siguiente me di cuenta de que había fallecido, así que, al ver la situación, me dejé llevar por el pánico y no supe qué hacer, más que querer morir junto a ella, pero temía que alguien llegara y no pudiera quitarme la vida, así que pensé en deshacerme del cuerpo de la chica, pero como no podía sacarlo yo solo de la casa sin llamar la atención, compré esa tarde una sierra para poder cortar sus extremidades.

Prefiero morir y enfrentar la justicia divina

Eso fue lo que hice y el día siguiente, en cuanto me desperté, fui y puse las bolsas en dos contenedores de Alcira y otro de Silla. 

Escribo esto para narrar lo que sucedió y dejar prueba de que mi madre no tuvo nada que ver ni supo de esto tan terrible que ocurrió. Ella llegó el 8 de noviembre por la noche de Mallorca, que es donde vive. Vino porque ese día era mi cumpleaños y, aunque sí me notó preocupado, nunca supo el porqué. No la llevé a la casa de Manuel, ya que tengo otro piso en la Ollería, en la calle Isabel la Católica número 38 o 40, no me acuerdo con exactitud.

Pido perdón a la madre de la chica

Es terrible para mí estar escribiendo estas palabras, pero el miedo de morir en prisión no me deja vivir, y aunque sí fue un accidente, temo que me tomaran por un monstruo asesino de mujeres, el cual no soy. Por eso, prefiero morir y enfrentar a la justicia divina, mas no dejo de pensar en mi madre. Ella es una mujer humilde, ojalá la hubiera hecho siempre caso. Siempre me ha querido y ha tratado de hacerme una mejor persona. Me sabe mal no poder despedirme y exponerla a tal humillación y vergüenza. Le pido a ella que me perdone. He sido ignorante y estúpido. Espero alguna vez, en otra vida, hacerle feliz. Ella es lo más hermoso que he tenido en esta vida. Siento no habérselo demostrado. Pido perdón también a la madre de la chica, fue un accidente. Fue un accidente”, finaliza.

Jorge Ignacio Palma contesta por impulso a las preguntas de la acusación particular

Tras la lectura de la misiva, el turno era para Jorge Ignacio, que tomaba asiento para declarar que solo iba a contestar a las preguntas de su abogada y los miembros del jurado, pero no a la acusación particular y la Fiscalía. No obstante, estos últimos le han leído las preguntas que le iban a hacer, independientemente de que él no las conteste, si bien en una de ellas ha reaccionado por impulso.

Ha sido concretamente cuando le han preguntado por la carta escrita en prisión y por el uso del plural al decir que “tenía miedo de que le vieran como un monstruo asesino de mujeres”, algo ante lo cual ha contestado que “es una forma de escribir”.

Más allá, sobre su presunto modus operandi, introduciendo cocaína por vía vaginal a las víctimas, ha señalado que “en un 40% de los servicios” ha hecho “fiesta blanca”, ha dicho que no la inventó él y ha añadido, además, que lo descubrió, “a través de ellas”, sus presuntas víctimas, prostitutas.