{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
La Guardia Civil ha alertado a través de las redes sociales sobre la plaga de orugas procesionarias del pino, un tipo de oruga que puede resultar muy peligrosa para la salud, especialmente para los niños, y para nuestras mascotas, sobre todo los perros. Estos insectos son propios de los pinares mediterráneos: en otoño e invierno permanecen en colonias en los árboles, pero en primavera descienden al suelo para enterrarse y llevar a cabo la fase de crisálida, el paso previo al nacimiento de la mariposa. Ya han invadido España.
Desde el Instituto Armado piden aumentar la precaución. La población debe tener cuidado debajo de los pinos (lugar más común de encontrarlas) y cuando dan un paseo con los canes: "En los seres humanos, las orugas pueden provocar irritación de oídos, nariz y garganta. Y si tu perro lame una oruga, o sufre una picadura, tendrá graves heridas -susceptibles de necrosarse- o incluso puede morir", han advertido los agentes este martes.
La advertencia de la Guardia Civil:
Cada oruga procesionaria tiene 500 'flechas' con veneno. En personas, como advierte la Benemérita, provocan una reacción y la aparición de síntomas como:
Los niños son los más vulnerables a estas orugas. Los expertos recomiendan limpiar los árboles de los colegios para evitar riesgos. En los parques, en años anteriores, se han quemado numerosos nidos, para evitar la propagación de la plaga (no solo para terminar con los insectos, sino para quemar sus pelos, que siguen siendo peligrosos una vez muertas). En los campos donde aparecen se están colocando carteles de advertencia. No hay que tocarlas bajo ningún concepto.
En cuanto a los síntomas que se pueden observar en los animales son:
La Guardia Civil insiste en aumentar la atención para salvar la vida de nuestras mascotas. Los agentes destacan que las orugas "van en fila, para despistar a los pájaros". En cuanto a las formas de combatir el insecto, hay varios métodos: la quema de nidos citada, así como trampas de feromonas, podas de bolsones, tratamientos insecticidas y barreras físicas. La mejor manera de evitar la proliferación son las acciones preventivas.