Denuncian el estado de miles de gallinas en una granja de Mallorca: encerradas junto a cadáveres, ratas y suciedad extrema

La granja avícola denunciada de Llucmajor, en Mallorca, alberga 136.000 gallinas ponedoras en siete naves, conviviendo con animales muertos y canibalizados
Las gallinas, catalogadas como camperas, estaban encerradas en una nave sin acceso al exterior violando la normativa de bienestar animal
La granja avícola denunciada, de Llucmajor, en Mallorca era una “pesadilla” para los animales y los vecinos de la zona. Las 136.000 gallinas ponedoras, distribuidas en siete naves, convivían con cadáveres de otras gallinas en estado de descomposición, algunos de ellos canibalizados con presencia masiva de ratas y acumulación de plumas y polvo, Las organización ecologistas ARDE y Satya Animal han denunciado las graves deficiencias higiénico-sanitarias y los presuntos delitos contra la salud pública y estafa.
Ambas entidades han presentado imágenes y testimonios documentados sobre lo que ocurría en las naves, que tenía el sello de bienestar animal Welfair, a pesar de las condiciones en las que se encontraban las gallinas, encerradas, a pesar de que sus huevos se comercializaban como camperos.
También han denunciado la existencia de extintores caducados y puertas cerradas durante al menos seis días, impidiendo el acceso al exterior de las gallinas, que catalogaban como camperas, vulnerando el reglamento europeo 2023/2465 sobre bienestar animal.
La explotación avícola, fue sancionada en 2024, vendía los huevos como camperos
La explotación avícola denunciada, la mayor del archipiélago balear en número de aves, fue sancionada en 2024 con una multa de 150.000 euros por operar sin autorización ambiental integrada desde 2017 y por un incumplir con la normativa sobre gestión de excrementos.
A pesar de ello, la empresa recibió más de 380.000 euros del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) para la construcción de un centro de clasificación de huevos y continúa operando sin los permisos requeridos.
La portavoz de ARDE, Julia Elizalde, afirma que podrían concurrir indicios de estafa al consumidor, ya que los huevos comercializados como camperos se venden a un precio superior, hasta un 35 % más, según la OCU, por garantizar un acceso al aire libre que, en la práctica, no se estaría cumpliendo.
Marina Sánchez, presidenta de Satya Animal, alerta de que el sello de bienestar animal se convierte así en "una mera herramienta de marketing".
A nivel sanitario, las organizaciones advierten del riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas como la leptospirosis o la salmonella debido a la convivencia con otras especies animales, incluso con animales muertos.
Los vecinos de la granja avícola sufren plagas de moscas y afecciones respiratorias
La situación higiénico sanitaria de la granja avícola, también afecta directamente a la población residente de Llucmajor, donde los vecinos han denunciado plagas de moscas, malos olores y problemas de salud como migrañas, vómitos y afecciones respiratorias.
Natalia García, una vecina de una urbanización cercana, ha contado que en verano, se encierran en casa para evitar respirar el aire contaminado. Otro vecino, Xisco Amaya, relata que “cuando no hay una atmósfera nauseabunda con amoníaco, está todo lleno de moscas”.
Las asociaciones vecinales denunciaron el vertido de centenares de gallinas muertas en una zanja excavada presuntamente por la propia granja, lo que podría constituir una infracción de la normativa de gestión de residuos biológicos.
Las asociaciones ecologistas, animalistas y vecinales llevan exigiendo desde el pasado año el cierre inmediato y definitivo de la explotación avícola y apelan a la Ley 21/2013 de evaluación ambiental, que impide autorizar proyectos ya ejecutados que no hayan sido evaluados previamente.
Esta legislación podría obligar a la empresa a cesar su actividad, desmantelar las instalaciones y restaurar el entorno afectado. Hasta el momento no han tenido éxito sus gestiones.