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Por qué nuestra memoria falla al punto de olvidar al niño en el coche: psicólogos explican cómo contrarrestar ese riesgo

El estrés puede llevarnos a olvidar a nuestro bebé en el interior del vehículo. Informativos Telecinco
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La trágica muerte de un niño de dos años ocurrida este lunes en Valls, Tarragona, después de permanecer varias horas solo dentro del coche familiar, tras ser olvidado por su padre al dirigirse a su trabajo, nos lleva a preguntarnos qué puede explicar este olvido. Informan Mar Bonet y Pedro Bastida.

El menor falleció como consecuencia de las altas temperaturas registradas ese día lo que, junto a la deshidratación sufrida, le provocó un choque térmico que resultó determinante en el fatal desenlace. El menor fue hallado sin vida horas después, cuando el progenitor regresó al vehículo tras ser alertado por una compañera de trabajo que lo vio en el interior.

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¿Qué falló? La memoria prospectiva, bajo lupa

Este dramático suceso ha conmocionado a la sociedad y reabre el debate sobre cómo la mente humana puede fallar incluso en los actos más significativos, y qué medidas pueden prevenir tragedias similares.

Según explican expertos en psicología cognitiva, este tipo de incidentes no siempre está relacionado con negligencia deliberada, sino con un fallo del sistema de memoria conocido como memoria prospectiva.

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Hablamos de la capacidad de recordar y realizar acciones planificadas en el futuro. Alejandra Marful, profesora de Psicología Experimental en la Universidad de Granada, explica que, a menudo "realizamos la actividad rutinaria y resulta muy complicado monitorizar el entorno donde tenemos que incluir un evento puntual de nuestro día a día".

Esto significa que cuando llevamos a cabo una rutina muy automatizada, como conducir al trabajo, nuestro cerebro tiende a actuar en piloto automático, por lo que, incluir un cambio puntual en esa rutina —como dejar al niño en la guardería— requiere un esfuerzo cognitivo adicional que, bajo estrés o distracción, puede desaparecer completamente del radar mental.

Esta vulnerabilidad mental se ve acentuada por factores como la falta de hábito, el cansancio, la ansiedad o el estrés, condiciones comunes en la vida de muchos padres.

El psicólogo clínico Enric Valls señala que en estos casos pueden concurrir distintos niveles de desconexión mental: "La persona ha ido en pilotó automático porque no está habituado a hacer este tipo de acciones o rutinas". También puede estar pasando por un "estado ansioso" en el que "la atención desaparece o no se focaliza en la acción que se está haciendo". En algunos casos puede haber incluso una "negligencia" derivada de que "no hay ningún tipo de implicación en la crianza. Lo hace y no es consciente".

Vivir en piloto automático

Ambos expertos coinciden en que el modo automático en el que muchas personas conducen su día a día es un caldo de cultivo para este tipo de errores de consecuencias devastadoras.

"Hay personas que están en un alto nivel de estrés que no están en el aquí y en el ahora. Uno de los síntomas de la ansiedad es la pérdida de la atención", recuerda Valls.

Por su parte, Marful propone estrategias sencillas pero efectivas para contrarrestar este riesgo. Se refiere a la posibilidad de usar recordatorios físicos: "podemos poner la mochila del bebé en el asiento del copiloto y nuestras cosas del trabajo junto al a ellas”, de esta forma, nos obligamos a detenernos y recordar que hay un pequeño que depende de nosotros.

Además de objetos físicos, se recomienda configurar recordatorios en el teléfono móvil, utilizar aplicaciones específicas que detectan la presencia de un niño en el coche, o incluso sistemas de detección de peso en los vehículos más modernos.

El duelo tras una tragedia así

El fallecimiento de un hijo en estas circunstancias no sólo deja un vacío imposible de llenar, sino que suele desencadenar un profundo trauma psicológico.

"Ante este tipo de circunstancias lo que se genera es un shock inicial", una circunstancia que deriva en un "estrés postraumático donde la persona no es consciente de lo que acaba de ocurrir", explica Valls.

Ambos profesionales coinciden en que el duelo, aunque único en cada persona, puede presentar rasgos comunes en casos así: sentimientos profundos de culpa, aislamiento social, depresión o, incluso, pensamientos autodestructivos.

"Todos los duelos son únicos e irrepetibles, pero hay algunos como este caso, que no se elaboran y pueden dar sintomatología depresiva", advierte Valls.

Cómo prevenir desde la conciencia

Más allá de medidas tecnológicas o físicas, ambos expertos insisten en un cambio de mentalidad y hábitos. Hacer una pausa, ser más conscientes de nuestros actos cotidianos y dejar de vivir en modo automático puede marcar la diferencia.

"Hay que pararnos o intentar hacer un stop. A veces vamos con el piloto automático. Intentar no estar tan pendientes del teléfono, hacer una reflexión y ver cómo vamos", concluye Valls.