Tres reclusos auxilian a una psicóloga mientras estaba siendo agredida sexualmente por otro interno en la cárcel de Sevilla II

Tres reclusos auxilian a una psicóloga mientras estaba siendo agredida sexualmente por otro interno en la cárcel de Sevilla II
Tres reclusos auxilian a una psicóloga mientras estaba siendo agredida sexualmente por otro interno en la cárcel de Sevilla II. EFE
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La rápida intervención de tres internos evitó que la agresión sexual de un preso a una psicóloga fuera a mayores. Los reclusos que estaban cerca escucharon los gritos de auxilio de la trabajadora.

El incidente ocurrió el pasado martes por la mañana en el módulo de respeto, donde la psicóloga atendía al interno en una sala sin vigilancia directa. El recluso, para el que ya se había solicitado en dos ocasiones su traslado a un centro psiquiátrico, aprovechó un momento de la sesión para abalanzarse sobre ella, tirarla al suelo y comenzar a agredirla físicamente.

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La víctima no pudo activar el botón del pánico, situado fuera de su alcance, pero logró gritar mientras forcejeaba. Fue entonces cuando tres internos que regresaban de una actividad cercana escucharon el ruido y se acercaron. Al presenciar la escena, intervinieron de inmediato y lograron frenar la agresión. “La estaba tumbando en la camilla, le salvaron la vida”, asegura una compañera de la víctima.

Falta de seguridad y avisos previos

El ataque ha vuelto a poner en evidencia las condiciones de inseguridad en las que trabajan los profesionales del área de tratamiento. Según denuncian, la cárcel de Morón cuenta con cinco psicólogas y un terapeuta en prácticas para atender a más de 1.300 internos, muchos de ellos con perfiles conflictivos que, pese a ello, son asignados a módulos de respeto.

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Las propias trabajadoras aseguran que ya habían advertido hace semanas del peligro. "Hace un mes avisamos en una reunión de que iba a pasar algo gordo, porque hay internos muy complicados y los módulos de respeto no están siéndolos", afirman. En algunos casos, se atiende a reclusos peligrosos en salas cerradas y sin ningún tipo de vigilancia directa.

Reclamaciones del personal: más medios y seguridad

Tras la agresión, el área de tratamiento ha hecho público un comunicado en el que exige medidas urgentes: desde la presencia constante de personal de vigilancia en la zona de despachos hasta la instalación de cámaras y botones de alarma individuales.

También denuncian la “clara sobreocupación” del centro, la falta de personal y la dificultad para aplicar criterios de separación de internos adecuados, lo que incrementa el nivel de tensión y riesgo para el personal.

El comunicado, donde se solicitan otras medidas, finaliza señalando que "lo acontecido ayer supone una agresión intolerable y que no refleja un suceso aislado, sino la manifestación del cúmulo de aspectos irregulares".

Además exigen que se tomen las medidas adecuadas al respecto para prevenir futuras agresiones físicas y sexuales. "Trabajar nunca puede suponer un riesgo para la vida del trabajador y actualmente, lo supone en esta institución", concluyen.