Los deberes escolares, entre la polémica, la necesidad y el surrealismo

  • Hay deberes escolares sorprendentes... que acaban haciendo los padres

  • Cómo deben ser los deberes escolares y su utilidad en el aprendizaje sigue siendo un dilema

  • El debate sobre los deberes sigue vivo entre los expertos y los padres

La madre de Rodrigo, un niño de una escuela infantil de Valencia no da crédito: su hijo de tres años tiene que preparar una exposición oral de la obra de la artista japonesa Yayoi Kusama. ¿Sabéis quién es? Yo tuve que buscarlo en internet, pero la pregunta es...¿esta es una tarea apropiada para un niño tan pequeño?

El debate sobre los deberes escolares lleva años en el centro de nuestras discusiones, pero los argumentos son tan variados, como los virus de la gripe. Que son buenos, porque sirven de recordatorio, que roban tiempo de juego a los niños, que son inútiles, que dan responsabilidad y más. A esta controversia se suma otra: ¿cómo deben ser los deberes escolares?

"Deben ser capaces de hacerlos solos"

La tutora de 2° de Educación Primaria, A.E.I explica que para que los deberes cumplan su función deben reunir una serie de requisitos importantes como estar "adecuados a su capacidad y relacionados con lo visto en clase", los niños, a los que van dirigidos estas tareas "deben ser capaces de hacerlos solos. La función del adulto es solo supervisar, subraya esta maestra de un CEIP de Almería.

"Deben tener un tiempo de ejecución previsto puesto que se trata de repasar lo ya visto y/o investigar sobre lo aprendido en el aula", al mismo tiempo que ser "adecuados a su capacidad y relacionados con lo visto en clase".

A los tres años me he encontrado que mi hijo tenía que reproducir y explicar una obra de Velázquez o Miró. Con cuatro le tocó otra sobre las esponjas marinas o los dólmenes. ¡Es absurdo!

"En el colegio de mi hijo desde el primer año de infantil tienen que hacer una exposición oral al trimestre, una iniciativa a priori muy positiva, pero que se terminan convirtiendo en tarea para los padres, que pasan mucho tiempo preparando un trabajo, que después sus niños en clase no son capaces de explicar. ¡Qué va a explicar un niño de tres años sobre estos cuadros! ¡Me parece absurdo!", nos comenta la madre de Rodrigo sobre el trabajo encargado a su hijo.

"Otras muchas veces la temática es demasiado complicada para los niños. A los tres años me he encontrado que mi hijo tenía que reproducir y explicar una obra de Velázquez o Miró. Con cuatro le tocó otra sobre las esponjas marinas o los dólmenes, explica la mamá, que tiene otro hijo en la Educación Primaria.

"Quizás sería más atractivo para ellos explicar qué hacen en sus vacaciones o hablar sobre el deporte que practican o algo que les apasione a esas edades tan cortas, como por ejemplo, los dinosaurios", asegura.

Un padre de Cádiz, relata a Informativos Telecinco que hace apenas unas semanas a su hijo de cinco años le pusieron como deber realizar un trabajo "en formato libre sobre las etiquetas de los alimentos". En este caso el padre eligió hacer un vídeo, aunque después él mismo se encargó de grabarlo y editarlo, mientras el pequeño fue el protagonista.

"Estaba bastante ilusionado con el hecho de ser el protagonista de un vídeo, el año pasado hicimos otro sobre el deporte en un mural que no le entusiasmó tanto", dice al explicar la actitud de su hijo y el por qué de su elección.

La idea, atractiva, cumplía varios de los requisitos anteriormente enumerados, como "contribuir a desarrollar la motivación intrínseca del alumno", promovía "valores como la constancia, la escucha activa, el gusto por las cosas bien hechas, la paciencia, como señala A.E.I. Sin embargo, el formato vídeo elegido por el propio padre, quizá no era apto para la edad de su hijo, y el adulto terminó haciendo la tarea encargada al niño, algo que probablemente hacen muchos progenitores.

"Quitar los deberes no hará que los estudiantes aprendan más (seguramente tampoco menos), pero los deberes, especialmente en Primaria, roban al niño o la niña su tiempo para jugar

Para este padre de Cádiz, sin embargo, hay una explicación. "A estas edades es imposible que hagan nada sin la ayuda de los padres." Él no tiene "quejas" sobre las tareas en casa encargadas a su hijo, porque son "un refuerzo a su aprendizaje en el colegio", aunque sí cree que "si les anula su tiempo de descanso para jugar y estar con la familia", pueden convertirse en algo "negativo".

Deberes sí o no, el eterno debate

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha advertido que los niños españoles son los que más tiempo dedican a los deberes escolares; la OMS ha constatado que el porcentaje de estudiantes españoles está entre los que más sufren estrés en Europa por culpa de los deberes. Sin embargo, la discusión entre deberes sí o no tiene muchas aristas y opiniones.

F.J Murillo, Director de la Cátedra UNESCO en Educación para la Justicia Social de la Universidad Autónoma de Madrid, no cree que los deberes encargados a los estudiantes influyan decisivamente en su aprendizaje.

"Quitar los deberes no hará que los estudiantes aprendan más (seguramente tampoco menos), pero los deberes, especialmente en Primaria, roban al niño o la niña su tiempo para jugar (que es uno de sus derechos), para socializarse, para desarrollarse en otros ámbitos".

"El trabajo en solitario, es otra parte del aprendizaje y lo considero necesario. Por supuesto -aclara- unos deberes que respeten el tiempo de descanso del alumno, el tiempo de ocio, el deporte, el tiempo en familia o con amigos

Para S.M, profesora del Dpto. de Lengua Castellana y Literatura del IES Villa de Vallecas, los deberes son "parte del aprendizaje", además de que "mejoran significativamente las "habilidades y competencias" del alumno.

"El trabajo en solitario, es otra parte del aprendizaje y los considero necesarios. Por supuesto -aclara- unos deberes que respeten el tiempo de descanso del alumno, el tiempo de ocio, el deporte (a estas edades necesitan moverse), el tiempo en familia o con amigos. Unas tareas que no sean excesivas, y que les marquen retos individuales, y les entrenen en el trabajo diario e individual, les ayuden a crear hábito de esfuerzo, les enseñen a enfrentarse a la resolución de problemas en solitario, eso, yo lo veo positivo, pues les propician la oportunidad de enfrentarse a preguntas semejantes a las que van a tener que responder en un examen, y a aprender cosas que no van a aprender en el aula", asegura esta docente con más de una década de experiencia.

Echaide Iribarren, por su parte, precisa que "los modelos educativos de otros países aplican leyes educativas diferentes a la española", por lo que la posición de poner o no deberes para casa, "debe ser ser vista en el contexto particular de cada país", explica.

La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA), es más contundente en su rechazo a los deberes escolares y a una educación sin estos. El año pasado organizaron una campaña contra las tareas encargadas fuera del horario escolar. "En la escuela falta una asignatura: Mi tiempo libre" en la que defendían que los deberes son "un método pedagógico obsoleto que está basado en la memorización y en la repetición de los contenidos", que enmascaraba "la ineficacia del modelo educativo".

Un colegio madrileño, el Khalil Gibran, también abandera desde hace más de una década la educación sin deberes, porque "suelen ser perjudiciales para el aprendizaje de los chicos". Lo defiende Juan Carlos García, fundador de este centro estudiantil, que asegura que “los deberes impiden la labor formadora de las familias" y argumenta que los padres deben "tener tiempo de paz con los hijos es conocerlos, saber sus inquietudes, proponerles ideas y crear confianza; todo eso también es educar y formar.