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Enésima batalla entre profesores y la Generalitat catalana (enésima también en pandemia). Esta vez, por la decisión del Departament de Salut de Alba Vergés, que ha cambiado la forma de rastrear los contactos directos de alumnos infectados de covid-19 para liberar capacidad de los hospitales: los colegiales a partir de 12 años deberán practicarse una automuestra PCR y los docentes deberán supervisar que lo hagan correctamente.
Una estrategia a la que profesores y padres han respondido con contundentes críticas; de hecho, la tildan de "patética", de "grotesca" y de "demencial", en palabras de Xavier Massó, secretario general del Sindicat de Professors de Secundària. "El profesor no tiene conocimientos para supervisar esto, la prueba PCR es más complicada de lo que parece y es más que dudoso que un niño de 13, 14 o 18 se la haga bien", insiste el profesor, que añade: "Si resulta que lo puede hacer un profesor sin ser sanitario porque es tan simple como dicen, ¿por qué no la pueden hacer los padres? Se les han acabado los conejos que sacar de la chistera, la realidad les ha sobrepasado por completo", lamenta.
Asimismo, los docentes insisten en que están recibiendo una responsabilidad para la que no están capacitados porque no son competentes: "No se trata de una prueba que se haga en un abrir y cerrar de ojos, sino que necesita una cierta meticulosidad", según Massó. Unas palabras que suscribe una profesora anónima de secundaria, que añade: "Y si sale mal la prueba y el niño contagia a su abuela y esta muere, ¿de quién será la responsabilidad? ¡De los profesores!".
En este sentido, esta docente asegura sentirse "el comodín del público" porque tienen que hacer "de todo": doblar el número de clases por el sistema híbrido presencial y 'online', usar su ordenador personal, pagar los costes de teléfono, luz y mascarillas propias "porque las del Departament solo sirven para secar la encimera de la cocina" y realizar "tareas de psicólogo" para acompañar emocionalmente a los alumnos, según insiste. Y concluye: "¡Y lo que nos faltaba: ahora de enfermeros con los palitos!".
No obstante, algunos docentes ya han recurrido al humor para criticar la idea, como esta profesora de música que, en las redes sociales, ha caricaturizado la difícil tarea de instruir a los menores (utilizando una escoba para mantener, además, la distancia de seguridad):
Por su parte, los padres son conscientes de la saturación de funciones que sufren los docentes y de que esto afecta a la calidad de la educación de sus hijos. "Ya están suficientemente estresados porque están viviendo con pocos recursos de personal, tienen muchos protocolos que aplicar y ahora les ponen una carga más, pero ellos no son personal sanitario", lamenta la presidenta de la Federació d'Associacions de Mares i Pares d'Alumnes de Catalunya (aFFaC), Belén Tascón. En este sentido, la entidad insiste en dejar de "poner parches" a los problemas y "atacar el origen del colapso" de los sistemas sanitarios y educativos.
Además, y recogiendo el guante lanzado por la profesora que no quiere ni pensar en las consecuencias de una automuestra mal practicada en un caso positivo, también lamentan que los estudiantes de secundaria "aunque puedan estar tutelados durante la automuestra, siguen siendo menores de edad y no tienen la madurez ni la capacitación suficiente para hacer este tipo de pruebas médicas", según critica un padre anónimo, que añade: "Zapatero a tus zapatos, ¿no? Pues los profesores, a enseñar, no a ejercer de sanitarios".
Es el parecer de la mayor parte de padres que, preguntados a pie de calle en Barcelona, reconocen el colapso de la sanidad, pero que comparten que no es función de los docentes. No obstante, algunos consideran que "si es tan simple como las autoridades dicen, todo sea por descargar los ambulatorios" considera otro barcelonés. "De alguna manera se tiene que hacer", concluye un último.
De hecho, el objetivo de la Generalitat es desestresar los centros de salud y aligerar el tiempo de espera para la práctica de test PCR. Tras practicar una prueba piloto en institutos de Girona, la consellera de Salut, Alba Vergés, ha insistido en la eficacia de este sistema, que no es tan complejo como la práctica habitual de este tipo de pruebas: en vez de ser nasofaríngea, solo es nasal, por lo que los niños deben introducirse el bastoncillo cinco segundos en las fosas nasales sin llegar a la faringe.
"Se trata de niños que ya no son menudos y que pueden hacerse esta automuestra", insiste Vergés, cuyo Departament ha pedido calma y colaboración a la comunidad educativa. También ha prometido formar a los docentes para que sepan cómo los alumnos deben practicarse las pruebas y poder supervisarlas. Una formación que será 'online' y que se ha traducido en el siguiente vídeo colgado en Internet.
Ante la incertidumbre que ha levantado la decisión en la comunidad eductiva, la consellera ha asegurado comprender las dudas, pero defiende que las oficinas de Salut y Educació llevan "meses trabajando" y que han demostrado que "se pueden hacer las cosas", que "los circuitos acaban funcionando". Además, ha recordado que "no significa hacer toda la prueba, solo la recogida, el resto consiste en llevar la muestra al laboratorio". Unas explicaciones que, muy lejos de convencer a profesores y padres, levantan la indignación entre ellos: "Prefiero no referirme a este 'cursillo', porque traspasaría el límite de lo correcto", concluye el secretario general del sindicato de profesores de secundaria.