Segundo día en fase 2: playas atestadas donde la mascarilla y la distancia brillan por su ausencia

  • En Samil parecen haber olvidado que seguimos en plena desescalada

  • Andalucía contrata a 4.000 parados para vigilar las playas

Como cualquier otro año por estas fechas, quizás hasta más gente debido al calor. Así nos hemos encontrado la playa del Samil, en Vigo. Muchos españoles ya están disfrutando de la playa desde que abrieron ayer con la Fase 2, pero comprobamos como la mayoría hace oídos sordos a la normas de seguridad impuestas por Sanidad.

No está de más recordar que en caso de aglomeración las mascarillas siguen siendo obligatorias. Pero “con el calor que hace nos morimos”, se justifica una de las personas que inauguraba la playa de Vigo. “De momento nadie nos llama la atención”, comenta otra de las bañistas.

Responsabilidad que tampoco se ejerce con la distancia social. La teoría la sabemos, pero la práctica no es así. Grupos de personas demasiado juntas. Con el termómetro disparado, parece que perdemos la memoria. En playas más amplias, como la Concha, en San Sebastián, mantener los dos metros, resulta más sencillo.

Precisamente las playas de Vigo fueron noticia porque el Ayuntamiento había presentado un revolucionario sistema de seguridad basado en cintas de colores. En cada área habría un máximo de personas tomando el sol y las cintas establecerían cuadrículas y caminos para que la afluencia de personas se produjera de manera "completamente segura" y con la debida distancia social de dos metros.

En Barcelona, los problemas son las distancias, la mascarilla y también el reloj. Todavía en fase 1, la Policía tiene que recordar constantemente a los bañistas de La Barceloneta las franjas horarias. Si bien, con tanto cambio, son difíciles de seguir. Recientemente, el paseo se ha ampliado también de 20:00 a 23:00 horas, durante el tramo de los deportistas, en esa zona.

Controladores de playa en Andalucía

Para evitar las aglomeraciones y problemas en plena temporada turística a las playas de Andalucía, el gobierno autonómico anunció la contratación de 4.000 parados para vigilar toda la costa y con unas condiciones, por cierto más que interesantes: tres meses de contrato y un sueldo mensual de 1.900€ netos. Se piden estudios básicos, pero, para poder acceder a la oferta de trabajo, hay que estar en la bolsa única de desempleados de la Junta Andalucía donde ya hay más de 560.000 personas.

Estos vigilantes de la playa velarán por que se respete el límite de aforo de las mismas. Tendrán que controlar también el acceso con mascarilla y la distancia social en los más de 800 kilómetros de costa de Andalucía.

Los ayuntamientos podrán limitar el tiempo de permanencia en las playas

La última orden publicada este sábado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) por el Ministerio de Sanidad indica que los ayuntamientos podrán establecer limitaciones tanto de acceso como de aforo en las playas con el objetivo de asegurar que se respeta la distancia interpersonal de, al menos, dos metros entre bañistas.

Asimismo, a efectos de garantizar su disfrute por el mayor número posible de personas en condiciones de seguridad sanitaria, los ayuntamientos podrán también establecer límites en los tiempos de permanencia, así como en el acceso a los aparcamientos en aras a facilitar el control del aforo de las playas.

El Gobierno está avanzando progresivamente en la reactivación del sector turístico, después de que el presidente, Pedro Sánchez, haya anunciado que habrá temporada turística este verano y que los turistas extranjeros podrán entrar a partir de julio, con la publicación de una nueva normativa sobre la apertura de playas, parques naturales y teleféricos.

En las playas, se permite el uso de duchas y lavapiés al aire libre, aseos, vestuarios y otros servicios públicos similares, aunque con una ocupación máxima de una persona, salvo en los supuestos de personas que puedan precisar asistencia, en cuyo caso podrán contar con su acompañante.

Los bañistas deberán hacer un uso responsable de la playa y sus instalaciones, tanto desde el punto de vista medioambiental como sanitario, cumpliendo para ello con las recomendaciones y normas establecidas por las autoridades sanitarias. La ubicación de los objetos personales, toallas, tumbonas y elementos similares se llevará a cabo de modo que se garantice un perímetro de seguridad de dos metros con respecto a otros usuarios, salvo en el caso de bañistas convivientes. Las tumbonas de uso rotatorio deberán ser limpiadas y desinfectadas cuando cambie de usuario.