Ser madre sí o no: un dilema feminista del siglo XXI en primera persona

telecinco.es 10/04/2019 06:55

La relación mujer-madre ya no es un vínculo inseparable en la sociedad actual, aunque aún quedan muchos esquemas de los que sacudirse, en España hoy en día cada vez son más chicas las que optan por no tener hijos.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) realizó una encuesta sobre la fecundidad en España en la que se desprende que el porcentaje de mujeres que no desea tener hijos disminuye según aumenta la edad. El 27% de las menores de 25 años no quiere tener hijos, en las mujeres de entre 25 y 29 años la cifra baja al 16,7%, mientras que de las mujeres mayores de 30 años sólo 1 de cada 10 afirma no desear tener hijos.

La carrera profesional, la inestabilidad económica, no sentirse preparados, la dificultad para conciliar, problemas de fecundidad, no encontrar la pareja adecuada, mantener una filosofía antinatalista o el simple hecho de, simplemente, no querer, son algunas de las razones por las que muchas mujeres no tienen hijos.

Elegir ser madre o no, ¿cómo se ven?

Laura creó desde cero una pequeña empresa ella sola que lleva abierta más de 15 años, cuando junto con su pareja consensuaron tener descendencia, decidió dedicarse los primeros años de sus hijos, Oriol y Martina, a su cuidado en exclusiva, mientras que su marido se centraba en llevar la empresa familiar: "gracias a que tenía mi propio negocio y nos lo podíamos permitir, haciendo un gran sacrificio económico, quería mantener una lactancia materna prolongada en el tiempo y las necesidad del cuidado de mis hijos requería pasar el mayor tiempo posible con ellos."

Natalia por su parte, tiene trabajo, ayuda como voluntaria en una ONG de animales, tiene una pareja estable y una economía holgada que le permite disfrutar de su tiempo libre viajando, yendo a conciertos y de restaurantes. Durante años ha tenido que escuchar la pregunta, ¿y los niños para cuándo?, teniendo que justificar su decisión ante personas que no le hubiesen hecho la misma pregunta si hubiese nacido hombre.

Tanto Natalia como Laura han tenido la libertad de decidir sobre su opción a tener hijos o no, una pregunta que la generación de sus madres ni si quiera se pudieron plantear ya que la maternidad estaba intrínseca en el papel de la mujer, pero ¿cuáles son sus motivaciones?.

¿Crees que te estás perdiendo algo por no haber sido madre/por haber sido madre?

  • NATALIA: No, sería muy egoísta por mi parte pensar que me estoy perdiendo algo, no pienso en mí, pienso en la personita que llega a la vida, la cual creo que sí perdería y mucho. Puedo pensar que me pierdo algo cuando me junto con algunos de los hijos de mis amigas, y me pongo a imaginar cómo sería un bebito junto a mi pareja, pero pronto dejo de imaginar (risas).
  • LAURA: No, no tengo la sensación de perderme nada, aunque como cualquier decisión que se toma en la vida implica sacrificar cosas, todo depende de tus prioridades.

¿Crees que las que han decidido no serlo/serlo, se están perdiendo algo?

  • NATALIA: Supongo que si han decido ser madres, es con todas las consecuencias y habrán valorado lo que van a perder y ganar en su vida, personalmente pienso que según la edad con la que sean madres, pierden más o menos, si quieren tener un hijo con 20 años se estarán perdiendo parte de su vida, su juventud, si los tienen con una edad más avanzada que ya han ‘vivido todo lo que han querido’, pues no estarán perdiendo demasiado, aunque siempre van a perderse hacer muchas cosas mayormente porque no se lo van a poder permitir. Porque el niño va estar malo, porque no van tener con quien dejarlo, porque no van a tener dinero para esto o aquello y prefieren que lo disfrute su hijo de otra manera, porque no van a tener tiempo ni de contestar al móvil, porque van a tener que sacrificarse en su trabajo, estudios… para cuidar de ese hijo. Porque el tener un hijo las ata para toda la vida, sí creo que pierden parte de su vida en algunos aspectos, y supongo en otros ganarán, pero eso que valore quien quiera tenerlos, yo no soy quién, para mí pueden estar perdiendo mucho y para ellas todo lo contrario, pueden estar ganando y la que estoy perdiendo soy yo.
  • LAURA: Si una mujer decide libremente no tener hijos, no creo que se pierda nada, porque no es su deseo, su experiencia de vida será otra. Para mí que deseaba ser madre, si no lo hubiera sido sí hubiera tenido ese sentimiento de pérdida.

¿Por qué decidiste no ser/ser madre?

  • NATALIA: Por muchos motivos, principalmente porque no creo que el venir a este mundo sea bonito y fácil, y cada vez menos. Porque un niño que ha venido al mundo se va a tirar viviendo con sus padres hasta los 40 años, porque como cada vez hay menos trabajo, va ser imposible disponer de una vivienda si no comparte piso con alguien y desde luego que no me parece vida el estar en esa situación, igualmente con los estudios, si no hay trabajo malamente va a poder pagarse una carrera si es lo que desea (y con los sueldos que tiene este país actualmente y la vivienda compartida) dudo que pueda permitírselo. Quien se lo pueda pagar sus padres, enhorabuena (suponiendo que los padres se lo puedan permitir), pero tampoco me parece bonito que unos padres paguen los estudios a un hijo, quien quiera algo que lo consiga por sí mismo, y actualmente creo que en este mundo es complicado conseguir todo esto. Otro de los motivos es porque cada vez hay más enfermedades y por nada del mundo me gustaría que una persona que yo he traído al mundo sufriera una enfermedad, prefiero evitarlo. Y finalmente porque estamos destrozando este planeta y cuando yo no esté no se con lo que se va encontrar esa persona, pero prefiero igualmente evitárselo porque seguro que bonito no va ser.
  • LAURA: Siempre me sentí atraída por la idea de tener hijos, me imaginaba a mí misma de la mano de mi hijo o hija. Veía la maternidad como una experiencia única que te vuelve del revés, te transforma... Y un día simplemente quieres que suceda y entonces no paras de ver por todas partes a mujeres con sus bebés y embarazadas.

¿Crees que tener hijos realiza a la mujer?

  • NATALIA: Realiza a la mujer que los quiere tener, a la que ha tenido la ilusión de tenerlos desde pequeña, a la que ha tenido claro toda su vida que quería ser madre, no es mi caso, jamás he querido tener hijos y jamás he tenido la famosa ‘llamada maternal’, por lo que me siento realizada igualmente como mujer sin tenerlos.
  • LAURA: Creo en la libertad de decidir, en que la maternidad sea algo a lo que una mujer opte porque lo desee, ‘maternar’ es dar, darse por completo, es una entrega total y absoluta al cuidado de otros, y a mí personalmente me realiza, como mujer, como ser humano, mis hijos me conectan con lo realmente importante. Pero esa es mi opción, y no dudo que otras mujeres desde su libertad deseen otra cosa y se sientan plenas y realizadas.

¿Te arrepientes en algún momento de haber sido / no haber sido madre?

  • NATALIA: No, rotundamente no y cada vez menos, y estoy segura que según pasen los años estaré más segura de que tomé la opción correcta. Tal vez me arrepienta cuando sea mayor y no tenga nadie a mi lado, pero si realmente me sucede eso pensaré que sería muy egoísta por mi parte haber traído a un hijo para no sentirme sola.
  • LAURA: No me arrepiento de haber sido madre. Aunque sí me he visto muy superada en muchas ocasiones y he tenido sentimientos encontrados, me he cuestionado como madre en situaciones en las que he sentido no estar a la altura y he pensado si no era buena para mis hijos. La culpa viene de serie con la maternidad.

¿Crees que está idealizada la maternidad?

  • NATALIA: ¡Totalmente!, es lo que la sociedad te inculca desde que eres una cría, jugar con muñecas, llevarlas en el carrito, darlas de comer.... ahí lo tienes, y esto va sucediendo en todas las etapas importante de la vida de la mujer, es como una secta, te voy comiendo la cabeza hasta que eres adulta y eres capaz de serlo....y si no eres madre ‘no eres mujer’ o tienes algún problema, pero creo que no es nada fácil ser madre y que supone un gran esfuerzo en todos los sentidos para la mujer.
  • LAURA: Está idealizado el concepto de familia en una sociedad donde no hay espacio para el cuidado, donde no se valora. La maternidad es una carrera de fondo, y nadie creo que piense que es idílica creo que quienes decidimos tener hijos asumidos una responsabilidad tremenda y eso no tiene nada de idílico. En mi entorno tener hijos no era visto como algo idílico más bien lo contrario. Lo que es verdad es que no se habla de la maternidad real, de las necesidades reales de un bebé, y de la madre, no interesa, se vende una maternidad como un objeto de consumo.

¿Te ha afectado la presión social y familiar?

  • NATALIA: No, me aburre más bien... que te hagan durante 10 años o más la misma pregunta, ¿y los niños para cuándo?, ahora parece que la gente se está mentalizando más y hay más mujeres que optan por no serlo, digamos que se está normalizando y ya dejan de ser tan pesados con el tema, yo personalmente he tenido claro siempre que no quería ser madre, independientemente de lo que me diga la sociedad o mi familia, que siempre me ha respetado, igualmente la gente que me rodea, por lo que nunca me ha afectado demasiado. Creo que si tienes algo claro en la vida, tanto el ser madre como no serlo, absolutamente nada ni nadie te tiene que influenciar en esa decisión.
  • LAURA: Siempre hay presión si eres mujer, decidas lo que decidas. Me he visto en los dos lados y entiendo que las mujeres que deciden no ser madres, están continuamente recibiendo presión social al respecto, pero lo cierto es que cuando eres madre es más de lo mismo, por desgracia, siempre hay juicio.

¿Qué hubiese pasado si tu pareja hubiese querido/no hubiese querido tener hijos?

  • NATALIA: No estaría con esa pareja, creo que un hijo es cosa de dos personas no de una sola, y si mi pareja quiere tener hijos y yo no, no sería mi pareja ‘idónea’ en ese sentido, por lo que sería mejor para ambos que nos realizáramos como personas con la pareja idónea para cada uno y que nos pueda ofrecer lo que realmente deseamos ambos.
  • LAURA: Hubiera sido complicado, ser madre no era algo que yo estuviera dispuesta a sacrificar por otra persona.

Quiero ser madre, pero no puedo

El 5,4% de las mujeres de entre 18 y 55 años residentes en España se ha sometido alguna vez a un tratamiento de reproducción asistida. Este porcentaje aumenta con la edad, y alcanza un máximo del 8,8% en las que tienen entre 40 y 44 años, para luego disminuir.

Los tratamientos de reproducción asistida más utilizados son la fecundación in vitro (FIV) o inyección intracitoplasmática (ICSI) y la inseminación artificial.

El grado de utilización de la fecundación in vitro (FIV) o inyección intracitoplasmática (ICSI) va aumentando con la edad. Así, pasa del 54,5% en las mujeres con menos de 30 años que se han sometido alguna vez o están sometiéndose a un tratamiento de reproducción asistida, al 81,9% de las de 45 años y más.

Con la inseminación artificial sucede lo contrario. Es utilizado por algo más del 27% de las mujeres menores de 35 años que se han sometido alguna vez o están sometiéndose a un tratamiento de reproducción asistida, y por el 13,6% de las de 40 a 44 años.

Entre estos casos está Milagros, una mujer de 36 años que se encuentra junto con su pareja en un tedioso y largo proceso de tratamiento de fecundación in vitro a través de un hospital público de la Comunidad de Madrid: “La primera cita que pedí con el médico para esto fue en 2014, la cosa se ha ido retrasando en esperas de pruebas, derivación a otro hospital, etc.”

“Mi prioridad vital no es ser madre. Creo que debe ser la experiencia más bonita y aterradora al mismo tiempo. En mi caso es más por presión de pareja que me haya planteado tener un hijo, y solo uno, que por convencimiento propio. En el caso de que no llegara a término, tampoco me supondría una catástrofe. Hoy en día con la vida laboral que llevamos se hace muy difícil dedicar tiempo de calidad a los hijos y esta es una de las razones que nos echan para atrás y por otro lado también renunciar a cierta comodidad social, puedes hacer lo que quieras con tu tiempo cuando no tienes hijos”, asegura.

El testimonio de Milagros no es de los que más abunda entre aquellas mujeres que desean ser madres y se encuentran en tratamiento, ya que la mayoría siente una profunda tristeza por ver mermado su deseo, además de vergüenza, rabia o incomprensión. Unos sentimientos que conoce muy bien Esther, quien ha sentido que “te rompes en pedazos” tras años de tratamiento y siempre con el negativo en los test de embarazo, pero el positivo por fin ha llegado a sus vidas recientemente y siente que “es lo más bonito que nos está pasando en la vida”.

"Nuestra aventura de querer ser padres comenzó en 2014, cuando tanto mi marido como yo decidimos que había llegado el momento. Pasó un año y veíamos que ese momento no llegaba. Acudimos al médico y fue cuando empezaron a localizar pequeños problemas, yo una trompa no permeable y él, baja movilidad de espermas...En diciembre de 2015 nos derivaron a reproducción en la Fe de Valencia y no fue hasta septiembre de 2016 cuando nos dieron la primera cita, ahí nos apuntaron en lista de espera para FIV. En 2017 nos hicieron para ir intentándolo 4 inseminaciones artificiales, pero nada, ese momento seguía sin llegar. Fue en abril de 2018 cuando nos dicen que ha llegado el momento que tanto esperábamos, la fecundación in vitro, todas nuestras esperanzas estaban puestas en ese tratamiento, pero tampoco tuvimos suerte, salió negativo. Te empiezas a plantear muchas cosas en ese momento, se te cae el mundo encima, dos años esperando y que salga negativo hace que te vengas abajo, que pienses que ese momento nunca va a llegar, ves cómo la gente de tu alrededor se queda embarazada y tú no, aunque te alegras por ellos, pero por dentro te rompes en pedazos. La gente te pregunta, ¿y vosotros para cuándo?, es la peor pregunta que te pueden hacer, pero claro no saben todo lo que hay detrás de esas palabras, o cuando te dicen que te relajes y entonces te quedarás"

"Ahora hemos tenido por fin nuestro positivo, después de siempre negativos no sabes ni reaccionar, pero es real, hemos visto latido en la primera eco, y es lo más bonito que nos está pasando en la vida".

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