Temor ante un pico de muertes en carreteras convencionales por el turismo interior este año: conoce los puntos negros

  • Un 24% cambiará el turismo internacional por el nacional y eso se va a notar en las carreteras.

  • El coronavirus va a reducir un 27% las muertes en carreteras convencionales

  • El cambio de fase ya ha provocado el fin de semana con más muertos desde el 14 de marzo

Es de lo poco positivo de la pandemia además de la reducción de la contaminación o pasar más tiempo con la familia. El número de fallecidos en las carreteras convencionales en el conjunto de este 2020 se verá reducido aproximadamente en un 27%, con cerca de 600 muertos frente a los 800 del año anterior en este tipo de vías, debido al impacto de la pandemia de COVID-19 en la movilidad. Pero otra cara de esta realidad es que se espera un pico de muertes en carreteras convencionales debido al aumento del turismo interior y por coche que se va a producir durante este año, en el que los viajes fuera serán menos, ya que el 70% de los hogares va a destinar menos dinero a sus vacaciones. Un 24% cambiará el turismo internacional por el nacional y eso se va a notar en las carreteras.

Solo con el cambio de fase las muertes en carretera se han vuelto en convertir en noticia. Las carreteras han registrado este fin de semana el peor dato desde que se decretó el estado de alarma, con siete fallecidos en sendos accidentes de tráfico, de los que cuatro eran motoristas y uno, que viajaba en el asiento trasero del vehículo, no llevaba el cinturón de seguridad y sí mascarilla.

La cifra de muertes mas alta desde el 14 y 15 de marzo

Se trata de la cifra más alta de muertes al volante en un fin de semana completo desde el del 14 y 15 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma -que entró en vigor en la medianoche del sábado 14 al domingo 15- y en el que se registraron 10 fallecidos en las carreteras. Es el balance ofrecido por la Dirección General de Tráfico (DGT) correspondiente al fin de semana previo a que las zonas que quedaban en la fase 0, como Madrid y Barcelona, hayan avanzado este lunes hasta la 1 y el 47 % de la población, casi 22 millones de personas, hayan entrado en la fase 2. También se ha producido un ascenso en las muertes de motoristas, con cuatro de los siete fallecimientos registrados, frente a las dos personas de este colectivo que perdieron la vida el fin de semana anterior. Desde el inicio del año hasta este domingo, 24 de mayo, la DGT ha contabilizado 276 muertes en la carretera.

El estudio 'Carreteras convencionales: el agujero negro de la seguridad vial', elaborado por la Fundación Línea Directa en colaboración con Centro Zaragoza, analiza la siniestralidad vial en este tipo de vías durante la última década (2009-2018) --tomando como referencia datos de la DGT--, aunque también analiza la situación excepcional de este 2020 generada por la pandemia.

Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), entre el 15 de marzo y el 18 de mayo de este año, la movilidad se ha reducido en torno a un 70% y los fallecidos al volante han descendido un 67%. Sin embargo, la entidad estima que "la recuperación de la movilidad traerá también un aumento de los accidentes de tráfico en los próximos meses, especialmente en las carreteras convencionales".

Más viajes en vacaciones por España, más riesgo en carreteras convencionales

El estudio recoge que aumentarán los siniestros viales por la vuelta a la normalidad, pero a ello habrá que sumar nuevos factores de riesgo que incidirán especialmente en los desplazamientos de largo recorrido: "habrá más viajes de turismo nacional y de interior que en años anteriores por las dificultades de salir al extranjero, con un probable repunte en el uso del coche privado, cuyo parque móvil está muy envejecido".

En este sentido, ante la actual situación de progresivo desconfinamiento y la vuelta a los niveles habituales de movilidad, la Fundación Línea Directa estima que los fallecidos en las carreteras secundarias volverán a suponer este año un 75% de los muertos de las vías interurbanas, un dato similar al conjunto de la década, cuando en los últimos años había bajado a un 73%.

Según el estudio, en la última década se han producido un total de 237.190 accidentes con víctimas en las carreteras convencionales (el 64% del total de siniestros en vías interurbanas), y desde 2015 los siniestros han ido creciendo hasta alcanzar un 11% de incremento.

Las carreteras convencionales multiplicaron por 1.5 la letalidad de autovías y autopistas

En relación al índice de letalidad de las vías interurbanas, las carreteras convencionales multiplican por 1,5 veces la letalidad frente a las autovías y autopistas (2,8 fallecidos por cada 100 víctimas, frente a 1,8), aun teniendo en cuenta que las carreteras convencionales tienen limitada la velocidad a 90 km/h como máximo.

En este sentido, en los últimos diez años han muerto 10.446 personas en las carreteras convencionales, multiplicando por 3 el número de fallecidos de las autopistas y autovías. El número de heridos graves también es más elevado en carreteras secundarias, representando un 72% del total registrado en vías interurbanas.

Según el estudio, la salida de vía, sobre todo en las rectas, es el accidente más repetido desde 2009 en las carreteras secundarias (35% del total de accidentes, y generan una alta mortalidad (37% de los muertos). Le siguen los siniestros por colisión frontal y frontolateral (23,5%), que generan un 28% de los fallecidos. Entre los factores concurrentes se encuentran las distracciones, la velocidad inadecuada, el cansancio y el consumo de alcohol y/o drogas. La presencia o no de arcén en este tipo de vías tiene también una importante incidencia, pues un 78% de los fallecidos en carreteras convencionales se produjo en vías sin arcén o con dimensiones inferiores a 1,5 metros.

Junio y septiembre los meses con más muertos

En cuanto al momento del accidente, los meses de junio a septiembre son los que mayor siniestralidad registran: un 40% de las muertes en estas vías tiene lugar en verano. Por comunidades autónomas, en términos absolutos, Cataluña ocupa el primer puesto en cifra de fallecidos en carreta convencional (17%), seguida de Andalucía (13%). En contraposición, País Vasco (0,7%) y Cantabria (1%) son las regiones con menos muertes en sus carreteras secundarias.

Si bien, Cataluña (0,48) y la Comunidad de Madrid (0,45) son las regiones con más accidentes por kilómetro de vía, muy por encima de la media nacional, que está en el 0,23. En el lado opuesto se encuentran Castilla-La Mancha (0,03), Navarra, Extremadura y Aragón (0,06).

El tramo del km 5 al 8 de la CV-821 en Alicante, el punto negro

En cuanto al Top 5 en peligrosidad y concentración de accidentes en las carreteras convencionales (cifras de 2018), identificados en función de la intensidad media diaria de tráfico y el índice de siniestralidad, lo constituyen el tramo del km 5 al 8 de la CV-821, en Alicante; el tramo del km 1 al 4 de la CV-670, en Valencia; el tramo del km 2 a 5 de la GR-3304, en Granada; el tramo del km 104 al 107 de la PO-311, de Pontevedra; y hasta cinco puntos negros repartidos por la N-634, entre Guipúzcoa y Vizcaya.

El estudio se completa con una encuesta realizada a más de 1.700 conductores entre el 28 de febrero y el 6 de marzo de 2020. Los resultados arrojaron que el 64% de los españoles opina que el estado de las carreteras convencionales está cada vez más deteriorado y que 7 de cada 10 conductores se sienten más seguros en carreteras desdobladas, autovías o autopistas. Entre las características más peligrosas de una carretera convencional, el 89% mencionó las intersecciones y cruces, el 87% la visibilidad e iluminación y un 81% la presencia de animales.

Con respecto al comportamiento de los conductores en este tipo de vías, un 81% admitió haber cometido alguna conducta ilegal. Entre las conductas más irresponsables, se encuentran superar el límite de velocidad (72% de los que reconocieron cometer alguna ilegalidad), seguido de no respetar la distancia de seguridad (35%) y estacionar el vehículo en el arcén (20%). Otros datos que arroja el estudio son que un 28% confiesa haber sido multado alguna vez y un 56% desconoce el límite de velocidad.

Entre las medidas mejor valoradas por los conductores para frenar la siniestralidad, destaca el desdoblamiento de vías (un 90% se muestra favorable) --aunque sólo un 39% afirma que estaría dispuesto a pagar peaje para costear el desdoblamiento--, seguido de bandas sonoras laterales (60%) y medidas para evitar animales en la calzada (60%).