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El funeral de Pablo Sierra, el joven estudiante de 21 años que llevaba desaparecido 15 días en Badajoz, se ha producido durante la tarde del sábado en Salamanca. El acto se ha llevado a cabo en la más estricta intimidad por expreso deseo de la familia.
Hasta Salamanca se han trasladado los padres, familiares y allegados más cercanos del joven fallecido. La familia de Pablo Sierra ha podido enterrar el cuerpo del estudiante en la intimidad tras haberle realizado la autopsia al cadáver en el Instituto de Medicina Legal de Badajoz.
En el caso de la muerte del joven extremeño, se sigue a la espera de saber si la autopsia confirma o no la tesis que barajaban los investigadores que su muerte fue accidental. Un accidente fatal es la primera hipótesis que mantiene la Policía aunque no se descarta nada en este momento.
El cuerpo de Pablo Sierra fue rescatado en la mañana del viernes 18 de diciembre en una zona cercana del río Guadiana donde apareció su teléfono móvil. Fue trasladado hasta el Instituto de Medicina Legal de Badajoz donde los resultados pertenecen bajo secreto de sumario. Los trabajos del informe forense podrían alargarse todavía durante unos días.
Su teléfono móvil lo encontró un militar que paseaba por la orilla del río, en una zona cercana a donde ha aparecido el cadáver. El terminal móvil presentaba manchas de restos de sangre del joven. La investigación, declarada secreta, indagó desde el primer momento sobre las circunstancias de la desaparición, barajando si se debía a circunstancias violentas o a un accidente.
Para ello se recabó el testimonio de las personas que se cruzaron con Pablo la noche que desapareció.