Pobreza energética: el problema que se recrudece con el frío

Informativos Telecinco 28/10/2018 08:30

Pero, ¿qué es la pobreza energética?

No hay una definición concreta de 'pobreza energética' y su medición depende de diferentes factores, por lo que la franja de población afectada por este problema oscila entre un 9 y un 29%, dependiendo de qué se tenga en cuenta. Lo que no cambia es "el hecho concreto de que hay una pobreza energética, que es un tema absolutamente fundamental y que afecta a mucha gente. El hecho no cambia a nivel político", apunta Sara Pizzinato, portavoz y responsable de la Campaña de Cambio Climático y Energía de Greenpeace.

Desde el Observatorio Europeo de Pobreza Energética, se explica que “la pobreza energética se produce cuando un hogar sufre una falta de servicios adecuados de energía en el hogar”. Se consideran servicios esenciales -para garantizar un nivel de vida digno y saludable para los ciudadanos- tener acceso al calor y al enfriamiento adecuados, iluminación y energía para utilizar los electrodomésticos.

Según Eurostat, los principales indicadores para medir la pobreza energética son el porcentaje de población que tiene atrasos en el pago de sus suministros energéticos y que no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada.

En España, estos porcentajes son aproximadamente de entre un 9 y 10%, respectivamente. Eso significa que aproximadamente, unos 4,5 millones de personas podrían estar en riesgo de pobreza energética, según recogía el Real Decreto de 897/2017, de 6 de octubre, que establecía las condiciones para optar al bono social.

El perfil de las personas que sufre pobreza energética es el de un “hogar con el sustentador principal desempleado y con personas dependientes a su cargo”, explican los profesores Efraim Centeno y José Carlos Romero Mora, desde la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas. Sin embargo, advierten de que “hay hogares en pobreza energética incluso de rentas medias y altas”.

Desde Greenpeace observan que los hogares más vulnerables tienen algunas características claras: la mayoría son hogares que están en alquiler, de rentas bajas; de ellos, muchos hogares son monoparentales, y la gran mayoría de estos son llevadas por mujeres con hijos. Además, añaden que una parte importante, un 18% de los hogares, tiene al menos una persona con problemas de salud importantes y crónicos y que, al mimso tiempo, se declaraban incapaces de mantener una temperatura adecuada en su hogar.

Entre las causas de la pobreza energética podemos señalar la combinación de tres factores: bajo nivel de renta del hogar, bajo nivel de eficiencia energética en los hogares y una factura energética en aumento, señalan desde la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas.

Sara Pizzinato pone el acento en otro aspecto: "La pobreza energética es solo un síntoma de la pobreza. Es una parte de la imagen de la historia. Son personas que están teniendo grandes problemas de ingresos y gastos y la energía es solo uno de sus problemas".

De ahí que se requieran soluciones "compartidas", dirigidas a erradicar la pobreza. En concreto, "la pobreza energética es un síntoma de unas disfunciones de un sistema energético que, en primer lugar, no reconoce el derecho que tenemos todas las personas a acceder a la energía, en especial, a la energía limpia como bien de primera necesidad. Se trata la energía como un producto sin más cuando es un derecho básico", subraya la portavoz de Greenpeace.

Además, "se prioriza desde el mismo concepto legislativo, desde un punto de vista político y social, los derechos de las corporaciones, sus ingresos financieros, más que a la salud y derecho a la energía de las personas vulnerables", añade.

Para acabar con este grave problema social, los profesores de la Universidad Pontificia Comillas señalan que “se debe ir de las medidas paliativas (bono social y similares) a las estructurales” y destacan la necesidad de “una estrategia nacional para la lucha contra la pobreza energética”.

Desde Greenpeace, están de acuerdo en que se necesitan soluciones estructurales y no coyunturales. Por ejemplo, el impulso de la rehabilitación energética de edificios, especialmente de los edificios en los que viven personas vulnerables, que viven en edificios peor construidos y que tienen peor comportamiento energético. "Además de no tener la capacidad de pagar las facturas, sus casas son más frías en invierno y más calientes en verano que el de personas más ricas", señalan.

Desde la Cátedra de Energía y Pobreza dan la bienvenida a los bonos sociales y otras medidas paliativas. Aunque creen que “estamos mejor que hace unos años”, subrayan que “queda mucho por hacer”. Destacan que “la principal luz en el horizonte la encontramos en el debate público” puesto que “hoy se reconoce esta problemática de forma generalizada, y tanto los poderes públicos, como el sector privado y el tercer sector, están colaborando seriamente para atajarla”.

Para Pizzinato, es positivo que exista una estrategia de lucha contra la pobreza energética desde el Gobierno que incluye ampliar los tipos de familia que pueden acceder al bono social. Sin embargo, "el bono social necesita una revisión" porque "evidentemetne, no es suficiente".

La demanda de prohibir los cortes de suministro, en especial en invierno, es también fundamental para Greenpeace, pero creen que se requiere una parte de política de financión de eficiencia energética, como priorizar que los hogares vulnerables puedan acceder a aparatos electrodomésticos más eficientes, que suelen ser más caros.

¿Qué pasa con el autoconsumo?

Desde la ONG ecologista se hace hincapié también en el autoconsumo. "Hay que dejar de pensar que en la lucha contra pobreza energética el autoconsumo no puede ayudar. Puede ayudar y mucho contra la pobreza energética. Necesitamos políticas públicas que incluyan el autoconsumo para que se puedan reducir las dependencia de estsa familias de la posible volatildiad de las facturas eléctricas", reclama Pizzinato, y recuerda que en Grecia ya hay una ley que permite el intercambio de excedente de consumo entre diferentes edificios de la Administración Pública.

Desde Greenpeace se presiona para que en España también sea posible. De hecho, el Real Decreto aprobado por el Gobierno el pasado viernes hablaba de habilitar el autoconsumo de proximidad. "Hace falta todo el desarrollo reglamentario para que sea realmente posible" y esto "llevará unos meses, al menos", reconocen desde la ONG.

En este sentido, los ecologistas trabajan ya con algunos ayuntamientos para que instalen energía fotovoltaica en algunos de sus edificios municipales y los excedentes de esa electricidad, "una vez que se han reducido las facturas de todos los ciudadanos para mantener esos edificios públicos", se puedan ceder de forma gratuita a hogares vulnerables a la pobreza energética. Es decir, se trata de que, "en momentos específicos, a estas familias en lugar de pagarles la factura eléctrica con dinero público, se les regale electricidad producida por el mismo ayuntamiento" con energía renovable. "Y, por tanto, además de estar haciendo política energética, estás haciendo política social con la energía", subraya la responsable de la Campaña de Cambio Climático y Energía de la ONG.

Un cambio de mentalidad

"Tenemos que dejar de ver la electricidad como un producto", insiste Sara Pizzinato. Y, si lo consideramos un derecho básico, "tampoco debería ser aceptable derrocharla", señala. Según un informe de viabilidad de la ONG, "podríamos reducir la mitad del consumo de energía, no solo electricidad, y seguir teniendo muy buena calidad de vida haciendo las cosas de la forma más inteligente, racional y más eficiente".

El problema es "todo el marco económico que rodea la energía" porque "va en la dirección opuesta". De hecho, la gran parte de la factura de la luz es fija, "depende del punto de conexión, no depende de si consumes o no consumes electricidad en tu hogar. Si eres una persona que tiene un problema para calentar la casa o para encender todos los aparatos que nececistas para tener una vida confortable, por mucho que reduzcas tu propio consumo, no vas a poder reducir tu factura de la luz, tu gasto económico. Es un elemento fundamental si queremos luchar realmente contra la pobreza energética: debemos dar las herramientas a las personas para que puedan tener una señal económica en sus facturas relacionada con el ahorro y la eficiencia energética", indica.

Una de esas herramientas es el primer mapa de iniciativas de energía ciudadana, realizado junto a la banca ética Fiare. Surge de la necesidad de actuar de forma colectiva para hacer frente a las grandes empresas energéticas. En el mapa se unen "todas esas iniciativas colaborativas, donde muchas personas han pensado que les gustaría hacer algo contra el cambio climático pero han sentido que no podían hacer nada contra las grandes energéticas". De esta manera, "se han juntado para poder hacer lo que, por sí solas, les parecía imposible".

"Hay mucha iniciativas que se están generando, y se están generando, precisamente, cuando pasamos del individualismo o del intento de abordar estos retos tan gigantes como cambio climático o el abuso de poder de estas grandes compañías, a una forma conjunta y colaborativa".

"Cuando nos salimos de la lucha individual, se puede llegar a unos niveles de mayor impacto", recalca. "Es una cuestión de empoderarnos y hacerlo posible", concluye.

Concierto en La Riviera contra la Pobreza Energética

Con la idea de trasfondo de la lucha contra la pobreza energética y que las mujeres son las más afectadas por ella pero, al mismo tiempo, con la constancia de que también hay mucha mujeres que ya trabajan para un cambio del modelo energético, Greenpeace está preparando un concierto gratuito, Enérgicas, para el día 4 de noviembre en Madrid, en la sala La Riviera, desde las 17:00 hasta las 00:00 de la noche. Se trata de "poner luz sobre esas mujeres empoderadas que están moviendo el sistema para que se ponga a las personas y al medio ambiente en el centro de todas las cuestiones y no los beneficios de las grandes empresas", explica la portavoz de Greenpeace. Rozalen, La Chillers, Carmen Boza, Mow, Tulsa, Peinetta, Rebeca Jiménez o Las Odio son algunas de las artistas que colaboran con la iniciativa.

Te puede interesar: