Enfermedades

Así le ha cambiado la vida a la bilbaína Marimar Lledo la artritis: "De no poder coger la taza del desayuno, a no poder casi levantarme de la cama"

Cuatro áreas distintas del hospital Basurto llevan la enfermedad de Marimar.. Europa press
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BilbaoCuando la bilbaína Marimar Lledo de 60 años, empezó a notar dolores hace tres años, no imaginó que su vida, tal y como la conocía, iba a cambiar para siempre. Le diagnosticaron artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune que provoca la destrucción de las articulaciones y que, en su familia, ya había padecido una prima de su madre: “He visto su deterioro”.

Con 57 años, esta profesora universitaria comenzó a sentir un intenso dolor en los brazos y las manos que le impedía “coger las sábanas o agarrar la taza del desayuno”. Inicialmente, le dijeron que podría tratarse de una gripe, pero los meses iban pasando y su situación empeoraba, hasta que un día acabó en Urgencias del Hospital de Basurto y allí le pusieron nombre a su dolor: Artritis. Dejó de trabajar, "es una enfermedad que interfiere por completo en tu vida personal y laboral", explica.

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Desde entonces, ha probado cuatro medicaciones diferentes, hasta ahora sin éxito, y con “terribles efectos secundarios” que la obligaron a llevar pañales; a sucesivos ingresos hospitalarios, el último por una microperforación en el intestino; sufrir náuseas, insoportables dolores de estómago, varios episodios de diverticulitis y a sentirse muy cansada.

Mantenerse activa

Actualmente, prueba la inmunoterapia y se muestra esperanzada en que “tarde o temprano van a dar con el tratamiento adecuado para mí”. Mientras espera y a pesar de que hay días en los que “me siento tan agotada que me cuesta levantarme de la cama”, saca fuerzas de flaqueza para “mantenerme activa”: hacer ejercicio e ir al fisioterapeuta.

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Esta dolencia crónica y degenerativa, se caracteriza por la inflamación de la membrana sinovial que recubre las articulaciones. Esa inflamación causa dolor, hinchazón y sensación de rigidez y dificultad para el movimiento. Marimar antes del diagnóstico apenas pisaba las consultas médicas, “salvo para ir al traumatólogo por un accidente grave que sufrí hace 20 años”, ahora en Urgencias “me llaman por mi nombre”. En el hospital de Basurto tratan su caso en el área de Cirugía, en Digestivo, Psiquiatría y Reumatología. Ella se queja de que a su cuerpo “le van pasando cosas, pero no me dan una visión conjunta de las cuatro áreas sobre lo que me ocurre”.

A los dolores, los efectos secundarios de la medicación y las hospitalizaciones, tuvo que sumar hace cinco meses la “desagradable” experiencia de pasar por un tribunal médico que le denegó la incapacidad, pero que sobre todo “me hizo sentir humillada”. Su dolor, al igual que el que padecen muchas otras personas diagnosticadas de artritis, sobre todo mujeres, es “invisible pero real” y “basta ya de tener que soportar el mensaje de que somos, como poco, unas histéricas”.

Un dolor invisible

Itziar Uriarte, otra mujer con esta misma dolencia y además portavoz de la Liga de Enfermos Vizcaínos de Artristis Reumatoide (Levar), lamenta que “vivimos con un dolor invisible” pero “que está ahí en nuestro día a día”. Un dolor crónico provocado por la destrucción de las articulaciones y que genera “fatiga” a quienes la sufren, pero también “frustración y ansiedad”.

La artritis lleva en muchos casos a la incapacidad laboral y a la discapacidad que merman la calidad de vida. Desde Levar reclaman a las instituciones que tengan en cuenta el dolor crónico en las valoraciones de discapacidad y dependencia.

La asociación participará los días 8 y 9 de octubre en el V Congreso de Personas con artritis y espondiloartritis, organizado por la Coordinadora Nacional ConArtritis, y el 12, Día Mundial de las Enfermedades Reumáticas y, de manera específica, de la Artritis Reumatoide, inundará las redes sociales vistiéndose de verde, para concienciar sobre la existencia y el impacto de las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas.