La riada 'relámpago' de la DANA de Valencia tenía un 30% de sedimentos, según un estudio
Con los elementos que arrastra el agua -piedras, de troncos, ramas, entre otros materiales- se podría oír llegar la riada
Un estudio de la crecida de la rambla del Poyo revela que llevaba una densidad del 50% el día de la DANA
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La 'avenida relámpago' que el 29 de octubre asoló el área metropolitana de ValEncia llevaba un 30 por ciento de sedimentos sobre el volumen total de la crecida de agua, un índice considerado "alto", aunque dentro de lo habitual en este tipo de fenómenos meteorológicos extremos.
Así se desprende de un estudio de la crecida de la rambla del Poyo de ese día realizada con el modelo TETIS del Grupo de Modelación Hidrológica y Ambiental (GIMHA) perteneciente al Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la Universitat Politècnica de València (UPV).
El presidente de la Plataforma Tecnológica Española del Agua y catedrático de Ingeniería Hidráulica de la UPV, Félix Francés, ha explicado a EFE que esa tasa de sedimentos y detritos provocó un incremento de la densidad del 50 por ciento.
El experto ha señalado que las inundaciones de la DANA de Valencia originadas por la rambla del Poyo y otros barrancos al sur de la capital fueron del tipo “avenida relámpago”, en las que "el incremento de caudales es muy rápido y se forma un frente de onda que avanza rápidamente por la red de cauces".
Ruido característico por el arrastre de piedras, troncos, ramas y cañas
Según Francés, este frente genera un ruido característico debido al arrastre de piedras, de troncos, ramas y de cañas, entre otros materiales, de tal forma que se podría oír llegar la riada.
Las avenidas relámpago se forman en ríos efímeros, es decir, que discurren secos la mayor parte del año, y en cuencas con una fuerte pendiente y relativamente pequeñas.