Casa real

La reina Letizia corrige un error de protocolo de la infanta Sofía en la despedida de la princesa Leonor en Marín

El momento en el que la infanta Sofía protagoniza una breve confusión en el arranque del gran acto de la princesa Leonor. telecinco.es
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Este 16 de julio, la princesa Leonor ha puesto el broche final a su etapa naval con la imposición de la Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco, concedida en reconocimiento a su esfuerzo y dedicación durante los últimos meses.

El acto, presidido por el rey Felipe VI y coincidiendo con la festividad de la Virgen del Carmen, patrona de la Armada, se ha convertido en una cita histórica para la heredera, pero también ha dejado un momento inesperado de protagonismo para la infanta Sofía, corregida en público por la reina Letizia tras un pequeño error de protocolo.

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La reina y la infanta han querido acompañar a Felipe VI y arropar a Leonor en su despedida en Marín, siendo el primer reencuentro público de los cuatro miembros de la Casa Real desde hace meses.

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Sin embargo, entre los gestos solemnes y los aplausos del público, ha habido un instante que ha pasado desapercibido: el pequeño error de protocolo de Sofía. Todo ha ocurrido a su llegada al podio especial, cuando la hija menor de los reyes se ha colocado en el lado equivocado del estrado, situándose junto a su madre cuando debía ocupar el lugar protocolario junto al rey.

Ha sido Letizia quien, con una corrección rápida y susurrada, ha indicado a su hija que debía cambiarse de posición, algo que Sofía ha sabido llevar a cabo con naturalidad y sin mayores consecuencias.

Lo que dice el protocolo

En actos oficiales, el protocolo de la Casa Real establece una jerarquía estricta a la hora de distribuir a los miembros de la familia. El rey, como jefe del Estado, se sitúa siempre en el centro o en el lugar de mayor relevancia. A su izquierda debe situarse la reina, y a la derecha, el siguiente en la línea de sucesión, que en este caso es la princesa de Asturias. Otros miembros, como la infanta Sofía, se colocan en un segundo plano, o en el extremo del estrado, dependiendo del contexto del acto.

La colocación no es meramente decorativa: representa la estructura institucional de la Corona y transmite un mensaje claro de orden y jerarquía. Por eso, aunque el gesto de Sofía ha sido mínimo, la reina, que ha mostrado siempre un profundo conocimiento del protocolo, ha querido con rapidez para mantener esa coherencia visual y simbólica.

El gran día de Leonor

La entrega de la Gran Cruz simboliza no solo el fin de una fase de la formación militar de Leonor, sino también el inicio de la recta final de su preparación castrense. Desde el pasado mes de agosto, la princesa ha seguido un exigente calendario en la Armada: clases teóricas, maniobras, formación técnica y prácticas de navegación que incluyeron un largo recorrido a bordo del buque escuela Juan Sebastián de Elcano.

La distinción que ha recibido este miércoles es equivalente a la que ya se le otorgó al finalizar su etapa en la Academia General Militar de Zaragoza, y precede a la que recibirá en el Ejército del Aire el próximo año.

El rey ha sido el encargado de imponer la medalla a su hija, un momento cargado de emoción y simbolismo que han protagonizado con un tierno abrazo. Felipe VI recibió exactamente la misma condecoración en ese mismo lugar en 1989, durante su propio paso por la Escuela Naval. La imagen de ambos, uniformados y en perfecta formación, resume la continuidad dinástica y la preparación institucional de la futura reina.

Próximos pasos

Con la etapa naval ya cumplida, el siguiente destino de la la nieta del emérito Juan Carlos será la Academia General del Aire y del Espacio, en San Javier (Murcia). Su incorporación está prevista para el próximo 1 de septiembre, y supondrá la última fase de su formación militar. Allí, Leonor aprenderá fundamentos de navegación aérea, realizará vuelos de instrucción y recibirá formación técnica sobre el funcionamiento del Ejército del Aire.

Cuando finalice este proceso en 2026, la princesa habrá completado su preparación en los tres ejércitos, algo indispensable para el papel que se le asigna como futura jefa suprema de las Fuerzas Armadas.