El príncipe Guillermo y Kate Middleton se mudan con sus hijos a Forest Lodge y provoca críticas: así es su nueva casa
Tras tres años instalados en Adelaide Cottage, los príncipes de Gales han decidido cerrar un ciclo y mudarse a una residencia histórica de la monarquía
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El príncipe Guillermo y Kate Middleton han decidido dar un vuelco radical a su vida familiar: tras tres años en Adelaide Cottage, se mudan a Forest Lodge junto a sus tres hijos. Sin embargo, la mudanza ha desatado una oleada de críticas.
El cambio de vivienda responde a varias razones, pero la principal: la familia necesitaba un espacio más amplio. Adelaide Cottage, la que ha sido su casa desde 2022, contaba únicamente con cuatro habitaciones, lo que resultaba limitado para la vida de los príncipes de Gales y sus hijos. Forest Lodge, en cambio, ofrece ocho dormitorios, seis baños, grandes salones, una galería, un apartamento independiente para personal de servicio, pista de tenis y un estanque privado rodeado de jardines.
En palabras de allegados, y tal y como recoge 'The Sun', se trata de la primera casa que realmente será su "hogar para siempre", convirtiéndose así Guillermo en el primer soberano que no vivirá en un palacio o castillo cuando ascienda al trono tras suceder a su padre como rey.
El simbolismo también es clave. La mudanza se entiende como una forma de cerrar un ciclo marcado por momentos difíciles: la muerte de la reina Isabel II, la enfermedad del rey Carlos y los problemas de salud de la propia Kate tras su cáncer. Está previsto que la mudanza se complete antes de que termine el año.
También responde al deseo de los futuros reyes de Reino Unido de preservar la seguridad de su familia y del personal. Cabe recordar que el pasado mes de junio su seguridad se vio comprometida tras la detención de un individuo cerca de Adelaide Cottage al colarse en los terrenos de Windsor.
Asimismo, en octubre de 2024, dos individuos encapuchados irrumpieron en una granja dentro del perímetro de Windsor, muy cerca de su casa. Aunque no se acercaron a la residencia de los príncipes, el incidente encendió las alarmas y provocó una revisión de los protocolos de seguridad, motivando en parte, junto con el otro incidente, a tomar cartas en el asunto.
Polémica
Sin embargo, la noticia no ha sido afrontada con entusiasmo. Una de las mayores polémicas gira en torno al desalojo de varias familias que vivían en cabañas cercanas, antiguamente establos, y que fueron informadas de que debían dejar sus domicilios ante el traslado de los miembros de la familia real británica.
Aunque no se ha tratado de un desahucio en sentido estricto, ya que se les han ofrecido viviendas alternativas de condiciones similares, el hecho de que tuvieran que abandonar sus casas para dejar paso a la llegada de los príncipes de Gales ha generado malestar.
A pesar de ello, Guillermo y Kate han tratado de transmitir que su mudanza no supondrá un coste para el contribuyente. Tal y como informa 'Daily Mail', ambos asumirán todo el coste de la mudanza, en un intento de evitar comparaciones con la polémica reforma de Frogmore Cottage, que en su momento generó un gran rechazo por el gasto de dinero público. Kate, en particular, habría insistido en no caer en lujos innecesarios y ha optado por reutilizar mobiliario antiguo en lugar de encargar nuevos elementos ostentosos.
Los detalles de su nueva casa
La nueva residencia de los príncipes de Gales está situada en el corazón del Windsor Great Park, uno de los enclaves más emblemáticos de la monarquía británica.
Se trata de una mansión georgiana del siglo XVIII, construida en la década de 1770, catalogada como Grado II y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, lo que significa que es un edificio protegido por su valor histórico y arquitectónico.
A simple vista, la casa impresiona por su estilo clásico en ladrillo rojo y por los detalles característicos de la arquitectura georgiana. Entre ellos destacan las ventanas, las chimeneas de mármol, las cornisas decorativas, los techos abovedados y los suelos.
En cuanto a su interior, Forest Lodge cuenta con ocho dormitorios y seis baños, lo que supone un gran salto respecto a los cuatro dormitorios de Adelaide Cottage. A ello se suman un salón principal de grandes dimensiones, una galería, varios espacios comunes y un apartamento independiente para personal de servicio. Aunque, según se ha filtrado, Guillermo y Kate han preferido mantener un estilo de vida sencillo y sin un número excesivo de empleados viviendo bajo el mismo techo.
La vivienda está rodeada de amplios jardines privados, cuenta con una pista de tenis y un estanque propio, además de un ha-ha o salto de lobo, una especie de foso ajardinado que permite proteger la finca sin levantar muros visibles, de modo que la vista hacia el paisaje natural queda intacta. Una característica típica de las grandes casas de campo británicas.
Otro detalle importante es el estado actual de la casa. Aunque Forest Lodge había sido reformada en 2001, con una inversión equivalente a más de un millón de libras, la pareja ha puesto en marcha una renovación menor antes de mudarse. Estas obras incluyen el reemplazo de puertas y ventanas, la redistribución de algunos espacios interiores, la renovación de techos y suelos y pequeños ajustes que permitan adaptar la casa a sus necesidades familiares. No habrá, sin embargo, añadidos extravagantes: no está previsto construir gimnasio, piscina ni nuevas alas de la casa.
En lo que respecta a su valor económico, las estimaciones varían. Algunos medios británicos calculan que Forest Lodge vale en torno a 16 millones de libras esterlinas, mientras que medios internacionales han elevado la cifra a un rango de entre 21 y 30 millones de dólares.
Qué pasará con Adelaide Cottage
Mientras tanto, la pregunta que muchos se hacen es qué ocurrirá con Adelaide Cottage. La casa ha sido descrita como un refugio temporal que cumplió su papel en los últimos tres años, pero que ahora se queda pequeña para la familia.
Por el momento, no se ha confirmado si la residencia será asignada a otros miembros de la familia real, utilizada por personal del Crown Estate o simplemente mantenida como propiedad de reserva. Lo cierto es que la mudanza marca un cambio en la manera en que Guillermo y Kate conciben su vida privada, alejándose del centro de la monarquía y optando por una residencia que pueda acompañarlos en un discreto segundo plano incluso cuando Guillermo ascienda al trono.