El funeral de la duquesa de Kent reúne a la familia real británica: de Kate Middleton al motivo de la ausencia de Camila
Los príncipes de Gales, el rey Carlos III, la princesa Ana o el príncipe Andrés, entre los asistentes a su último adiós en Westminster
Muere la duquesa de Kent, miembro más longevo de la familia real británica, a los 92 años
Westminster Cathedral es el escenario elegido para el funeral de Katharine, duquesa de Kent, celebrado este martes 16 de septiembre y que ha reunido a la familia real británica.
El acto principal ha estado marcado por una misa de réquiem católica que ha comenzado a las 15:00 horas -las 14:00 en Reino Unido-. Ha estado presidida por el arzobispo de Westminster, el cardenal Vincent Nichols, y ante la presencia de diversos miembros de la familia real.
Hasta allí se han desplazado numerosos miembros de la Corona, incluidos su esposo, el rey Carlos III, Kate Middleton, el príncipe Guillermo y la princesa Ana, así como otros parientes cercanos, e invitados vinculados a sus causas, sus regimientos y organizaciones benéficas.
La presencia que más ha sorprendido es la del príncipe Andrés junto a Sarah Ferguson.
El polémico hermano pequeño del soberano británico se ha personado en la catedral pese a que en 2022 fue despojado de sus títulos reales por su vínculo con Jeffrey Epstein y por la demanda de una mujer estadounidense que afirmó haber sido obligada a mantener relaciones sexuales con el príncipe.
Sin embargo, quien no se ha personado ha sido la reina Camila. Tal y como ha desvelado el Palacio de Buckingham, la consorte padece sinusitis aguda y espera poder asistir a todos los actos de la visita de Estado de Donald Trump a Reino Unido.
El acto reviste especial importancia no solo por la despedida del miembro más longevo de Buckingham, sino porque representa un momento histórico para la monarquía británica: el primer funeral católico de un miembro de los Windsor en casi medio siglo.
La duquesa de Kent, un miembro clave en la familia real británica
Katharine, la esposa del príncipe Eduardo, duque de Kent y, por ende, primo de la reina Isabel II, fue durante décadas conocida por su discreción, su pasión por la música, su labor filantrópica y por su profundo compromiso con causas sociales, especialmente las vinculadas a jóvenes con talento musical.
En 1994, la duquesa tomó una decisión que la diferenció dentro del entorno real: se convirtió al catolicismo. Esta conversión fue la primera de un miembro de la realeza británica desde hacía muchos años, y marcó un hito porque la institución monárquica, por tradición y por leyes sobre sucesión, ha estado íntimamente asociada con la Iglesia de Inglaterra. Falleció el pasado 4 de septiembre en el Palacio de Kensington a los 92 años y más de 10 días después tiene lugar su último adiós.
Los días previos al funeral se han desarrollado conforme al deseo de la duquesa de Kent: su fe católica ha marcado el ritual y el lugar. Su fe exigía que su funeral fuera en un contexto católico, y ella había expresado que Westminster Cathedral -la mayor iglesia católica de Inglaterra y Gales- sería el sitio elegido.
Este pasado lunes su féretro fue trasladado desde Kensington hasta la catedral, donde tuvo lugar un rito previo al que asistió su familia más cercana. Su cuerpo ha descansado esta noche en la Capilla de la Virgen María de la catedral.