Victoria Beckham

Las sombras de Victoria Beckham: su mayor obstáculo, sus problemas con el "control" y su sueño truncado

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Victoria Beckham. Cordon Press
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Victoria Beckham nunca ha sido de las que se exponen su vida privada con facilidad. De Spice Girl a diseñadora de moda de prestigio, su vida siempre ha estado rodeada del foco mediático. De fama, glamour y críticas.

Ahora que su docuserie, 'Victoria Beckham', se estrena en Netflix este 9 de octubre, la esposa de David Beckham ha decidido narrar su vida en primera persona, tanto las luces como las sombras, y contar lo difícil que ha sido para ella vivir bajo los flashes, así como lo que ha querido controlar -y lo que no ha podido- y los sueños que ha visto truncados.

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Una manía y un objetivo

En la entrevista previa al lanzamiento de su producción audiovisual con 'The Times', la empresaria no rehúye hablar de su necesidad de control. "Era una maniática del control. Ya no estoy segura de serlo. Estoy curada", asevera.

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Sus grandes problemas eran los que escapaban de su poder. Entre otros, su etapa como Spice Girl. "Me ha definido un período de cuatro años en mi vida. Me ha llevado casi dos décadas luchar contra eso y siento que solo ahora puedo mirar atrás y hablar de ello. No voy a mentir, que me preguntaran sobre cuando estaba en las Spice Girls fue bastante impactante. Y diría que esos fueron los momentos más difíciles", explica.

Asimismo, ha confesado que algunos días se despertaba sintiéndose expuesta, insegura, juzgada por lo que hacía o por lo que otros esperaban de ella.

Pero Victoria narra lo que ha sido quizás su batalla más larga: que su marca de moda dejase de ser vista como un producto de 'celebrity' para ser reconocida como una casa de moda seria, de lujo, con credibilidad. La británica sostiene al citado medio que su "mayor obstáculo" siempre fue "que yo era solo una marca de famosa".

"La diferencia es que quería aprender de la industria, no simplemente lanzar algo que pudiera prometer ganancias. Quería entender y aprender mi oficio. No había hablado antes de las dificultades que ha atravesado el negocio. Todos hemos visto los titulares, pero esta es la primera vez que también hablo mucho sobre la trayectoria empresarial y lo difícil que ha sido, de los problemas que hemos tenido con la industria, ya sabes, el dinero que hemos perdido".

Para Victoria, no ha sido fácil "ganar respeto". Reconoce que ha trabajado, aprendido, fracasado, corregido, se ha vuelto a caer y se ha levantado de nuevo con un objetivo claro: mostrar al mundo que su marca no es solo su nombre. Que es su pasión, su entrega. "Tuve que esforzarme para conseguir la aprobación de mucha gente, y le demostré a Anna Wintour mi valía", recalca.

Adiós a la familia perfecta

Al otro lado del éxito profesional, Victoria se ha topado con un gran muro en su vida personal: su sueño truncado de familia perfecta.

Este año, esa imagen se ha agrietado. Su hijo mayor, Brooklyn Beckham, ha estado distanciado tras varias ausencias en celebraciones familiares junto a su esposa Nicola Peltz.

El momento que evidenció su guerra familiar fue la ausencia de Brooklyn y Nicola en el 50º cumpleaños de David Beckham, celebrado con una gran fiesta en Londres. Tampoco asistieron al último desfile de Victoria en París ni han aparecido en reuniones familiares.

Victoria Beckham y David Beckham junto a sus hijos

A ello se suman otros dos episodios: el pasado mes de julio, Brooklyn participó en el rodaje de un anuncio publicitario a tan solo tres kilómetros de la casa de sus padres en Holland Park, pero se marchó sin visitarlos, de acuerdo a las informaciones publicadas. Un mes después celebró la renovación de sus votos matrimoniales, una fiesta en la que estuvo presente la familia de Nicola, pero ningún miembro del clan Beckham.

Sobre este distanciamiento, Victoria no ha querido responder a 'The Times' a ninguna pregunta relacionada con lo sucedido. Sí lo ha hecho sobre el resto de sus hijos. "Harper todavía tiene 14 años, así que vive en casa. Cruz, que tiene 20, también. Los veo a ambos todos los días. Romeo no vive en casa, así que lo veo un poco menos".

En este sentido, el documental parece ser, para Victoria, una especie de catarsis emocional en la que, lo único que se deja para sí misma, es la relación con su primogénito y qué situación atraviesa la familia.