Sucesos

El hombre que murió por una parada cardiorrespiratoria en Torremolinos fue reducido con dos pistolas táser: su familia dice que "no había hecho nada"

Agente de la Policía Nacional
Imagen de una pistola táser de la Policía. Europa Press
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El hombre de 35 años que falleció este pasado domingo en un locutorio de Torremolinos tras sufrir una parada cardiorrespiratoria fue reducido por agentes de la Policía Nacional mediante dos pistolas táser. Los policías acudieron al establecimiento tras recibir un aviso por un presunto intento de robo y, según su relato, encontraron al individuo encerrado por el propietario del negocio y "en un avanzado estado de agitación".

En unas imágenes difundidas en redes sociales -por la cuenta de Instagram @torremolinos.sequeja), que recogen parte de la intervención, se observa al hombre detrás del mostrador sujetando dos teléfonos móviles y sin atender las órdenes de los agentes.

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Según recogen medios locales como 'Diario Sur', fuentes policiales sostienen que permanecía acorralado en una esquina desde donde habría lanzado objetos contra los funcionarios, así como golpeado otros elementos del local. El primer patrulla desplazado trató de controlarlo sin éxito, lo que motivó la llegada de dos dotaciones más.

Imagen de una pistola táser de la Policía
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Tres descargas con táseres

De acuerdo con la versión policial, uno de los agentes activó por primera vez su táser apuntando a la pierna del hombre, aunque la descarga no produjo efecto. Tras llevarlo al suelo, el forcejeo continuó y se realizaron dos nuevas descargas por parte de otro agente, momento en el que consiguieron colocarle los grilletes. Los policías aseguran que el 061 ya estaba avisado para la administración de un fármaco sedante, pero cuando los sanitarios llegaron el hombre no reaccionaba a los estímulos.

Pese a las maniobras de reanimación practicadas por los propios agentes y por el personal sanitario, el individuo murió en el lugar. Posteriormente se activó el protocolo judicial, acudió la Policía Científica y el cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Málaga, donde la autopsia deberá determinar qué factores desencadenaron el paro cardíaco.

La familia califica lo ocurrido como "una injusticia"

La familia del fallecido califica lo ocurrido como "una injusticia" y afirma haber iniciado acciones legales contra los policías que participaron en la intervención. Su esposa insiste en que él no pretendía robar: "Cogió un taxi para irse y ahí se le apagó el teléfono". Según su versión, el hombre acudió al locutorio para cargar el móvil y poder pagar el trayecto, y pidió un cargador al dueño "para luego pagarlo".

Considera que la reacción del propietario se debió a un malentendido y que la actuación policial fue "desproporcionada, cuando no había hecho nada": "El otro se creería que era mentira, que quería engañarlo y se asustó". Los principales sindicatos policiales, por su parte, han respaldado la actuación de los agentes y destacan su "absoluta profesionalidad" ante "el estado de gran agitación" del individuo.