Un refugio antiaéreo, el tesoro oculto que Josep desenterró en el patio de su casa en Tarragona: "Tardé 15 años"

TarragonaUn vecino de Torredembarra (Tarragona) ha destapado en el patio de su casa un auténtico tesoro de la Guerra Civil. Concretamente, debajo de la vivienda de Josep Maria Calull, quien ha dedicado 15 años de su vida en desenterrar un refugio antiaéreo que ahora conserva y enseña a los más jóvenes.

El túnel, de ocho metros de profundidad y 60 metros de largo, tiene un trazado serpenteante para que no se propagaran las granadas. Una infraestructura que protegió a la población del municipio catalán de los bombardeos durante 1936 y 1939, y que Josep Maria Calull halló décadas más tarde pese a tener sospechas de lo que había debajo de su casa.

"De pequeño fui a plantar un árbol con mi padre y cavé en las escaleras. Él me dijo que cavara en otro lugar, pero con los años pensé mucho en esa entrada", explica el vecino de Torredembarra en una entrevista a Informativos Telecinco. Estas sospechas calaron hondo en Josep Maria y a los 31 años decidió ponerse manos a la obra para encontrar la entrada del refugio.

El refugio estuvo 40 años cerrado

Esta aventura no la realizó en solitario y contó con la ayuda de su sobrino de 12 años, quien junto a Josep centraron sus esfuerzos en la boca de la cisterna. Allí creían que estaba el único lugar por el que podían acceder al refugio y su esfuerzo acabó por destapar la puerta de acceso a un lugar repleto de historia.

"La primera vez que bajamos pusimos una escalera y pudimos entrar. El refugio estuvo 40 años cerrado. Había mucha humedad", recuerda el vecino de Torredembarra, que tardó hasta 15 años en poder acondicionar el lugar: "Desde el fondo saqué unos 50 sacos hasta el patio y alquilaba contenedores para ir poniendo la tierra. Así podía ir limpiando todo y acceder cómodamente al túnel".

Josep aprovechaba el poco tiempo libre que tenía para habilitar de nuevo un refugio antiaéreo que había quedado en el olvido. "Fuimos poco a poco, no podía dedicarme exclusivamente. Lo he hecho yo solo y me he gastado yo todo el dinero", destaca el hombre, que contó con la única ayuda de su sobrino.

Lo he montado para que los jóvenes vean la situación que hay en Gaza o Ucrania

El refugio se ha convertido en una manera de mantener vivo el recuerdo de sus antepasados y las duras condiciones de vida que afrontaron en plena guerra: "Lo he montado para que los jóvenes vean la situación que hay en Gaza o Ucrania, la desgracia que están pasando. A veces lo miran por la televisión y piensan que es una película o videojuego. En realidad aquí pueden sentir lo que en estos países ocurre".

Simulación de ataque aéreo

El refugio es el único que queda en Torredembarra. Una entrada está en el patio de su casa y otra en la plaza del pueblo, que se tapió tras la guerra y que los escolares de sexto de Primaria del municipio visitan cuando estudian la Guerra Civil. Para ello, Josep ha habilitado una recreación con audio y cortes eléctricos que simula un ataque aéreo.

"Sienten la sensación de quedarse abajo a oscuras. Lo que quiero es que vean que he intentado conservar un patrimonio para que no se destruya y que pueda seguir. Ya han pasado 80 años. La gente mayor va falleciendo, lo que nos han transmitido nuestros padres y abuelos y nosotros no lo pasamos, queda en el olvido", añade Josep, quien quiere que los más pequeños tengan presente un recuerdo histórico para que "no se olviden de los horrores de las guerras".

De sala de baile a túnel antiaéreo

La historia de esta infraestructura se remonta a 1911, cuando el bisabuelo de Josep alquiló una parte del patio, que por aquel entonces era un huerto, para construir una sala de baile: "Allí hacían cine mundo. Arriba, en la casa donde vivo, había un café. Luego bajaban por el patio hasta la sala de baile y hacían sus juergas".

Sin embargo, con el inicio de la Guerra Civil, buscaron un sitio para refugiarse. "Decidieron abrir desde el patio este refugio. Primero se hizo un ramal sin electricidad y se refugiaban allí", destaca Josep sobre un refugio que acabó ampliando su capacidad.

"Cuando la guerra se prolongó vino la brigada municipal y otros vecinos y continuaron el refugio. La salida o entrada estaba en una plaza. Mi madre me explicaba que ella había bajado y habían dormido a veces abajo", culmina sobre un lugar donde su historia ha quedado desenterrada gracias a la labor del vecino de Torredembarra.

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