La Nova Farga, el "bar de barrio" que trata de evitar el cierre gracias al apoyo vecinal en Sants: "Queremos más tertulias"
El local catalán ha creado una campaña de micromecenazgo para lograr los 8.200 euros de deuda: "Fue la gente que nos animó a seguir"
El establecimiento abrió en 2014 y se ha convertido en un lugar especial para los clientes: "Tratamos a la gente individualmente"
BarcelonaUn bar de Barcelona, ubicado en Sants, ha recibido el apoyo incondicional de sus vecinos en el momento más difícil de La Nova Farga, que lucha para evitar bajar la persiana de un negocio donde el apoyo vecinal está siendo clave para que Ramon Punyet trate de salvar el negocio tras descubrir una deuda que ha hecho tambalear un lugar muy querido en el barrio.
"A regañadientes nos vemos obligados a doblar velas. Pero no queremos, porque nos gusta lo que hacemos y nos gusta que ustedes lo disfruten. Queremos más tertulias, sonrisas y que nos caliente la cabeza. Por este motivo le pedimos ayuda. Necesitamos pagar la deuda con la Agencia Tributaria, y seguir al pie del cañón en este bar de barrio que tanto amamos", explican los creadores de La Nova Farga.
Este establecimiento abrió en 2014 y, desde entonces, se ha ido ganando el afecto de un sinfín de clientes de todas las edades que ahora tratan de devolver el trato cercano y profesionalidad de sus propietarios para que La Nova Farga siga en pie. Para ello, Ramon Punyet ha creado una campaña de micromecenazgo tras ser animado por los mismos vecinos, con el objetivo de alcanzar los 8.200 euros de deuda.
"No estoy en Passeig de Gràcia, soy un bar de barrio"
"Desde la covid-19, al pequeño comercio se nos han maltratado muchísimo. Si tú me das unas ayudas para que no cierre y después me las reclamas con interés, al final me harás cerrar igual porque yo no estoy en Passeig de Gràcia, soy un bar de barrio", explica a Informativos Telecinco el propietario del establecimiento, que lleva toda la vida en Sants.
Esta deuda la descubrió para la Fiesta Mayor, cuando Ramon tuvo que pedir un permiso extraordinario para ampliar la terraza: "Nos lo denegaron". En ese momento, empezó un calvario que le llevó a imaginarse el cierre del local: "Hasta el momento íbamos haciendo y aguantando, tampoco para tirar cohetes, pero podía ir viviendo. Pero si me meten un palo así, te planteas al final. Trabajo para pagar a todo el mundo. Al final desmoraliza y te cansas".
En ese momento de tristeza, los vecinos fueron una auténtica luz para el propietario de La Nova Farga: "Hasta ese momento dije 'basta', fue la gente que nos animó a seguir porque no querían que cerrásemos. Propusieron un crowdfunding". Esta idea se materializó y la campaña de micromecenazgo empezó el pasado lunes: "De momento la campaña está funcionando muy bien."
"Tratamos a la gente individualmente"
Una situación que ahora afrontan con optimismo gracias al apoyo incondicional del barrio de Sants: "He conocido a mucha gente y ahora he visto que se han volcado con el proyecto. Eso te llega", admite Ramon, quien se quedó "un poco sorprendido" por el amor recibido por parte de clientes, amigos y vecinosl
"Quiere decir que el trabajo que hacemos mal no lo hacemos y que la gente nos quiere. Tanto Pere, que es el cocinero, como yo, cuidamos a la gente. Ayer me lo decía precisamente una clienta, que es el único bar al que va que cuando entra le llaman por su nombre. Tratamos a la gente individualmente. Conocemos a todos y eso lo agradecen mucho", admiten desde La Nova Farga.
"En la barra se han formado parejas"
El espíritu del establecimiento hace que haya una conexión entre diferentes generaciones a partir de un bar de barrio en Barcelona: "Puede haber desde una persona mayor hablando con un chico que lleva rastas y cresta, a una madre con hijos con otro que vuelve de fiestas".
Esta conexión ha llevado a convertir el negocio en un lugar marcado en el corazón de muchas personas: "Aquí en la barra se han formado parejas y se han casado. Es alucinante", culmina Ramon sobre un lugar único en Sants que ahora afronta el presente con optimismo gracias a la energía y fuerza recibida por el barrio.