Salud

Estudio revela que el cerebro puede envejecer más rápido que el cuerpo: razones y cómo prevenirlo

Existen numerosas técnicas para calcular la edad cerebral
Existen numerosas técnicas para calcular la edad cerebral. Unsplash
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Hay ocasiones en las que se dice que alguien es más joven de lo que dice el DNI y la neurociencia lo respalda: no es lo mismo la edad biológica que la edad cerebral y, de hecho, se ha demostrado que podemos producir neuronas prácticamente toda la vida, por lo que puede haber una brecha entre las dos medidas.

Calculando la correcta edad cerebral

El concepto de 'brecha cerebro-edad' se refiere a la diferencia entre la edad cerebral predicha de un individuo y su edad cronológica real. Esta puntuación puede servir como un indicador del estado general de la salud del cerebro y, al mismo tiempo, reflejar trastornos neuroanatómicos, lo que puede ayudar a la identificación temprana de enfermedades cerebrales.

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Un nuevo estudio publicado en Neurology, la revista oficial de la Academia Estadounidense de Neurología, pretende explicar por qué algunas personas tienen una edad cerebral diferente a la edad cronológica y biológica, que marca el envejecimiento del cuerpo. Algunas personas son capaces de resistir al paso de los años y mostrar un estado cognitivo destacable hasta bien entrada la vejez, mientras que otras no y sucede justo lo contrario: su cerebro envejece más rápido que el cuerpo, con claros indicios de deterioro cognitivo.

“A medida que envejecemos, nuestros cerebros cambian, con menos volumen cerebral y menos vasos sanguíneos que sostienen el tejido cerebral y las enfermedades pueden empeorar estos cambios, afectando profundamente la salud del cerebro. Tales signos de envejecimiento cerebral se pueden ver en los escáneres cerebrales, mostrando si el cerebro de una persona parece más viejo que su edad real”, dice la autora del estudio, la doctora Saima Hilal, de la Universidad Nacional de Singapur.

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Para calcular el 'papel de la brecha de edad cerebral como mediador en la relación entre los factores de riesgo de deterioro cognitivo y la cognición' (así se llama el estudio), se han analizado los datos de 1.437 adultos de una media de edad de 66 años, todos ellos sin deterioro cognitivo. Para analizar la ausencia de factores de riesgo de deterioro se empleó una escala llamada Sistema de Puntuación del Deterioro Cognitivo (CISS, por sus siglas en inglés). Este sistema se basa en una puntuación promedio según 11 factores de riesgo sociodemográficos y vasculares (edad, etnia, educación, tabaquismo pasado y actual, índice de masa corporal, síntomas depresivos, presión arterial alta, diabetes, colesterol alto y accidente cerebrovascular).

De esta muestra de casi millar y medio de participantes, los investigadores examinaron detalles como sus historiales médicos, pruebas de laboratorio y escáneres cerebrales utilizando un sistema de aprendizaje automático apoyado en IA para estimar la edad cerebral de cada persona a partir de dichos datos. En cuanto a la evaluación del rendimiento cognitivo, se llevaron a cabo pruebas de función ejecutiva, atención, lenguaje, memoria, visoconstrucción y velocidad visomotora.

Mediante un modelo de predicción de la edad cerebral con el que revisar los escáneres cerebrales de los participantes y determinar la edad biológica del cerebro de los participantes, se restó a esa cifra la edad cerebral cronológica de una persona de su edad cerebral estimada para calcular la brecha cerebral, el desfase positivo o negativo entre la edad real y la que indica el estado de salud del cerebro. “La brecha de edad cerebral puede ser un biomarcador útil para determinar el riesgo de deterioro cognitivo de una persona. Nuestros hallazgos sugieren que el envejecimiento acelerado del cerebro puede servir como un factor importante que vincula los factores de riesgo de deterioro cognitivo con las habilidades de pensamiento y memoria en adultos con afecciones cerebrovasculares”, resume la doctora Hilal.

Los hallazgos de este estudio sugieren que la brecha encefálica y la edad es un indicador clave que vincula los factores de riesgo de deterioro cognitivo con la función cognitiva, particularmente en individuos con alta carga de marcadores de enfermedad cerebrovascular, como microhemorragias e infartos, áreas de tejido muerto debido a la falta de suministro de sangre, siendo la función ejecutiva, el lenguaje y la visoconstrucción los más vulnerables al envejecimiento cerebral acelerado, lo puede servir como un factor importante que vincula los factores de riesgo de deterioro cognitivo con las habilidades de pensamiento y memoria en adultos con enfermedad cerebrovascular.

Cuidar o rejuvenecer el cerebro

Teniendo en cuenta que el índice de edad cerebral está compuesto por numerosos factores entre los que no solamente están los genéticos, sino otros como el tabaquismo, la obesidad, la hipertensión, el sedentarismo o hasta la falta de estimulación intelectual, son en esos valores que sí podemos controlar donde deberíamos incidir para tratar de evitar un envejecimiento cognitivo acelerado. Mejor dicho: aunque no se puede detener el envejecimiento sí lo podemos ralentizar.

Por tanto, para proteger tu cerebro podemos seguir unas pautas básicas para una vida saludable en general, como realizar ejercicio físico regular, comer bien, descansar lo suficiente, entrenar y desafiar la mente e incluso tener relaciones sociales, ya que el aislamiento produce aceleramiento del deterioro cerebral. También se recomienda evitar el estrés y controlar enfermedades como la diabetes o la hipertensión.