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Las nominaciones más polémicas en la historia del Premio Nobel: de Adolf Hitler a Mussolini y Stalin

Medalla de oro que representa al Premio Nobel de la Física. Europa Press
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La historia del Premio Nobel, que se remonta ya 124 años atrás, desde su primera edición en 1901 siguiendo los preceptos pautados por Alfred Bernhard Nobel, a quien se rinde tributo cada año con estos galardones, no está exenta de controversia. El meticuloso proceso de selección de candidatos, así como su lista de nominados, han estado a menudo en el foco de la polémica, como también los propios ganadores.

Para muchos, un ejemplo palmario de esto último, –y todavía relativamente reciente dado que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, se encarga de recordarlo en numerosas ocasiones para desacreditar a los demócratas–, es el Nobel de la Paz de 2009.

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Barack Obama y el debate por su Premio Nobel

Aquel año, un Barack Obama que apenas acababa de llegar a la Presidencia de Estados Unidos fue galardonado con uno de los reconocimientos más ilustres del comité encargado de proclamar a los vencedores: el Premio Nobel de la Paz.

El entonces presidente demócrata lo recibió cuando no llevaba ni un año en el cargo, con nueve meses de mandato, lo que para muchos fue una sorpresa, con sus críticos asegurando que no había hecho logros concretos que pudiesen justificar el premio. Recriminando que, pese a los mensajes de esperanza y diplomacia que había trasladado, no contribuyó en ese corto periodo de tiempo con acciones significativas relacionadas con la paz o el desarme nuclear, muchos rechazaron entonces su nombramiento. No obstante, sus defensores avalaron su reconocimiento, previa nominación.

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Donald Trump, ¿nominado al Premio Nobel de la Paz?

Y de presidente a presidente... el actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, es otro de los que, como no podía ser de otro modo, también está en el centro de la polémica en lo que se refiere al Premio Nobel. Concretamente, porque ha sido nominado en la edición de este 2025, como anunciaba, entre otros, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, quien lleva dos años librando una guerra demoledora en una Franja de Gaza que ha reducido a escombros.

“Quiero presentarle, señor presidente, la carta que envié al Comité del Premio Nobel. En ella se le nomina para el Premio Nobel de la Paz, usted bien lo merece y debería recibirlo”, le llegó a transmitir en persona al mandatario estadounidense durante una de sus visitas a Washington del pasado mes de julio.

Dicha nominación, como cabía prever, no dejó indiferente a nadie. Si bien Donald Trump no ha dejado de recibir reconocimiento internacional por su plan de paz en Gaza, que ha llevado a Israel y Hamás a firmar un acuerdo inédito sobre una primera fase de esa propuesta, la realidad es que distintas acciones ejecutadas u ordenadas durante el presente mandato parecen distar de lo que en las bases del Premio Nobel de la Paz se dispone. Ejemplo de ello podría ser el bombardeo ejecutado sobre tres instalaciones nucleares iraníes en junio, los ataques efectuados en instalaciones de los hutíes en Yemen meses antes o el ataque en aguas internacionales en septiembre contra una embarcación procedente de Venezuela a la que señalaba por transportar droga, entre otros, y más allá de motivaciones e interpretaciones.

Elon Musk, también propuesto como candidato para el Premio Nobel 2025

Y si llamativo es el nombramiento de Donald Trump, sin salir de la actualidad también lo es el del que fuese su socio Elon Musk, con el que lo que parecía un idilio entre magnates acabó en una mediática ruptura llena de desavenencias.

El dueño de Tesla, Space X, la red social X y otras tantas grandes empresas, dejó el Gobierno estadounidense para centrarse en sus operaciones comerciales, aunque continúa incurriendo en la política con sus pronunciamientos agitando a las masas.

En su caso, fue el eurodiputado esloveno Banko Grims el que pidió que Musk fuese propuesto como candidato al Premio Nobel 2025 por ser, según argumentó él, "un firme defensor de la libertad de expresión".

De Adolf Hitler a Mussolini y Stalin

Más allá, remontándonos en el tiempo y al epicentro de la polémica, si hay nominaciones y propuestas de nominación que han causado tanta controversia como polémica e indignación esas son las que señalan nada más y nada menos que a Adolf Hitler, Benito Mussolini y Iósif Stalin.

En el caso del primero, fue un parlamentario sueco, E.G.C. Brand, el que firmó la propuesta de que el mismísimo Führer fuese candidato al Premio Nobel de la Paz; un insulto para todas las víctimas de la barbarie que comandó, instigó y extendió.

Fue, concretamente, en 1939 con el nombre de Hitler fue propuesto para el galardón.

De igual modo, y en su caso en 1935, fue el dictador fascista italiano, Benito Mussolini, quien fue nominado en 1935 al Premio Nobel de la paz por académicos franceses y alemanes.

Tras ellos, Iósif Stalin, líder del Partido Comunista de la Unión Soviética, también fue nominado en dos ocasiones: en 1945 y 1948. Fue a propuesta de un exministro noruego apuntando a sus esfuerzos para poner fin a la Segunda Guerra Mundial, pero desde la organización del Nobel un exsecretario del comité aseveró que nunca fue considerado seriamente como candidato al premio.

Junto a todos estos ejemplos, la lista sobre la controversia suscitada por los ganadores, las propuestas a nominados o los nominados en sí (que no es lo mismo porque sobre las propuestas el comité hace una criba para descartar a quienes no reúnen los requisitos) continúa. Además, a todo ello se añade el misterio que rodea al proceso hasta la elección del ganador, que entraña normativas como la prohibición de que se conozcan los nominados de una edición hasta pasados 50 años de la entrega de premios de la misma.