Tenis

El tenista ruso Daniil Medvedev, fuera de sí en su derrota en el US Open y con un polémico gesto obsceno en pleno partido

Imagen de archivo del tenista ruso Daniil Medvedev. Europa Press
  • Medvedev se enfrentó al juez de silla y alentó a las gradas a cargar contra él dando paso a un abucheo de seis minutos en pleno Abierto de Estados Unidos

  • El ruso acabó destrozando su raqueta a golpes tras perder (3-6; 5-7; 7-6; 6-0; 4-6)

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El último partido disputado por el tenista ruso Daniil Medvedev se ha convertido en uno de los más comentados de la primera ronda del US Open y no precisamente por su juego. Al contrario, el moscovita fue protagonista por alentar y dinamitar un abucheo de más de seis minutos y por un gesto obsceno en un encuentro en el que se le vio completamente fuera de sí antes de caer derrotado (3-6; 5-7; 7-6; 6-0; 4-6) ante el francés Benajmin Bonzi.

La imagen de su raqueta al final del partido es la más ilustrativa para mostrar el estado de nervios del ruso durante el encuentro. Acabó destrozándola por completo ante la impotencia, la rabia y la frustración de un partido en el que no solo no le salieron las cosas bien, sino que además se enfrentó al juez de silla, al ánimo en las gradas, –que intentó caldear– y, sobre todo, a su propia cabeza.

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La acción de un fotógrafo dinamita el partido de Daniil Medvedev

Si hubo un momento paradójicamente clave en el encuentro, ese fue el de un fotógrafo que entró en la pista por error pensando que el duelo estaba por terminar. Bonzi iba ya 6-3, 7-5 y 5-4. Se encontraba a solo una bola de llevarse el encuentro y fue al fallar el primer servicio de la bola de partido cuando el fotógrafo irrumpió en escena.

En ese momento, el juez de línea decidió que el tenista francés debía servir de nuevo un primer saque y que, por tanto, el saque fallado no era válido, algo que terminó por desatar la ira de Medveded.

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Tras esa decisión arbitral, comenzaron seis minutos de abucheos alentados por el ruso, que llamó a las gradas a elevar los decibelios entre repetidos gestos, animando a todos a ensordecer el partido entre aspavientos. Con el ambiente ya caldeado, se dirigió al árbitro para cargar directamente contra él: “¿Eres un hombre? ¿Eres un hombre? ¿Por qué estás temblando?” le dijo el Medveded al colegiado, para posteriormente interceptar un micrófono y declarar que el juez quería terminar el partido antes de tiempo. “Chicos, él se quiere ir. Le pagan por partido, no por hora”, señaló.

Durante esos minutos, lejos de calmarse, el tenista ruso prosiguió con su arenga y exclamó: “¡Reilly Opelka tenía razón!”, quien declaró meses antes que Allenswort, el presente juez de silla “era el peor de la ATP”.

El gesto obsceno de Medveded

Tras ese bochornoso momento de seis minutos, el partido se reanudaría con Bonzi perdiendo su bola de partido. Acabó, de hecho, perdiendo el set mientras el ambiente seguía caldeándose con cada error del tenista francés y con un Medvedev que, en la euforia tras dar un vuelco temporal a la situación, llegó a prodigarse también con un gesto obsceno que tampoco pasó desapercibido en todo el cúmulo de despropósitos que atesoraba el partido.

Dedicando con sus manos el gesto de un corazón dirigido a las gradas y alentando a que siguiesen condenando los errores del francés, Bonzi, tras ver como el partido se le complicaba, terminó por ‘revivir’ para certificar una victoria que tuvo al alcance mucho antes de las 3 horas y 45 minutos en que se resolvió el partido. Al final, se apuntó un 6-3, 7-5, 6(5)-7, 0-6 y 6-4.

Por su parte, Medvedev, descompuesto, destrozó su raqueta a golpes, sentado en su banco, rehusando abandonar la pista al instante.

“Estoy jugando mal y, en los momentos importantes, aún peor. Todo. Todo: servicio, devolución, volea, lo que sea. Solo necesito jugar mejor, y voy a intentar hacerlo el próximo año”, declaró después.

Además, aseguró que espera recibir una “fuerte multa” tras lo sucedido, aunque aseguró que vivirlo fue “divertido”: “La gente hizo lo que hizo sin mí, sin que yo se lo pidiera, y fue divertido de ver”.

Paralelamente, Benjamin Bonzi expresó la dificultad sentida ante el ambiente en el encuentro: “Nunca había vivido algo así. Quizá esperamos unos cinco minutos antes del punto de partido. Luego fue muy difícil jugar. Mucho ruido. Todo el tiempo, durante los puntos, entre los puntos”, señaló.

“Era un ambiente muy salvaje. Intenté mantenerme tranquilo, seguir metido en el partido. No fue fácil. Al final dejé todo mi corazón en la pista”, expuso ante los medios.